De pequeño, una mujer del barrio del entonces niño Bob Prevost vaticinó, cuando tenía él solo 6 años, que sería el primer papa de los Estados Unidos. No iba errada, la vecina profética. Ha llegado por el consenso de unos cardenales que han visualizado en él el perfil conveniente para un mundo convulso. Entre otros motivos para la elección, el hecho de que sea nativo de los Estados Unidos y que pueda mantener una conversación de tú a tú con el presidente de esta superpotencia mundial, es una garantía que ofrece más avales que la visión de un papa argentino. El mundo carece de interlocutores que pongan las bases para hablar, y no comunicarse con impactos de bala o de dron asesino.

No pensemos que hay una tríada única en este Papa que pasa por EE.UU.-Perú y Roma. Prevost ha estado en todo el mundo, de Ulldecona a Badalona pasando por todas partes, y desde hace unos años con una especial atención en toda América Latina, porque presidía la Pontificia Comisión para América Latina, una entidad que pasa desapercibida, pero que en el Vaticano tiene su estratégica posición, y tenía el interés muy fuerte del papa anterior. Además, haber sido general de su orden religiosa lo había llevado a ser visitador de las comunidades, la mejor manera de conocer una realidad: yendo personalmente.

León XIV aprenderá a dominar la escena pública, donde por ahora se mueve con una cierta rigidez, leve, pero presente. En la cena, después de ser escogido, que tuvo toques de celebración y familiares, los cardenales se iban levantando para saludarlo e iban hablando con tranquilidad y sin excesivas reverencias, porque ahora es Papa, pero ayer era cardenal y esta humanidad y hermandad entre ellos lo ha practicado. ¿Un león que no da miedo es posible? Que respondan los zoólogos.

Buen hacer y moderación

Es una clase A. Quien ha trabajado con él destaca el bueno hacer, la moderación. Eso duró a frustraciones, sobre todo de los más progresistas, que no lo verán lo bastante radical, pero también de los más conservadores, que se pondrán nerviosos con su bondad pacificadora. Lleva la L de "learning", porque ahora es un Papa en prácticas, pero esta L de león la ha escogido él mismo, y se encontrará bien. Americano (técnicamente es el segundo papa americano, después de Bergoglio, porque América lo engloba todo) no ha dejado libros ni escritos previos.

Formado como religioso agustino, quizás aplicará lo que en época de Agustín de Hipona se hacía a la escuela: los textos pedían ser competente en grammaticus y en rhetor. Para escribir, se tenía que saber las herramientas del orator y del scriptor, y se hacía uso de la técnica de la quaestio-responsio. Es decir: que no será, previsiblemente, un papa espontáneo, sino que dejará textos bien pensados, trabajados. Se ha visto ya y es probable que lo vaya sofisticando más.

El cardenal Omella, en un encuentro con periodistas que han cubierto el Cónclave, revelaba que tiene buena relación y que estos días hablaban con la naturalidad de ser hermanos en el colegio cardenalicio y tener temas de interés comunes. Lo ha definido como un hombre moderado, pastor y misionero. E inteligente. Posee una inteligencia no intelectual: no es un papa académico, sino vivido. Le gusta encontrarse con la gente (40 años de misiones lo reclaman) y su estilo de gobierno tendría que incluir, por lo tanto, más cardenales asesores, y probablemente también laicos, porque es su manera natural de trabajar.

Con los pobres en el corazón

León XIV tiene en el corazón los pobres, revela también su hermano, y lo corrobora el cardenal de Barcelona. Los pobres que cuando se marcha el sol a la plaza de san Pedro abren sus esteras y buscan cubierta. No será fácil encontrar un camino de acuerdo con los grandes de la tierra que no tienen interés en dirigir injusticias. León XIV tiene y exhibe esta sensibilidad, y no se estará de repetirlo y demostrarlo.

En esta inclusión de los otros en los menesteres diarios, es interesante fijarnos en las mujeres que han participado en la primera misa del Papa, que en teoría era solo para los cardenales. Dos mujeres han hecho las lecturas. No había pasado nunca. Se volverá a repetir, porque no organizas una puesta en escena así si no quieres que continúe.

No sé si los historiadores saben que san Agustín tenía una voz débil, pero lo explican, aunque su discurso era de una potencia innata. El nuevo Papa de momento no ruge como un león, pero tampoco habla como un pajarito. No es un volcán como Wojtyla cuando hablaba, ni un conectador inmediato como Francisco que, recordémoslo, también aprendieron a "ser" papas, porque ciertamente se aprende.

San Agustín utilizaba sus homilías para abrir conversaciones con la gente, para conectar. En el detalle de la primera homilía del Papa León XIV de hablar de la fe, y de ver a Jesucristo no como un superhombre sino como Dios, Prevost se acerca mucho al pensamiento de Benedicto XVI, con aquella insistencia a poner siempre la fe y Jesucristo en el centro, también del discurso, y no solo con el impacto ejemplificador de los gestos.

Los dos hermanos del flamante neopontífice han hecho saber que de pequeño jugaba a ser cura, y que utilizaba la tabla de planchar como altar. Los caramelos eran las hostias. ¡No juegues con fuego, a que te quemarás!, vaticinan las abuelas. Que el fuego de las polémicas, de las injurias y de las presiones no lo quemen. Parece un hombre muy capaz de protegerse, y de proteger. Por ahora, su agenda ya es la de un Papa, sin días de ocio. Lo ha aceptado, y el mundo, por ahora, también lo acepta de buen grado.