No ha sido hasta el final de su intervención de diez minutos durante el pleno del Congreso monográfico sobre la corrupción que afecta al PSOE y a hasta quién hace menos de un mes era el número 3 del partido, Santos Cerdán, que Gabriel Rufián ha contestado a lo que él mismo ha definido como "la pregunta del millón": "¿Qué hará?" ERC, socio de investidura de Pedro Sánchez en Madrid (también de Salvador Illa en Catalunya) con el Gobierno.  El portavoz de Esquerra ha abierto dos posibles caminos. Uno, en el que la corrupción de los socialistas se circunscribe a lo que se ha conocido hasta ahora y se "limita" al papel de José Luis Ábalos, el mismo Cerdán y Koldo García. El otro, en el que este escándalo va a más, afecta a otros cargos, por ejemplo miembros del Gobierno, o supone una financiación ilegal del partido. En el primero de los dos escenarios, Rufián considera que con eso no es suficiente para hacer caer el Gobierno, ante la amenaza de un Ejecutivo de PP y Vox. En el otro, sin embargo, ha dejado claro, como ya puso sobre la mesa el 18 de junio, que ERC tendrá que poner en manos de la gente el futuro de Sánchez.

🔴  Pedro Sánchez comparece en el Congreso por el escándalo Cerdán, DIRECTO

 

"Si eso se queda aquí, en tres listos que se repartieron cuatro mordidas, a un gobierno no se le puede tumbar con lo que tenemos sobre la mesa", ha dejado claro Rufián, haciendo referencia al trío Koldo-Ábalos-Cerdán, y entre críticas de la bancada de la oposición, que claramente, no comparece el mismo punto de vista. En cambio, ha advertido, "si eso escala", les pedirán y "obligarán" a que sea la "gente la que decida", es decir, reclamarán elecciones. "Llegará un punto en que, quizás, usted no frena a la ultraderecha, sino que su permanencia suponga que cuando entre la derecha y la ultraderecha, lo hagan para siempre", ha soltado, justo antes de abandonar el atril. 

Durante su intervención, Rufián ha reprochado al presidente del Gobierno que durante este último mes, desde que estalló la crisis dentro del PSOE, se haya bunkerizado dentro del partido y se haya limitado a hablar a sus militantes, olvidándose de la gente que en el 2023 le votó sin tener carnet solo por miedo a que mandaran Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal: "Señor presidente, deje de hablar para los votantes del PSOE, se lo digo con respeto. Usted no está aquí solo por los militantes del PSOE, le votó mucha gente por simpatía o por miedo", le ha espetado. Antes, también le ha pedido que dejara de recorrer al "y tu más" respeto de la corrupción del PP (Sánchez no le ha hecho demasiado caso y en su segundo turno de intervención esta ha sido la tónica del discurso) reiterando que "la izquierda no puede robar", como ya ha ido manifestando durante toda la crisis: "Si Santos Cerdán fuera del PP estaría aquí dando lecciones", ha ironizado. 

Latigazos a PP y Vox

Rufián, de todos modos, ha dedicado buena parte de su intervención a atacar a los partidos de la oposición, PP y Vox, como acostumbra a hacer desde el Congreso. A los de Santiago Abascal les ha reprochado que se pongan del lado de Donald Trump y no del de los españoles en la guerra arancelaria y también les ha avisado que, aunque quieran, no podrán expulsar a 8 millones de migrantes, tal como han defendido estas semanas: "¿Expulsarán a Lamine Yamal o a Nico Williams?", les ha preguntado. Haciendo uso de su habitual ironía, ha asegurado que si se terminara consumando su plan, al presidente del partido le saldría el tiro por la culata, ya que "hasta él" tendría que trabajar. En el caso del PP, ha reprochado a Feijóo que haya dado más poder a dos personas "negociadoras" como son su nuevo secretario general, Miguel Tellado, y la flamante portavoz del Congreso, Ester Muñoz. En su caso, ha augurado que cuando llegue al poder no derogará la ley de amnistía que tanto ha atacado, sino que la va a aprovechar para poder pactar con Junts.