El año 2004 a Genciana Meneses (Barcelona, 1978) no le daba ni frío ni calor el oficio de su tío: bombero. No conocía a ninguna bombera, no tenía ningún referente femenino de la profesión y no se le había pasado por la cabeza abandonar su trabajo de protésica dental. ¿Qué sentido tenía, sin embargo, hacer vacaciones en verano cuando ella no quería hacerlas? ¿Qué sentido tenía pasarse ocho horas al día en un laboratorio, cuando lo que en realidad quería era correr, caminar, escalar o sencillamente trabajar al aire libre? Un día todo cambió, sin embargo, y un amigo la convenció para apuntarse a una campaña forestal. Diecisiete años más tarde, esta bombera de primera del Parque de Rubí hacía una petición al conseller de Interior reclamando un estudio sobre lo que representaban los embarazos en el Cuerpo de Bomberos, sin muchas esperanzas de recibir respuesta. El conseller, sin embargo, sí que respondió, al igual que muchas de sus compañeras responden diariamente en el grupo de Whatsapp que ella creó hace un par de años, cuando haciendo un buen uso de las nuevas tecnologías decidió potenciar la red de mujeres bomberas con un chat donde tienen cabida las todavía demasiado pocas bomberas de la Generalitat de Catalunya.

 

 

Eres la cuarta mujer en la vida que veo vestida de bombera. ¿Lo encuentras normal?
No lo encuentro normal, pero es evidente que hoy día es una realidad. De hecho, cuando paseamos por la calle o vamos a un servicio, cuando los niños nos miran, se sorprenden de ver a una mujer bombera.

¿Y los adultos?
También. ¿Una mujer llevando un camión? ¿Una mujer haciendo un rescate? ¿Una mujer apagando fuego?

¿Tampoco tú de pequeña debiste haber visto a ninguna bombera, no?
Yo tenía un tío que era bombero, en Madrid, pero a mí ni me pasaba por la cabeza que su trabajo lo pudiera hacer una mujer. Por lo tanto, mi futuro no me lo imaginaba como bombera.

Carece de referentes femeninos, supongo.
Si no ves a una mujer haciendo de bombera, supongo que es difícil reflejarse en alguna cosa.

¿Qué querías ser de pequeña?
De jovencita siempre me llamó la atención ser maestra y me planteaba estudiar magisterio infantil, pero después pensé en hacer INEF, porque me gustaba mucho el deporte y la escalada. Finalmente no fue posible estudiar la carrera, y acabé estudiando prótesis dental.

GENCIANA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

Qué giro de guion inesperado.
Estuve trabajando de protésica dental casi cinco años, y el trabajo no me desagradaba, pero no me proporcionaba del todo aquello que yo necesitaba. Hubo un día bastante importante para decidirme a hacer de bombera: el día 11 de marzo de 2004, cuando hubo los atentados de Madrid.

¿Viste mujeres bomberas trabajando en los rescates?
No sólo eso, sino que yo estaba trabajando en el laboratorio, haciendo prótesis, y desde la ventana, mientras oía la TV de fondo, veía el patio de una escuela llena de niños corrientes moviéndose, yendo arriba y abajo. Y yo estaba allí dentro, encerrada, y me sentía como oprimida, y tenía ganas de salir, y de correr, y de moverme, y sobre todo de ayudar a los demás.

¿Qué te lleva a plantearte hacerte bombera?
Tenía un amigo que había entrado en Bomberos hacía poco y me dijo: "Genciana, hazte bombera, es lo que estás buscando". Dicho y hecho. Dejé el trabajo, hice la primera campaña forestal y el primer día ya me di cuenta de que aquello sí que me llenaba. Después estuve tres años preparando la oposición, hasta que entré.

Un amor a primera vista en toda regla.
Es un trabajo donde reina lo imprevisto, pero lo imprevisto entendido de forma positiva.

Nada que ver con la monotonía de hacer dientes.
No sabes nunca qué te encontrarás, por lo tanto nada es monótono y cada día es una aventura diferente. Y además, velando por ayudar a los demás y trabajando siempre en equipo.

GENCIANA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

Cuando entraste en Bomberos había alguna otra mujer en el Parque?
No, yo era la única. Pero nunca me sentí sola, ya que desde el primer día los compañeros me abrazaron.

¿Era un mundo habilitado para una mujer? ¿O mejor dicho, lo es?
No lo era entonces, y a duras penas lo es ahora. También te diré que a mí me preocupaba poco, la verdad; yo vengo del mundo de la escalada y siempre he escalado con hombres, por lo tanto tener que avisarlos de que entraba en el vestuario y a ducharme es algo que me molestaba poco, por no decir nada. En todos estos años nunca ha faltado el respeto de mis compañeros ante estas pequeñas situaciones, sinceramente.

¿Ha mejorado el panorama?
Yo he estado diez años en el Parque de Maçanet y las obras de habilitación del parque las hicieron el año pasado, cuando entró una segunda bombera. Sí, ahora por fin empezamos a ver cambios y parece que la administración se ha puesto las pilas en los últimos años para revertir la brecha de género en el cuerpo, pero sigo pensando que no se piensa en un futuro lejano, sino en un futuro inmediato, como quien pone parches para salvar la situación en vez de pensar a diez, veinte o treinta años vista.

Actualmente hay un 2% de bomberas en el cuerpo; ¿si el año 2050 hubiera un 10% o un 20%, ¿qué necesitarían los Parques para estar habilitados para este número de mujeres?
Te lo responderé de la forma más sencilla posible: lo mismo que tienen los hombres. Un espacio donde se puedan cambiar, donde se puedan duchar más de una a la vez y donde, sencillamente, puedan disfrutar de intimidad.

¿Aparte de mejoras logísticas, se ha avanzado en las mejoras estructurales?
Espero que sí, pero me temo que no lo bastante. No le deseo a ninguna compañera la odisea que viví hace seis años cuando me quedé embarazada.

GENCIANA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

¿Qué pasó?
En cuanto te quedas embarazada, dejas de estar operativa y pasas a una no operatividad, lo que implica un cambio de horario y un cambio de estructura de vida. Pasar de trabajar con guardias cada tres días de 24h a hacer un horario de oficina de 07.00h a 15.00h, por ejemplo. Hay un cambio de trabajo, pero no de logística laboral: en mi caso, se me denegó el traslado a Mataró, al parque de la ciudad donde vivo.

¿No estás operativa para trabajar, pero sí para conducir 40km para arriba y para abajo para ir a trabajar?
Eso es lo que yo argumenté. Además, por desgracia sufrí un embarazo bastante complicado, con un cansancio extremo y alguna complicación. Literalmente tenía miedo de coger el coche para ir a Maçanet y dormirme en la carretera. Pedí a la región ir de tardes; me lo denegaron. Pedí ir a Mataró; también me lo denegaron. Finalmente sufrí pérdidas y contracciones, y el médico me dio la baja, pero claro está, tuve que luchar casi hasta el octavo mes para que me adaptaran del todo el puesto de trabajo.

¿Después de parir seguiste en Mataró?
Sí, durante tres años. Por suerte, después del parto la adaptación laboral a mi situación personal resultó efectiva; hice ocho meses de maternidad juntando permisos y vacaciones, y me reincorporé desde el 8.º mes de mi hijo hasta que cumplió tres años. Durante tres años le di pecho, por lo tanto seguí tres años no operativa y trabajando en Mataró, donde estuve comodísima y haciendo trabajos de los cuales me siento muy orgullosa, aunque no fueran en primera línea de fuego.

En total, cuatro años sin estar operativa.
Cuatro años sin estar operativa, por lo tanto, cuatro años sin optar a la formación de Bombers, ya que sólo puedes acceder a ella si estás operativo. Más formación es igual a más méritos, y más méritos es igual a más puntos cuando pides un traslado. Por lo tanto, no dejé de trabajar durante cuatro años, pero por el solo hecho de haber tenido un hijo perdí la oportunidad de formarme y, en definitiva, de tener unos derechos que sí que tienen los demás compañeros y compañeras.

El famoso techo de cristal es eso.
A mí me habían hablado mil veces de eso, pero no fue hasta entonces que me di cuenta de verdad. Para cualquier mujer trabajadora, sea o no bombera, en el momento de ser madre existe un techo de cristal. Económicamente no, ya que en nuestro caso las tareas son las mismas y el sueldo, también. Pero una maternidad te cambia la vida, y creo sinceramente que a las mujeres nos la cambia más que a los hombres, generalmente.

GENCIANA bomberas Torroella de Montgrí - Montse Giralt

¿Seis años después, esta odisea tuya se volvería a repetir?
Espero que no, ya que depende de muchos factores. Depende del parque donde estés, de la región donde trabajes y de mil factores que no dependen de ti. No hay una ley o una circular que determine con pelos y señales qué hay que hacer, pero es un problema más genérico, no sólo de las bomberas: en la sociedad que vivimos, es poco alentador ser mujer, querer ser madre y trabajar. Quizás nos tendríamos que plantear todos, como sociedad, qué estamos haciendo mal.

Cecília Egea, primera mujer que entró en el Cuerpo de Bomberos el año 1989, actualmente ya jubilada, nos dijo hace unos cuantos días que sus compañeros sólo se tenían que preocupar por hacer su trabajo, y en cambio ella se tenía que preocupar por hacerlo y luchar por poder hacerlo. ¿Estás de acuerdo?
De la misma manera que te acabo de explicar mi caso hace seis años, durante el embarazo, también te tengo que decir que en mi día a día laboral no tengo que luchar. Yo personalmente, cuando menos, no me encuentro con que tenga que demostrar nada. Por suerte, nosotras no hemos tenido que lidiar con muchas de las cosas que se encontró Cecília hace más de treinta años.

¿Has tenido que hacer frente al machismo dentro de tu trabajo?
Considero que no. Ni machismo ni menosprecio. Algún comentario fuera de lugar he sufrido, evidentemente, pero por suerte, en la vida, el tiempo acaba poniendo a todo el mundo en su sitio.

¿Qué le dirías a una chica joven que quiere ser bombera y tiene dudas al respecto por miedo de no tener cabida en un mundo con muchos más hombres?
Que no tenga miedo, ya que una es aquello que quiera ser. Al final, los límites se los pone cada uno, y si alguien tiene el sueño de ser bombera, tiene que ir a muerte a buscarlo. Y sobre todo, que quizás es un mundo con muchos más hombres que mujeres, pero que es un trabajo donde nos complementamos todos: para mí, la magia de los bomberos radica en el hecho de que los equipos sean mixtos, ya que cada uno aporta su parte.

Trabajo en equipo.
Varias visiones y puntos de vista para un objetivo en común: ayudar a las personas.