Cuando Gemma Milian (1967) era pequeña quería ser enfermera porque tenía una muñeca vestida con la cofia y la bata blanca. Si hubiera existido alguna de bombera, quizás habría entrado en el cuerpo antes de los 31 y se habría ahorrado pasarse 8 años trabajando de administrativa. Ahora recuerda el despido con gratitud. Y es que junto con otra compañera, Gemma es la primera bombera básica del Cos de Bombers de la Generalitat de Catalunya, una referente creada a sí misma en un contexto laboral sin vestuarios ni tallas de uniforme adaptadas. Entonces nadie se planteaba eliminar los estereotipos de género dentro de los oficios; y ahora, 23 años después y varías mejoras en las espaldas, todavía hay quien duda de que mujeres y hombres puedan hacer el mismo trabajo.
Te pongo en un contexto imaginario. Estás en una boda, conoces personas nuevas y se hace la ronda de presentaciones; la gente dice sus oficios y tú, una mujer, dices que eres bombera. ¿Qué pasa?
La gente me mira de forma rara y hacen preguntas. "¿Bombera?" "¿Y conduces camiones?" "¿Y estás delante del fuego?" Lo ponen en duda y ponen en duda que puedas hacer el mismo trabajo que tus compañeros. Eso hoy en día.
Pero ser bombero/a reclama unas cualidades y unos valores humanos universales, como la valentía, el compromiso o la empatía. Si estos valores son transversales al género, ¿cómo te explicas que la gente todavía se sorprenda tanto?
Es que no hay referentes. Coges un cuento y, ¿qué hay? Dibujos de bomberos. ¿En películas o series? Sólo bomberos. Creo que el carné de camión también es una barrera, yo no conocía a ninguna mujer que tuviera carné de camión. Y no es imposible, pero es un handicap.
Cuando tú eras pequeña, también debió ser extraño soñar con ser bombera.
A mí, ni pasarme por la cabeza. Yo quería ser enfermera porque tenía una muñeca que lo era.
¿Y cómo decidiste serlo?
Fue circunstancial. Había estudiado administrativo y llevaba 8 años en la misma empresa. Fue un año muy malo, hicieron reestructuraciones de puestos de trabajo y a mí me tocó. Como yo era socorrista y había sido nadadora, aquel verano me dije "va, trabajarás de socorrista", un poco a desgana. Y un compañero me dijo que por qué no hacía las campañas forestales. Yo no había oído nunca hablar de eso. Cuando trabajé aquel primer verano vi que era lo que me encantaba hacer. Con 27 años decidí ser bombera y entré en el cuerpo a los 31.
¿Habías conocido a alguna bombera o habías visto nunca a alguna?
Es que yo soy la primera bombera, junto con Glòria, que entramos en la Generalitat como bombero de la escala básica. Nosotros éramos los bichos raros, el cuerpo no estaba nada preparado para tener bomberas.
¿Qué te encontraste, al llegar a tu sitio de trabajo?
Como no había entrado ninguna mujer, no había vestuarios o habitaciones preparadas para mujeres. No había nada. Cuando ibas al parque que te tocaba, tenían que habilitar un sitio para ti. En el primer parque que entré, en Ascó, éramos 3 y el vestuario era común; éramos respetuosos, primero los unos y después los otros. Cuando me iba a duchar los avisaba, y al revés cuando se duchaban ellos, para que no hubiera ningún disgusto.
Gemma: "Hasta 1998, las oposiciones no posibilitaban que las mujeres entráramos en el cuerpo"
Eso pone de manifiesto una falta de visión de paridad de género.
Claro, pero cuando yo entré fue en 1998. Ahora se habla mucho de la mujer y de la integración en los diferentes trabajos. ¿Pero en el año 98? Ni se lo habían planteado. Fue la primera oposición en la que hicieron un baremo positivo para las mujeres y que se dio la posibilidad de que entráramos. Gracias a entrar, muy poco a poco se ha ido mejorando. Nosotras entramos dos; en la siguiente, solo una; en la tercera, dos. Y así hemos ido entrando, pero lentamente. En esta última ya han entrado 19.
¿Crees que es una cifra suficientemente significativa para hablar de una reformulación del sistema?
Te explicaré una curiosidad. Mi hija pequeña empezó P3 y un día me llama su tutora para decirme que la niña decía mentiras; que iba diciendo que yo era bombera. Eso una profesora. En aquel momento nadie había visto bomberas, y costaba mucho. Ahora, por ejemplo, vemos muchas conductoras de autobús cuanto antes no se veían. Ha ido cambiando.
Actualmente eres la única mujer que trabaja en el Parque de Reus. ¿Has sentido algún tipo de discriminación machista por parte de tus compañeros?
Yo particularmente siempre he sentido un 100% de apoyo. Me han apoyado, me han enseñado y me han aconsejado. Nunca me han impedido hacer un trabajo por ser mujer; siempre me han tratado por igual, siempre he estado muy a gusto y nunca he tenido que demostrar que yo sabía más que ellos. Y nunca me he sentido sola. Son mis compañeros y todo lo hacemos en equipo; soy una pieza más del engranaje, ni más extraña ni más valorada. Tú sola, como bombero, no apagarás un fuego y no salvarás a nadie, porque es un trabajo de equipo. Eso es lo bonito de este trabajo. Y donde no llega uno, llega el otro. Yo creo que cuesta un poco de ver.
Los que no somos bomberos asociamos el oficio al puñado de historias con que os debéis encontrar día a día. ¿Tú tienes alguna grabada en la mente, alguna que te haya marcado para siempre?
Para mí no es un caso concreto, para mí es la satisfacción del trabajo y de poder echar una mano. Yo quizás he ido a 300 accidentes, por decirte un número, pero para los que lo sufren es la primera vez. Y cuando alguien se ha quedado atrapado y tiene a alguien amado esperándolo fuera y sufriendo, tú intentas ponerles una mano en el hombro, decir unas palabras de calma, uno "todo irá bien", empatizar con aquella persona... Eso te hace más humano. Y no sólo cuando hay violencia, también cuando alguien pierde a su gato y lo devuelves a casa. Estás ayudando, y es tan gratificante, tanto...
Si te imaginas cómo será el cuerpo en 2038, y te digo que habrá un 10% de mujeres, ¿cómo te imaginas que vivirá este 10% dentro del oficio?
Des de que entramos, el tallaje del uniforme es de hombres; ahora han dicho que intentarán hacer uno más femenino, porque fisiológicamente somos diferentes. Los parques nuevos ya han ido haciendo cambios. Se hacen habitaciones o vestuarios para ellas, porque las mujeres ya estamos en la casa y, aunque en un parque concreto no haya ninguna bombera, puede ser que vaya a parar alguna en cualquier momento. Yo veo que con estos aspectos se va mejorando.
Y si conocieras a una chica que está dudando, que le ha pasado por la cabeza ser bombera pero no lo ve claro, ¿cómo la convencerías en 20 segundos?
Le diría que es la mejor profesión del mundo y que si le gusta ayudar a los demás, es donde tiene que ir a parar. La satisfacción de ayudar no tiene precio.
¿Para ti, ¿hacerte bombera es la mejor decisión de tu vida?
Sí. Se cerró una puerta cuando me despidieron, y fue un disgusto muy grande, pero se abrió otra. Pero gracias eso he podido hacer este trabajo. Y me encanta. Si lo llego a saber, me hubiera presentado antes.