La selectividad más incierta, la del primer año con los nuevos modelos de exámenes más competenciales en aplicación de la LOMLOE, empieza irónicamente con un texto sobre la incertidumbre. La prueba de lengua castellana y literatura ha sido la primera de las Proves d'Accés a la Universitat 2025 y ha pedido a los cerca de 44.200 estudiantes que se examinan este año que escriban un texto expositivo "sobre el concepto de la incertidumbre", de entre cien y ciento cincuenta palabras. Con estas escuetas indicaciones, ancha es Castilla. Los alumnos han tenido que demostrar lo que se les pedía en las nuevas pruebas: pensamiento crítico, capacidad argumentativa y habilidad para relacionar conceptos, en preguntas más abiertas.
Aparte de la redacción, el examen de castellano ha empezado con una prueba de comprensión lectora en la cual han tenido que leer un artículo de prensa de la escritora y filóloga clásica a Irene Vallejo: "Quizás, quizás, quizás", publicado en El País en 2024. Un texto en el cual la autora sostiene que en el mundo actual abunda la opinión rápida en detrimento de la reflexión y lamenta como la pontificación rotunda se impone por encima del diálogo, las dudas y los matices, el contrario de lo que sostenían autores clásicos como Sócrates o Pirrón. Los alumnos han tenido que explicar la idea principal del texto y contestar un par de preguntas tipo test, una sobre el contenido y otra sobre sinónimos. Acto seguido, una breve prueba de corrección lingüística, para saber distinguir entre "sobretodo y sobre todo", "porque y por qué" o "sino y si no".
Con respecto al apartado de literatura, los alumnos han tenido que leer unos fragmentos de El árbol de la ciencia, de Pío Baroja, y Laso confesiones de un pequeño filósofo, de Azorín, y comparar cómo hablan de la nostalgia los dos textos. También analizar simbolismos y compararlos. Después, decir qué tipo de narrador es, explicar expresiones del texto e identificar alguna figura retórica concreta. Finalmente, con respecto al apartado de gramática, han tenido que explicar la agramaticalidad de un par mínimo, construir unas oraciones siguiendo indicaciones técnicas, contestar una pregunta tipo test sobre la diglosia y refutar una afirmación. Finalmente, indicar a qué variedad diatópica del español corresponden las expresiones "miarma" y "no ni ná".
Un puñado de estudiantes del colegio Padre Damián de Barcelona han visto "complicado" el texto de Irene Vallejo -un texto de Irene Montero dice convencido un alumno en las puertas de la Facultad de Derecho de la UB, donde ha hecho el examen-, porque han tenido que reflexionar con una cierta noción filosófica. Por otra parte, señalan que métricas, figuras retóricas y tópicos literarios o no han salido o lo han hecho de manera anecdótica, por lo que lamentan que se lo han estudiado "para nada". La parte de saber literario, "toda opinión", se podría haber sacado fácil sin estudiar también, afirman. Sobre la dificultad general de la prueba, están divididos: algunos creen que ha sido más difícil que el de otros años con los cuales han practicado y otros lo ven bastante similar. Preguntados por si lo han podido salvar, resuelven con más incertidumbre: "Esperamos que sí...".

"Me lo he inventado un poco"
Marta, de la Escola del Treball de Barcelona, dice que le ha ido "bien", aunque admite que los nervios la hacen dudar de sus conocimientos y que algunas preguntas más técnicas de la parte gramatical "se las ha inventado un poco". "He estudiado, sabía lo que sabía y si ha ido bien, perfecto y si no, pues adelante", afirma optimista. "Asequible, se han portado bien", valora, por su parte, Sebas, de un instituto de Santa Coloma de Gramenet. Con todo, señala que el tipo de pregunta tan abierta pidiendo un texto sobre la incertidumbre con tan pocas indicaciones ha estado "muy nuevo" con respecto a lo que había trabajado en clase. Con dudas, dice, "lo ha podido sacar" como ha sabido. Lo mismo dice Sílvia, del instituto Padre Damián, quien cree que filosofar con el texto tan abierto ha sido lo más difícil.
"Complicado y muy largo"
Otro puñado de alumnos de un instituto barcelonés, el Nen Jesús de Sant Gervasi, lamenta que ha visto el examen "más complicado" que el único modelo de prueba que tenían y con el cual han trabajado desde octubre. Lo más dificultoso, dicen, la parte de análisis inverso y los sinónimos, que o no les ha salido o han dudado mucho. Con respecto a los textos, son tajantes: "Si lo entendías bien, si no, malo". A quien le ha ido "fatal" sin matices es a Pau, del instituto Dolmen de Santa Coloma, quien se define como "científico". Señala que ha habido novedades que no suelen preguntar otros años: "Normalmente, el texto que piden es argumentativo, y este año era expositivo...", explica. La redacción lo ha resuelto como ha podido, explicando el principio de incertidumbre de Heisenberg. "Muy complicado y muy largo", se lamenta. En suma, tantas opiniones como alumnos, y tanta dificultad como tanto hayan trabajado durante el curso y estudiado.
¿Más fácil la gramática que la comprensión lectora?
Desde la otra cara de la moneda, Laura, profesora de lengua castellana en el Instituto Padre Damián de Barcelona y presente en la Facultad de Derecho de la UB afirman que han visto un examen bastante fácil en términos generales para el nivel de los alumnos, pese a las incertidumbres añadidas por las novedades de este año. Especialmente en cuanto a las partes gramaticales, ortográficas y lingüísticas, porque han aparecido contenidos que han trabajado mucho en clase. Paradójicamente, dice, ha sido lo que mejor les ha ido, cuando habitualmente es la parte más complicada. Sus alumnos, de hecho, han tenido más dificultades con el texto de Irene Vallejo, siendo la comprensión lectora una de las carencias que más encuentran los docentes en las aulas últimamente. La profesora señala que si bien es un artículo de prensa que para un adulto puede ser accesible, para ellos es más complicado llegar a entender las frases hechas y expresiones complejas que utiliza la autora.