Moderadores que trabajaron para una empresa con sede en Barcelona dedicada a moderar y filtrar contenidos de la plataforma de videos cortos TikTok denuncia haber tenido que ver videos violentos y perturbadores como "decapitaciones o mutilaciones". Así lo han relatado exempleados de la compañía, Majorel SP Solutions, en declaraciones a Europa Press. Si bien no era un contenido que tuvieran que ver a diario, sostienen que sí estaban expuestos a ello con suficiente frecuencia como para que les afectase emocionalmente. Por ello, una exempleada ha presentado una querella contra cuatro responsables de la empresa.
Este contenido violento se multiplicó a raíz del estallido de diversos conflictos armados en el mundo, sostienen las empleadas. Según su relato, la empresa tenía dos departamentos a modo de filtros y uno de ellos estaba más expuesto que el otro a los contenidos de violencia explícita. Los que estaban en TikTok1 veían "lo más peligroso y violento", que no llegaba a TikTok2 porque ya habían sido revisados. La querellante alega que revisaban hasta 1.200 vídeos al día, entre los que había material "altamente sensible y perturbador" como vídeos de asesinatos, decapitaciones, descuartizamientos, violaciones, zoofilia, pornografía infantil, abusos a menores, desmembramientos, suicidios en directo, torturas y terrorismo.
Una extrabajadora sostiene que, en un momento de su vida en el que se encontraba baja de ánimo por una cuestión personal, los contenidos que tuvo que revisar le afectaron especialmente: "Tuve que ver imágenes horribles que me impactaron mucho". A causa de esta situación, asegura que cayó en una depresión, pero aun así siguió trabajando y que no se sintió apoyada ni por la empresa ni por sus propios compañeros: "Me sentía completamente sola, deprimida y sin ayuda".
Así, la trabajadora cogió la baja por incapacidad temporal en 2023 tras no aguantar más "la exposición a este contenido altamente sensible por haber desarrollado un trastorno mental" y ese mismo año presentó varias denuncias ante la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social de Barcelona para dar a conocer las condiciones de los moderadores. Esto dio pie a un acta de Inspección de Trabajo en 2024 que concluía que existe una causa-efecto entre la omisión de medidas de prevención y las secuelas psíquicas sufridas por la trabajadora.
"Condicions laborals absolutament inhumanes"
En la querella figuran como responsables civiles subsidiarios las empresas Majorel, Tiktok Technology Limited y su filial Tiktok Information Technologies Spain. La empleada sostiene que cuando comenzó a trabajar en la empresa en 2019 fue contratada como "teleoperadora", que no recibió formación a nivel preventivo frente a los riesgos psicológicos inherentes al puesto que iba a desempeñar y que no se le indicó que debía visualizar contenidos sumamente violentos. De hecho, sostiene que la compañía "minimizaba" este detalle tanto en las entrevistas de trabajo como en las sesiones de entrenamiento que realizaban una vez contratados.
Asimismo, la exempleada acusa a la compañía de imponer a sus empleados unas "condiciones laborales absolutamente inhumanas". Al hilo, sostiene que la empresa no adoptó medidas técnicas u organizativas para reducir el impacto de la exposición, como filtros visuales o distribución equilibrada del contenido sensible y que "no tomó las medidas necesarias para proteger la seguridad y salud de la trabajadora frente a los riesgos psicosociales inherentes a su labor". Preguntada una de las extrabajadoras si volvería a trabajar como moderadora, indica que con la misma compañía, nunca: "En mi opinión, es una empresa sin escrúpulos".
La empresa lo niega y otra exempleada sostiene que no era para tanto
Tres de los responsables de la empresa que declararon el pasado lunes en el Juzgado de Instrucción 9 de Barcelona negaron que los trabajadores revisaran contenido audiovisual "altamente perturbador" y que si lo hacían era de forma residual. Así lo explicó el abogado representante legal de la querellante, Francesc Feliu, tras la comparecencia. Otra exempleada contradice el relato de la querellante y asegura que el grueso del contenido que visionaban era musical y que por eso no considera que le haya afectado psicológicamente: "Se colaba algún vídeo, pero en general no eran vídeos duros". Asimismo, sostiene que podían "parar e incluso no moderar hasta el final" y que tenían psicólogos con los que poder hablar en cualquier momento. "En eso no puedo quejarme", sentencia.