En China no se andan con remilgos: saben (como Francia, como Estados Unidos y hasta como Bill Gates) que las nucleares van a tener un papel clave a la hora de garantizar la continuidad del suministro en el nuevo paradigma energético que se dibuja y, por eso, no van a dejar ni uno solo de sus recursos sin explotar. Así, acaban de empezar a extraer uranio del agua del mar.

Extracción de uranio del agua de mar. Los científicos trabajan en ello...
 

En Hainan

El proyecto se ha activado en el sur del país, en la isla de Hainan. La planta industrial, construida por la Corporación Nuclear Nacional de China, cubre una superficie de 670 metros cuadrados y en la iniciativa, que se empezó a gestar en 2019, participan hasta catorce institutos nacionales de investigación. Las autoridades chinas calculan que, con el actual ritmo de consumo, los recursos probados de uranio se agotarán en un siglo y dan por hecho, también, que los diferentes mares y océanos contienen hasta 4.500 millones de toneladas de uranio. No se tratam sin embargo, de la primera experiencia: en los años 90, la Japan Atomic Energy Agency activó un proyecto similar y, desde 2011, Estados Unidos ha activado diferentes estudios desde su Departamento de energía.

¿Cómo funciona?

Al ser la concentración de uranio presente en el agua de mar muy baja, el proceso se fundamenta en una propiedad fisicoquímica de los sólidos y los líquidos que se denomina adsorción y consiste en retener o concentrar sobre una superficie átomos, moléculas o iones de otras sustancias sólidas y fluidas en contacto con la propia superficie. La absorción, por el contrario, implica la penetración se sustancias fluidas en la masa de un sólido. Así, China está tratando de identificar sustancias con propiedades adsorbentes (granito, plomo o, incluso, hierro) que sean capaces de concentrar uranio marino. Se trata, en definitiva, de mecanismos similares a los que se emplean para eliminar partículas sólidas del agua potable. En función de cómo se desarrollen los ensayos en curso, China cree que en 2050 podría estar en condiciones de activar un proyecto de extracción a gran escala