El castellano pasa a ser a partir de este septiembre lengua de uso curricular en Catalunya. ¿Qué significa eso? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Con el fin de esquivar la sentencia del 25% de castellano, el Parlament aprobó una nueva ley que insta las escuelas e institutos a adaptar sus proyectos lingüísticos "a la realidad sociolingüística de los centros". Eso da a entender que en todos aquellos centros a rebosar de alumnos castellanohablantes no se tiene que hablar ni una gota de castellano, porque hay que potenciar la lengua propia de Catalunya; y que en lugares donde los estudiantes dominen el catalán a la perfección y tengan un nivel más bajo de castellano -pocos ejemplos, pero a cualquiera le puede venir a la cabeza un cliché como Vic- sí que se potencie la lengua española, haciendo una asignatura con este idioma.

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Pero eso no es tan fácil. Sobre todo con respecto al Àrea Metropolitana de Barcelona, una zona complicada con respecto a la búsqueda de alumnos catalanohablantes. ElNacional.cat ha podido conversar con dos profesores para saber cómo se ha vivido en sus claustros la llegada del castellano curricular. Marc Hortal es el director de un instituto del distrito barcelonés de Nou Barris llamado Pablo Ruiz Picasso, y explica que en su centro "no hay casi ningún alumno catalanohablante" y que sus estudiantes "tienen muy poco contacto con el catalán fuera de la escuela". Y Àlex Rosa es maestro de primaria en la escuela Baldiri Reixac de Badalona. "No hay ningún alumno catalanohablante, ni uno", explica a este diario. Los dos aseguran que en sus centros los alumnos recién llegados acaban teniendo un mejor nivel de castellano porque sus compañeros de clase utilizan la lengua española.

El castellano, presente

A partir de este septiembre, estos dos centros tendrían que aplicar la introducción del castellano curricular. ¿Pero cómo se ha trabajado hasta ahora, en un régimen de presunta absoluta inmersión lingüística? "Nosotros nunca hemos cumplido la inmersión en secundaria", admite Hortal durante su conversación con este medio. Explica que la lengua española siempre ha tenido "presencia" en su instituto porque "el profesor da la clase en catalán" pero el alumno hace preguntas en castellano y al final, con el fin de hacerse entender, se acaba optando por utilizar esta lengua. De manera orgánica. Rosa, por su parte, también explica que en la escuela es muy difícil "hacer de policía" y que a veces es la misma dinámica del aula que acaba llevando a un escenario en el cual "el castellano acaba estando mucho más presente que un 25%".

¿Y qué pasará a partir de este septiembre? Los dos aseguran que en su escuela no se realizará ningún cambio, y lo dicen lamentándose, teniendo en cuenta la situación del catalán en estos centros. "En nuestro centro estamos elaborando un programa con el fin de hacer más atractivo el catalán, darle un impulso y demostrar que es una lengua viva e interesante", dice Hortal, pero admite que hacer un 100% de catalán es imposible cuando tienes prácticamente todo el alumnado castellanohablante. Rosa, que opina que la sentencia del TSJC sobre el 25% es únicamente "para marcar paquete" y que "no tiene ningún tipo de sentido", considera que los centros "todavía tienen que velar por reducir el castellano".

La recepción en los claustros

Al fin y al cabo, en el claustro del Instituto Pablo Ruiz Picasso el anuncio sobre el castellano curricular se vivió "con cierta preocupación, pero no con una gran preocupación", por los motivos mencionados anteriormente. Rosa matiza que en su escuela, toda la cuestión de la lengua se vivió "con cierto malestar porque no se ha sabido hacer frente" a la sentencia del 25%. "Hay que tener en cuenta que este año se ha mezclado el tema de la lengua con el despropósito del Departamento por el tema del calendario; no ha habido mucho tiempo de sentarse y debatir", añade el maestro de la Baldiri Reixac.

ElNacional.cat también ha podido saber cómo se ha vivido la nueva ley sobre el catalán y el castellano en la escuela en dos centros del Vallès Occidental y otro del Barcelonès. Aseguran que el castellano curricular no hará modificar ni un milímetro sus proyectos lingüísticos porque no han recibido instrucciones de aprobar ninguno de nuevo. Están a la expectativa, aunque dudan de que tengan ningún problema. Si tienen que hacer algún cambio, ya lo harán cuando lo exija el Govern. Además, el hecho de que toda la cuestión de la lengua en las escuelas esté recurrida en el Tribunal Constitucional y no se sepa qué acabará pasando hace que estén a la espera.