Si nada cambia -y todo hace pensar que no- pocas veces más en nuestra vida adelantaremos o retrasaremos las agujas del reloj. La Comisión Europea se ha propuesto eliminar de una vez por todas el cambio de hora y por eso da a los estados miembros un plazo de seis meses para que decidan cuál es el horario que más los conviene, si el de verano o el de invierno.

Desde el punto de vista de la salud, los médicos lo tienen claro, lo más recomendable es el horario de invierno. Lo ve así el doctor Javier Albares Tendero, médico neurofisiólogo especializado en trastornos del sueño del centro médico Teknon de Barcelona. Para este especialista todo reside en la luz solar que recibimos porque tiene un "papel importantísimo" en nuestro estado de ánimo.

El doctor explica que es esencial que sea de día cuando nos levantamos por la mañana para ir a trabajar: "El horario de verano hace que muchas personas se levanten cuando todavía no ha salido el sol y eso sumado al hecho de que duerman menos porque van a dormir más tarde tiene un efecto negativo en el estado de ánimo".

"El horario de verano hace que muchas personas se levanten cuando todavía no ha salido el sol y eso sumado al hecho de que duerman menos porque van a dormir más tarde tiene un efecto negativo en el estado de ánimo", asegura el doctor Albares Tendero del centro médico Teknon

La falta de sueño tiene una serie de efectos negativos en la salud: aumenta el riesgo cardiovascular, engorda -cuanto menos dormimos más peso ganamos-, provoca irritabilidad y depresión, falta de concentración, atención y memoria. "Durante el sueño, nuestro cuerpo drena las toxinas que se acumulan a lo largo de la vigilia. Disminuye nuestra inmunidad y nos ponemos más enfermos. Además, nos hace tomar más estimulantes y así creamos un círculo vicioso", explica el doctor Albares Tendero. Estos efectos lo llevan a concluir que "en caso de dejar un horario fijo, lo más recomendable para nuestra salud sería el horario de invierno".

niña durmiendo /Pixabay

Los niños y las personas mayores, los más vulnerables al cambio de hora / Pixabay

"En caso de dejar un horario fijo, lo más recomendable para nuestra salud sería el horario de invierno", dice el dr. Albares Tendero

Se adopte un horario u otro, el impacto del cambio de hora en la salud "es leve". El especialista en trastorno del sueño de la Teknon asegura que puede haber "ligeros" trastornos que pueden afectar a los hábitos alimenticios, la concentración, el estado de ánimo y la irritabilidad, cambios, todos ellos, que remiten en el plazo de tres o cuatro días.

Los que más notan los cambios son los niños y las personas mayores así que ellos serían los grande beneficiados con un horario fijo durante el año, aunque "todos saldríamos beneficiados" afirma el doctor Albares Tendero.

¿Y qué pasa con los que trabajan de noche?

El doctor Albares Tendero considera que, en este caso, lo más importante es que los trabajadores tengan lo que se llama una "buena higiene del sueño" para minimizar consecuencias importantes. En este sentido, tanto si se adopta el horario de invierno como el de verano, cree que tienen que planificar los horarios de las comidas para que se adapten al trabajo, evitar la exposición solar cuando salen de trabajar, por ejemplo con gafas de sol, y no retrasar la hora de irse a dormir por compromisos familiares y sociales.

Planificar los horarios de las comidas, evitar la exposición solar cuando sale de trabajar, por ejemplo con gafas de sol, y no retrasar la hora de irse a dormir por compromisos sociales, es básico para tener una buena higiene del sueño

A los efectos sobre la salud se tiene que añadir el impacto sobre el cambio de hábitos y de consumo y sobre el ahorro energético, que cada vez más voces ponen en duda. Para valorar todas las variables el gobierno de Pedro Sánchez ya ha anunciado la creación de una comisión de expertos que se encargarán en estudiar qué es mejor para el estado español: el horario de verano, el horario de invierno o cambiar el huso horario, ya que actualmente formamos parte de una zona que no es la que nos corresponde.

Si el calendario establecido por la Comisión Europea se cumple y España decide optar por el horario de verano, el 31 de marzo del 2019 sería la última vez que cambiamos temprano. Si finalmente se decide mantener el horario de invierno, este 31 de octubre sería la última vez que retrasamos las agujas del reloj.