Apurar el depósito de tu coche hasta el límite es una mala idea y no sólo porque, al hacerlo, te sometes tú mismo a una presión que te hace estar más pendiente de si llegarás hasta la próxima gasolinera que de la circulación. Hya otras muchas razones y, hoy, vamos a detallarte algunas de más importantes. Ahí van:

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Acabarás yendo a a ver al mecánico antes de lo que te gustaría

¿Qué haces en casa con las botellas de aceite cuando lo que queda es lo que se acumula en el fondo? Seguramente, tirarlas ¿verdad? Pues esa especie de ectoplasma desagradable que se forma en la base de las garrafas de aceite de cinco o más litros que desechas cuando no queda más que eso tiene bastante que ver con lo que le haces consumir a tu coche cuando apuras el depósito hasta el límite y haces que lleguen hasta los inyectores o la bomba de gasolina impurezas que podrían hasta generar burbujas en el circuito. Si tienes un coche diésel, todavía es peor: como entre aire, el sistema de inyección podría llegar a quedar incapacitado para restaurar la presión normal y volver a arrancar. Conforme más viejo sea tu coche, más problemas tendrás si apuras el depósito al límite.

No generas ahorro alguno

No hagas caso de ese amigo tuyo espabilado que todo lo sabe y repite que un coche casi sin gasolina pesa menos, corre más y consume menor cantidad de combustible. En la Fórmula 1 quizá sea verdad, pero tú llevas un turismo. Y en un turismo, lo que sucede si circulas con el depósito medio vacío es que el combustible se evapora con más facilidad

Te puede caer una multa

Con la gasolina, pasa como en el cuento de la lechera pero al revés: si el cántaro (depósito) no va a la fuente (gasolinera) tanto como debiera, más tarde o más temprano llegará un día en el que calcularás mal y te quedarás sin gasolina. Si te quedas tirado en la carretera, te puede caer una multa de 200 euros por detener el coche donde no debes y si realizas una maniobra incorrecta, también. La multa más gorda que te acecha es la que penaliza a los que llenan sus depósitos con recipientes no homologados como, por ejemplo, una botella de plástico: 3.000 euros.