No ha habido sorpresas en las elecciones presidenciales chilenas y José Antonio Kast ha vencido de manera clara, de manera que la extrema derecha llegará a la presidencia de la República por primera vez desde la restauración de la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989). Pinochetista reconocido y ultraliberal en lo económico, Kast ha obtenido el 58,1% de los votos frente al 41,8% de su rival, la candidata de izquierdas Jeannette Jara. En su primer discurso tras conocerse los resultados electorales, el presidente electo ha agradecido a Dios la victoria, ha apelado a la unidad del país y ha prometido gobernar para “todos” los chilenos.

Kast, de cincuenta y nueve años y nacido en Santiago, ha ganado en las 16 regiones del país, incluyendo feudos de la izquierda como Valparaíso o la región metropolitana de la capital. Donde ha arrasado de manera clara es en las zonas mineras del norte del país y en las zonas agrícolas del sur. Es la segunda victoria más amplia en el país desde el retorno a la democracia en 1989, solo por detrás del triunfo de Michelle Bachelet sobre la conservadora Evelyn Matthei en 2013. Se trataba del tercer intento de Kast de llegar a La Moneda, tras las derrotas electorales de 2017 y 2021. Gobernará, sin embargo, sin mayoría en el Legislativo: el bloque de la derecha y ultraderecha está a dos diputados de la mayoría en el Congreso y mantiene un empate con la izquierda en el Senado.

"Nada sería posible si no tuviéramos a Dios. Y esto es algo que no podemos dejar de reconocer. Nada ocurre en la vida para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios. Y aquí hay que decir que para mí es un honor, una tremenda responsabilidad el mandato amplio que hemos recibido hoy en día", ha afirmado Kast esta noche ante los suyos. Desde el atril en la fiesta postelectoral, el fundador y líder del Partido Republicano chileno ha aseverado que el país ha dado un mandato claro para "un cambio real" y ha instado a sumarse a la "recuperación y renacimiento de Chile".

Kast ha reiterado las propuestas que lo han llevado a la presidencia del país. Ha prometido "restablecer el respeto a la ley", contener la inmigración irregular y abordar la violencia en el país. "Sin seguridad no hay paz, sin paz no hay democracia y sin democracia no hay libertad. Chile volverá a ser libre del crimen, de la angustia y del temor", ha valorado quien será el primer presidente pinochetista. "El orden no es un capricho, es justicia", ha añadido ante una multitud que ondeaba banderas del país. "Quien no cumpla la ley, recibirá todo el peso de esta ley", ha aseverado, antes de advertir que "los padres deberán responder por los daños que provoquen sus hijos" y que los jóvenes "no pueden quemar nada, no pueden romper nada". 

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Simpatizantes de Kast este domingo / EFE

El ultra ha afirmado que su victoria "no es la meta, sino el punto de partida" y ha prometido que los cambios "comenzarán inmediatamente". Sin embargo, ante las expectativas que ha levantado su gobierno, ha avisado de que "los resultados no se verán al día siguiente". En un momento de su discurso, Kast ha pedido silencio y que no se gritara contra Jara, que obtuvo el 41,8% de los votos: "Si prevalece la violencia y los gritos es muy difícil continuar adelante, es una persona igual que nosotros, aunque piense distinto que nosotros", ha aleccionado a sus simpatizantes. Kast también ha reconocido "el coraje" de la exministra izquierdista por "haber tomado la decisión y haber alineado a sus partidarios".

Jara admite la derrota y llama a "mantener viva" la coalición que ha encabezado

Por su parte, Jeannette Jara ha admitido este domingo la derrota electoral y ha hecho un llamamiento a sus bases a la unidad y a hacer una oposición "propositiva, exigente y firme". Jara ha aseverado que "la democracia ha hablado alto y claro" y ha valorado que "en la derrota es donde más se aprende y donde más firme debe ser la convicción democrática". Así, la candidata de las izquierdas ha pedido "mantener viva" la coalición “histórica” que ha encabezado, la más amplia que se ha hecho en el país desde el retorno a la democracia con todos los partidos progresistas chilenos. "Continuaremos juntos y en pie, como siempre hemos hecho", ha concluido Jara.

A su vez, el presidente saliente, el izquierdista Gabriel Boric, ha prometido facilitar el cambio de poder. Mañana se reunirá con Kast para comenzar a trabajar en el traspaso, que será efectivo el próximo 11 de marzo. Boric ha afirmado que entregará un "país en marcha". El presidente ahora en funciones también ha celebrado que el país ha vivido unas elecciones "con certezas y sin cuestionamientos", que es producto de "décadas de trabajo" y de las "tradiciones republicanas" de Chile. "La bandera chilena nos cobija a todos y todas, somos parte de un mismo país y un mismo futuro, y Chile nunca se podrá construir si se piensa que se puede hacer a costa de algunos", ha concluido Boric.

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La candidata de la izquierda, Jeannette Jara, tras la derrota / EFE

El primer presidente pinochetista desde la restauración de la democracia

Abogado y exdiputado de la Unión Demócrata Independiente durante 16 años, José Antonio Kast se ha convertido en el primer pinochetista en llegar a la presidencia de Chile desde el retorno a la democracia en 1989. Es hijo de una pareja de inmigrantes alemanes —su padre vinculado al nazismo— y su hermano, Miguel Kast, fue ministro de Pinochet y es uno de los referentes del neoliberalismo en el país. Con veintidós años, cuando era estudiante en la Universidad Católica de Chile, Kast hizo campaña por la continuidad del general en el plebiscito sobre la continuidad del régimen. Católico practicante y miembro de colectivos ultraconservadores, en esta campaña ha evitado hablar de cuestiones a las que se opone como el aborto o los anticonceptivos. Tras la derrota como independiente en las presidenciales de 2017, en 2019 fundó el Partido Republicano.

Rubio y Milei celebran; Petro avisa de "vientos de la muerte"

Al conocerse la noticia, Kast ha recibido una avalancha de felicitaciones de líderes de la derecha internacional, alegres por un triunfo en Chile que agudiza el giro ultra de Sudamérica, en línea con los postulados del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En nombre de la Casa Blanca, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha afirmado que bajo su liderazgo, Chile impulsará prioridades compartidas como el fortalecimiento de la seguridad pública, el control de la inmigración ilegal y la revitalización de la relación comercial bilateral, y ha expresado su disposición a trabajar estrechamente con el futuro Ejecutivo chileno. Más efusivo, el presidente argentino, Javier Milei, con quien Kast dijo —"compartir sueños"—, ha expresado su “enorme alegría” por la victoria de su “amigo” y con quien prometió trabajar juntos para que “América abrace las ideas de la libertad”. También expresaron su deseo de colaborar y estrechar lazos los presidentes de Ecuador, Daniel Noboa, de Bolivia, Rodrigo Paz, Paraguay, Santiago Peña, y Costa Rica, Rodrigo Chaves. Desde Europa, uno de los primeros en felicitar a Kast ha sido el líder de Vox, Santiago Abascal, con quien comparte silla en la Conferencia Política de Acción Conservadora.

Más institucional, el presidente brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ha destacado la transparencia y el orden del proceso electoral, le ha deseado “mucho éxito” en su futuro mandato y reafirmó el compromiso de Brasil de fortalecer las relaciones bilaterales, así como los lazos económicos y comerciales, y de preservar en Sudamérica como una “zona de paz”. Un mensaje neutral en la línea de la mexicana Claudia Sheinbaum. La oposición más explícita la ha hecho el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha advertido que en América “vienen los vientos de la muerte” y ha hecho un llamamiento a los países de la antigua Gran Colombia a “resistir con la espada de Bolívar en alto”.