El FIM-92 Stinger es un misil de defensa aérea de corto alcance utilizado por el Ejército de Estados Unidos desde 1981. Conocido por su versatilidad, puede lanzarse desde el hombro y operar tanto en funciones superficie-aire como aire-aire, alcanzando velocidades de hasta Mach 2. A pesar de su eficacia, el Stinger ha mostrado pocas mejoras en su alcance debido a las limitaciones de su motor de combustible sólido tradicional.
Ante las crecientes amenazas en el campo de batalla, especialmente por parte de sistemas aéreos no tripulados (UAS en sus siglas en inglés) equipados con capacidades avanzadas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), el Ejército de Estados Unidos ha iniciado un nuevo programa de desarrollo de propulsión denominado Red Wasp.
Esta iniciativa, liderada por el Centro de Aviación y Misiles del Mando de Desarrollo de Capacidades de Combate del Ejército (DEVCOM AvMC), busca aplicar tecnología de propulsión mediante ramjet de combustible sólido (SFRJ) al diseño del Stinger para ampliar significativamente su alcance operativo.
Los misiles Stinger ya tienen 40 años de antigüedad, pero con esta nueva mejora vuelven a ser muy útiles
John Gibbs, líder del área de defensa aérea y de misiles en DEVCOM AvMC, señaló que inicialmente se dudaba que una tecnología ramjet pudiera integrarse en un misil del tamaño del Stinger. Sin embargo, en solo 18 meses lograron una prueba de vuelo exitosa. El principio de funcionamiento del Red Wasp combina un motor cohete tradicional con un sistema ramjet, permitiendo que el misil mantenga velocidades supersónicas sin necesidad de oxidantes internos, lo que mejora su eficiencia y autonomía.
El desarrollo del Red Wasp es completamente gestionado por el gobierno, lo que permite una mayor agilidad para avanzar tecnológicamente sin depender de procesos externos. Tras una exitosa prueba en 2024 en Dugway Proving Ground, el equipo de ingeniería se prepara para una nueva campaña de pruebas en julio, donde evaluarán seis configuraciones diferentes de motor con diversas formulaciones de combustible y aislantes térmicos.
Aunque el enfoque actual está en la propulsión, se prevé colaborar en el futuro con socios industriales para integrar el sistema como un interceptor aéreo completo. Según Chappell Ray, sublíder del área de capacidad, la meta es establecer una base de propulsión que pueda adaptarse a futuros conceptos de misiles gubernamentales o comerciales.
Desde una perspectiva estratégica, Red Wasp representa una solución crucial para contrarrestar drones ISR enemigos que operan a largas distancias. Al permitir que las fuerzas estadounidenses destruyan estas amenazas antes de que se acerquen demasiado, se incrementa significativamente la capacidad de supervivencia de las tropas en el campo de batalla.
El Stinger ha sido una herramienta para combatir a los medios aéreos que ya tiene más de cuarenta años. Aunque parecía que se estaba quedando obsoleto, en Estados Unidos han decidido darle una nueva vida mejorando sus sistemas internos. Así es que este cohete guiado será capaz de continuar derribando drones cuando sea necesario. Sin duda la inversión realizada por USA en este sentido parece inteligente.