Berga ya hierve con las fiestas de la Patum, que este jueves, día de Corpus Christi, vivió la primera Patum Completa, una de las más emotivas y reivindicativas de los últimos años. Miles de personas llenaron la plaza de Sant Pere para vivir uno de los momentos más esperados de las fiestas, marcado por los gestos simbólicos contra la corona y el sentido homenaje en recuerdo de Josep Maria Isanta, el joven de Berga asesinado hace dos décadas durante las fiestas de la Patum, en la madrugada del 28 de mayo de 2005. La celebración, como es habitual, arrancó con la interpretación de "Els Segadors" por parte de la Cobla Pirineu, que era la encargada de poner música a la fiesta, y el despliegue de la gran estelada gigante con el lema de "República Catalana", partiendo de las escaleras de la Iglesia de Santa Eulàlia, pero la gran sorpresa fue la aparición de la figura del rey Felipe VI al revés en una gran lona que se colgó de uno de los balcones de la plaza entre gritos de independencia y ondeo de esteladas. La jornada se desarrolló sin incidentes graves, aunque de manera preventiva se tuvo que detener el primer salt de plens a causa de dos caídas masivas y la presencia de mucha gente inexperta.
Homenaje a Isanta
Pero por encima de todo, la Patum de este año está marcada especialmente por el 20.º aniversario del asesinato de Josep Maria Isanta i Caselles, el joven de 22 años que fue apuñalado en la madrugada del sábado 28 de mayo de 2005. Los hechos tuvieron lugar en la zona del Canal Industrial, donde se organizaba un concierto dentro del marco de la fiesta. Un grupo de personas con simbología fascista agredió a varios asistentes, e Isanta murió después de recibir tres puñaladas mientras defendía a su hermano. La figura de Josep Maria Isanta sigue muy presente en la sociedad bergadana y su asesinato marcó un antes y un después en la historia reciente de Berga. A pesar del paso del tiempo, la oleada de solidaridad y el homenaje a Isanta se ha mantenido vivo, y coincidiendo con la efeméride de los veinte años se vivió un momento muy especial que llegó durante el segundo salt de los nans nous, la que había sido su comparsa, cuando su hermano, su primo y dos amigos han saltado vestidos con la ropa de aquella Patum y una imagen de Josep Maria ha presidido todo el baile de turcs i cavallets. La emoción se rompió desde el primer toque de tambor. En el centro de la plaza, sus padres —visiblemente emocionados— también han saltado el baile. Su hermano, Jordi Isanta, ha explicado a la ACN que Josep Maria "era patumaire de cabo a rabo y, esté donde esté, seguro que lo verá y estará muy contento".
Un paro del primer 'salt de plens' preventivo
Más allá de los gestos reivindicativos y los homenajes, la Patum volvió a brillar con su fuerza habitual: salts de plens, música, fuegos artificiales y la participación entusiasta de pequeños y grandes. La jornada se desarrolló sin incidentes graves y con un ambiente festivo, reafirmando el carácter único de esta celebración patrimonio de la humanidad, pero sí que se produjo un incidente inusual en el momento más destacado de la fiesta, el salt de plens, donde decenas de diablos saltan y lanzan fuego en la plaza principal, creando una atmósfera espectacular y participativa de color y olor a pólvora. La plaza se volvió a llenar de fuego este jueves por la noche, y solo de la comparsa de los plens saltaron casi 200 personas, 100 al primer salt y 100 más en el segundo. Antes del primer salt, sin embargo, el cap de colla de la comparsa decidió detener el salt antes de que rompieran 900 fuets que llevaban los cien saltadores para evitar que se pudiera producir algún incidente grave. Era la primera vez desde el jueves de Corpus de 2019 que la comparsa se veía obligada a detener el salt.
"La plaza estaba muy llena de gente inexperta y, bajo el tambor, ha habido dos caídas masivas con muchas personas implicadas", explica Sala en Aquí Berguedà. La presencia de mucha gente inexperta y sin llevar una vestimenta protectora ha provocado que se encendiera la alerta. "Había bastante gente con pantalones cortos, mal vestida, que entendemos que no sabían dónde se estaban poniendo ni lo que iban a hacer", ha señalado Sala, que ha añadido: "Lo he dicho muchas veces. No todo el mundo está preparado para asumir un salt de plens, seas de aquí o seas de fuera, tienes que saber qué tienes que hacer". El cap de colla ha lamentado tener que detener el salt, pero ha defendido el protocolo: "Prefiero detener el salt por caídas repetitivas con mucha gente involucrada, que no pararlo y acabar teniendo una víctima. El salt de plens tiene un componente de riesgo, pero si podemos detectar estas situaciones es nuestra obligación pararlo". Los plens son diablos de fuego que se protegen con una ropa gruesa que no quema, con hierbas que tienen propiedades ignífugas —la vidalba ('clemátide')— y una máscara. Cada ple lleva tres fuets en la cola y seis en la cabeza (tres fuets en cada cuerno) y van acompañados de una persona que los guía en medio de la multitud en la plaza. Solo este jueves se han quemado 131 kilos de pólvora de los 400 previstos durante los cinco días de fiesta.