Hace una semana que la peste porcina africana (PPA) entró de lleno en el imaginario de los catalanes, cuando el pasado viernes trascendió que se habían detectado dos casos de esta enfermedad en jabalíes de Collserola, los primeros que aparecían en Catalunya y el resto del Estado español desde 1994. De ser una enfermedad completamente desconocida, en este tiempo, se ha sucedido una avalancha de informaciones que han rodeado lo que se considera una crisis sanitaria, que tiene implicaciones sociales -restricciones en el medio natural dentro del radio de seis kilómetros de la zona cero- y que ya está provocando importantes consecuencias económicas en un sector vital del país, empieza a tener efectos laborales y que también tiene derivaciones políticas. La peste porcina africana no tiene ninguna afectación para la salud de las personas, pero muchos propietarios de mascotas (perros) principalmente, se preguntan qué afectación puede tener en sus animales y qué tipo de protección hay que tener si se sale por la montaña y se pueden encontrar con un jabalí. 

El virus es inocuo, pero hay que tener cuidado

Los veterinarios y las autoridades sanitarias indican que no hay evidencia de que los perros o los gatos se infecten o desarrollen la enfermedad de la peste porcina africana. Los expertos aseguran que el virus que causa la enfermedad también es inocuo para las mascotas, pero no hay que confiarse, porque si bien no puede perjudicar la salud de los animales y las personas, sí que pueden tener un papel activo que hay que tener en cuenta. El virus no es capaz de multiplicarse ni de colonizar ninguna otra especie que no sea la suya, es decir, el jabalí o el cerdo. “Se transmite solo entre cerdos y jabalíes, no afecta a las mascotas, ni perros, ni gatos, ni conejos. En el caso hipotético de que una mascota entrase en contacto con un cerdo contaminado o si, por ejemplo, un perro mordiera a un animal con la enfermedad, tampoco pasaría nada. Podemos estar tranquilos”, explica Josep Solé, presidente de la Asociación de Veterinarios de Porcino de España y de Cataluña. Pero el problema con las mascotas no es de salud, sino de propagación del virus si acuden a zonas infectadas o de riesgo, porque pueden contribuir a diseminarlo, y también las personas si pasean o circulan por estos espacios afectados. Se pueden pisar heces con presencia del virus y transportarlo sin saberlo a otros lugares, y acabar afectando a cerdos y jabalíes.

La explicación científica

Pero, ¿cuál es la explicación científica que descarta que la PPA pueda afectar a las personas y a sus mascotas? La peste porcina africana (PPA), causada por el virus de la PPA (VPPA, un Asfivirus de ADN bicatenario), es altamente específica para la familia Suidae (cerdos domésticos, jabalíes, facóqueros), infectando solo sus células mediante receptores como CD163 en monocitos y macrófagos, lo que permite la replicación viral exclusiva en estas especies. El VPPA no tiene receptores funcionales en células humanas ni de mascotas comunes (perros, gatos, etc.), por lo que no puede entrar ni replicarse en ellas vía endocitosis (el proceso por el cual una célula 'engulle' moléculas grandes, partículas o incluso otras células pequeñas del exterior, envolviéndolas con una porción de su propia membrana plasmática para formar una vesícula que pasa al interior del citoplasma) o macropinocitosis (la célula incorpora grandes cantidades de líquido y partículas del espacio exterior), procesos clave para su ciclo en suidos. Sin unión a receptores del huésped compatibles ni replicación, el virus no causa infección productiva ni síntomas en no-suidos, aunque puede persistir brevemente de manera mecánica en superficies o vectores como las garrapatas Ornithodoros. En humanos, la ausencia total de receptores del VPPA y la falta de evidencia epidemiológica de zoonosis, los hace inmunes. En las mascotas, no se detecta viremia ni multiplicación viral; solo transporte pasivo en pelo o patas sin transmisión biológica.

¿Cómo se transmite el virus entre los jabalíes y cerdos?

El virus de la peste porcina africana está entre los jabalíes y los cerdos a través del contacto directo e indirecto y puede transmitirse a través de garrapatas competentes de cuerpo blando del género Ornithodoros. La vía directa es el contacto animal-animal (por saliva, sangre, orina, heces, secreciones nasales y genitales durante peleas, montas o proximidad; incluye transmisión vertical de la madre a los lechones) e indirecta, con material contaminado (carne infectada, restos de comida, piensos, agua o hierba contaminada por jabalíes), siendo altamente contagioso, ya que un cerdo infectado puede propagarlo en 2-4 días mediante secreciones con una carga viral alta. Los jabalíes y cerdos infectados con peste porcina africana (PPA) presentan síntomas que incluyen fiebre alta, inapetencia, hemorragias internas y externas (en la piel, que se enrojece o se vuelve azulada, especialmente en las patas, orejas, hocico y cola), diarrea, vómitos, convulsiones e incoordinación. Estos signos aparecen tras un período de incubación de 2 a 14 días y evolucionan rápidamente hacia la muerte, que puede ocurrir entre 5 y 10 días después del inicio de los síntomas. En hembras gestantes se observan abortos y un aumento de lechones momificados.