Cuando Laura Pou (Serra de Daró, 1988) le dijo a sus padres que haría las oposiciones para ser bombera, sintió que los decepcionaba. Ellos, que le habían pagado una carrera y tenían un proyecto pensado para la hija, no querían creer que apostara por un trabajo con un riesgo tan elevado. Afortunadamente, cuando vieron el esfuerzo que invertía, aceptaron que era el oficio de su vida y la apoyaron. Laura tiene una visión romántica de aquello que hace y describe el trabajo del día a día en el Parque de Cerdanyola del Vallès con una gran inteligencia emocional; prioriza la seguridad en sí misma y la relativización de problemas ajenos para enfocarse en aquello realmente importante: desarrollar todos los servicios poniendo el alma y salvar vidas. Minimiza las pocas muestras de machismo que se ha encontrado en estos 4 años en el Cos de Bombers de la Generalitat, aunque es consciente que la sociedad patriarcal es sistémica. En esta y en todos los otros trabajos.

 

Hemos hablado con 5 bomberas, tú eres la sexta, y todas han coincidido en decir que nunca se hubieran imaginado trabajando de bomberas.
A mí de pequeña me daban miedo los bomberos porque viví una situación de un fuego de chimenea en casa mis abuelos. Tengo un recuerdo de miedo.

Hace cuatro años que formas parte del Cos de Bombers de la Generalitat de Catalunya.
Mi decisión de ser bombera vino influenciada por una muy buena amiga mía que un día me dijo que quería ser bombera. En un primer momento me extrañó mucho, no me lo había planteado nunca. Se empezó a preparar físicamente y yo comencé a entrenar con ella y cuando hizo su primer intento, yo seguí. Y hasta hoy.

Entiendo que tú ya tenías sensibilidad por este tipo de profesión.
Esta es la pregunta que me hice, si sería capaz de hacer frente a un trabajo como este. Por ejemplo, me adentré en el mundo de las ADF para acercarme a los incendios forestales o me hice voluntaria en Cruz Roja. En aquel momento, yo estaba acabando la carrera de Ingeniería Química y no tenía nada que ver, y poco a poco fui viendo que era un mundo que me haría sentir mucho realizada y que podría ser un trabajo muy completo.

LAURA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

¿Y cómo es el momento en que tú le dices a los amigos o a tu familia que pasas de una cosa a la otra?
Mis amigas no se extrañaron, supongo que por mi talante. Pero para mi familia fue un golpe duro. No se lo esperaban y yo interpreté decepción, porque ellos me habían pagado una carrera y yo estaba decidiendo tirar por la borda aquel proyecto que ellos habían pensado para mí y decidía ir hacia una dirección totalmente opuesta, con el riesgo que este trabajo supone. Les costó aceptarlo, aunque cuando empezaron a ver todo el esfuerzo que dedicaba, me fueron apoyando.

¿Por qué crees que tenían una visión catastrofista de tu decisión?
No tenemos que negar que es un trabajo que tiene un riesgo implícito. Muchas veces para resolver situaciones se tienen que asumir riesgos. A día de hoy, yo creo que gracias a la profesionalización y la tecnificación del cuerpo, cada vez el círculo de riesgo es más pequeño y se intenta generar una zona de seguridad. Antes era un trabajo considerado muy duro, muy físico y muy peligroso.

Y llegó tu primer día en un parque de bomberos.
Éramos 3, y casualmente aquel día no había cabo, así que si hacíamos un servicio lo teníamos que solucionar solos. Tenía una contradicción interior, que era la duda de si sería capaz de hacer frente a los servicios que hubieran durante la guardia y, por otra parte, era consciente que para poder alcanzar estos servicios con éxito tenía que estar convencida y segura de mí misma. La incertidumbre me generaba un sentimiento contradictorio.

¿Crees que tenías más incertidumbre por ser un oficio masculinizado?
¿Como mujer? Yo creo que la incertidumbre la tenemos que gestionar igual que un hombre. No tengo más porcentaje de incertidumbre que mi compañero. El trabajo de bomberos, ya de por sí, tiene un porcentaje de incertidumbre muy elevado, porque tanto puede ser que tengas una guardia muy tranquila como que no pares desde las 7h de la mañana. Yo creo que es una de las particularidades con las que tenemos que aprender a convivir, porque tanto la guardia como el servicio son la gestión de una incertidumbre.

LAURA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

Otras compañeras bomberas han sentido que en ocasiones tenían que demostrar al doble por ser mujer.
Sí, aunque, en mi caso, sobre todo a nivel interno y personal. A veces me tengo que decir a mí misma: "Laura, no tienes que demostrar nada a nadie". Básicamente, por mi talante, porque soy una persona que me exijo bastante y me gusta hacer las cosas bien hechas. Supongo que esta manera de ser me viene condicionada por la sociedad patriarcal, y todo eso me afecta.

¿Pero has vivido muestras directas de machismo?
Seguro que sí, hay mucho machismo encubierto, tanto en el habla - también la mía - como en la calle o cualquier otro trabajo. Algunas he sido consciente y otras no. Una que me viene a la cabeza, antes de entrar como bombera comuniqué en una reunión en mi anterior trabajo que me marchaba. Cuando dije que había entrado de bombera en la Generalitat, uno de los compañeros me preguntó: "¿De bombera secretaria?". Me sorprendió mucho.

Este comentario desafortunado no te impidió impulsar un equipo de excarcelación totalmente femenino.
Sí, fue hace un par de años. A raíz del fanatismo que siento hacia el ámbito de accidentes de tráfico, un compañero bombero me propuso la idea de montar un equipo donde fuéramos todo chicas. Empecé a ponerme en contacto con bomberas de mi promoción, todas me dijeron que sí, y fuimos dando voces a todas las demás. Ahora tenemos un grupo de Whatsapp y, aunque no tenemos sede de entrenamiento, nos añadimos al de otros parques. Intentamos coincidir 5 o 6 bomberas para cortar coches, hacer maniobras y compartir aquel tipo de situaciones y emociones que surgen del esfuerzo, del reto que es hacer servicios de este tipo.

Laura: "En este trabajo, tienes que tener valentía para hacer frente a tus propios miedos"

Es un oficio que reúne muchísimos valores humanos.
A mí una de las cosas que más me gustan es tratar con personas, no sólo en los servicios, sino principalmente las conexiones que se generan dentro del parque, el compañerismo que hay entre nosotros es bestial. Y la valentía que supone este trabajo, hacer frente también a tus propios miedos, a situaciones que no te esperas.

¿Por ejemplo?
Recuerdo un accidente de tráfico que fue muy fuerte. Un choque frontal en el que el hombre, por suerte, salió adelante; pero nos costó mucho sacarlo, porque estaba totalmente atrapado por la chatarra del vehículo. Supongo que ya lo tendrías que saber antes, pero aquí es cuando te das cuenta de que eso va de verdad, y que los entrenamientos, las prácticas y la proactividad tienen un sentido.

Tiene que ser difícil no llevarse el trabajo en casa.
Sí. Para mí, sí.

Desconozco si los bomberos/as tenéis acceso a apoyo psicológico.
Es voluntario. Tú puedes pedir al equipo de psicólogos de manera personal y, además, cuando hay un incidente crítico, este equipo se activa y no hay problema en que tú hagas las sesiones que hagan falta para poder colocar y aprender a transitar aquel tipo de emoción o situación que tú has vivido. La salud mental es tanto o más importante que la capacidad técnica que puedas tener en el oficio.

LAURA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

¿Qué le dirías a una chica que quiere entrar al cuerpo pero tiene dudas?
Las dudas son naturales, forman parte de todas las decisiones. Le diría que hiciera lo que sintiera y que intentara luchar por aquello que siente que tiene que hacer. Este trabajo lo puede hacer cualquier persona: hombre, mujer, trans... La diversidad es lo que enriquece el cuerpo y el trabajo.

Seguramente, hay cosas que cambiarías.
Yo no soy madre, pero sé que hay condiciones que se pueden mejorar mucho en relación a la maternidad. También el tema del estigma de la menstruación. Yo, cuando tengo la regla, a duras penas me puedo mover y me tengo que tomar un Ibuprofeno para poder desarrollar el trabajo. Creo que es un punto a trabajar. No se trata de que tú te mediques cada vez que tienes este día y tienes trabajo. Después están las instalaciones: hacen falta más para que quepamos todas, porque ahora no somos más de una o dos por parque, pero el día que seamos más no cabremos en los vestuarios que tenemos en algunos parques. Y que no sorprenda tanto que la gente te vea como bombera.

¿Y cómo lo hacemos?
Es trabajo de todos. Que tú cojas y de pequeña te preguntes qué quieres ser de mayor y no tengas ningún tipo de filtro para poder tomar aquella decisión. Es un tema colectivo y social, tenemos que hacer el esfuerzo de darnos cuenta de estos micromachismos, que a veces no se ven, y hacer frente a eso para intentar cambiarlo.