Sólo el 18,7% de los jóvenes españoles se habían emancipado al fin de 2019, 0,3 puntos porcentuales menos con respecto al año anterior, según datos publicados este 11 de agosto por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en la última edición Observatorio de Emancipación Juvenil (OBJOVEM), correspondiente al segundo semestre del 2019, que recoge un análisis de la situación de este colectivo antes de la crisis de la Covid-19.

Catalunya se sitúa cerca de cuatro puntos por encima de la tasa media de España y lidera el ranking con un 22,6% de los jóvenes entre 16 y 29 años emancipados. La siguen Madrid con un 20,6% y Aragón con un 19,6%. En la cola del ranking, está Cantabria (16,3), Andalucía (15,9) y las Canarias (15,6).

A todo eso, hay que tener en cuenta que la emancipación en solitario es prácticamente imposible para la gran mayoría de jóvenes, aunque tengan un trabajo. En Catalunya, por ejemplo, un joven con un sueldo medio tendría que invertir más de lo que cobra para pagar el alquiler, concretamente, un 110,2% de su sueldo. Junto con las Baleares y Madrid lideran el ranking de las comunidades donde se tiene que invertir más sueldo en pagar el alquiler.

Según los expertos, el límite recomendable se sitúa en un 30% del sueldo, condición que no se puede cumplir ni en ni las comunidades donde este índice es más bajo, como Extremadura (49,9%) y Castilla-La Mancha (49,2%).

El informe, dado a conocer en el marco del Día de la Juventud, que se celebra este 12 de agosto, refleja también que la población de entre 30 y 34 años ha experimentado una caída de 2,6 puntos porcentuales en la tasa de emancipación, pasando del 71,8% en el 2018 al 69,2% actualmente.

En función del sexo, la mayor diferencia con respecto a las trayectorias de emancipación se encuentra en la creación de hogares unipersonales, ya que en el caso de los hombres es del 23,8% enfrente del 12,9% en el caso de las mujeres jóvenes, con más tendencia a independizarse con otras personas.

El abandono del hogar familiar suele producirse una vez se acaba el periodo de formación. Si el 32,7% de los que no cursan estudios reside de forma autónoma, tan sólo el 7,3% de las personas jóvenes que sigue estudiando no permanece en el hogar familiar. En todos los niveles formativos, son las mujeres las que muestran unas mayores tasas de emancipación por encima de los hombres, aunque estas diferencias tienden a reducirse a medida que aumenta el nivel de estudios. En cuanto al nivel formativo, entre los que cursan estudios superiores se registra una mayor tasa de emancipación.

Uno de cada 5 jóvenes trabajadores, en riesgo de pobreza

El estudio añade que una de cada cinco personas jóvenes que trabajan se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social según la tasa AROPE, lo que las convierte en el colectivo de personas trabajadoras para el cual, con diferencia, el empleo no supone una fuente de estabilidad económica y bienestar.

La informe precisa que, de las personas jóvenes que cerraron el año 2019 con un empleo, el 55,4% lo hizo en puestos temporales. Además, las cifras indican que, en gran parte del territorio, cualquier modalidad de emancipación para una persona joven supone sobreendeudarse, es decir, dedicar más de un 30% de sus ingresos a la vivienda.