El corredor 5G del Mediterráneo, el proyecto de la Generalitat y Occitania que ha vetado el ministerio de Asuntos Exteriores, quiere ser una espacio que discurre a lo largo de la autopista AP-7 y el E-9 entre Catalunya y Francia por donde puedan circular los vehículos del futuro: coches autónomos y conectados, sin conductor, gracias a la tecnología móvil 5G, pensado para los pasajeros y para las mercancías.

El proyecto tiene el aval de la Comisión Europea para ser un banco de pruebas en el sur de Europa de un modelo de autopista que permita un tráfico previsible, seguro y eficiente.

Los gobiernos de Catalunya y Occitania, con el apoyo de operadoras, gestores de infraestructuras del país, centros de investigacióny compañías automovilísticas, aspiran a recibir entre 8 y 9 millones de euros del fondo europeo.

El futuro de la movilidad pasa por estos vehículos inteligentes, pero antes de que eso sea una realidad, hay que hacer pruebas en tiempo real. Por eso, el proyecto corredor 5G del Mediterráneo se plantea como un ensayo de la conversión entre las tecnologías 4G y 5G, para comprobar como afecta el cambio de operador telefónico de España a Francia y con especial atención a dos casos de uso concreto: movilidad autónoma y camiones autónomos.

Según un informe del ministerio adelantado por Catalunya Radio, el documento que se tenía que firmar no se adecuaba al lenguaje jurídico y propone modificaciones como hablar de Catalunya como región o parte firmante y no como país y que no se hable de ministerio ni de ministro sino de departamento y jefe de departamento.