Iolanda Batallé Prats es escritora, editora y actual directora de la Llibreria Ona. Con una trayectoria literaria consolidada, ha publicado títulos como La memòria de les formigues, Faré tot el que tu vulguis o Massa deutes amb les flors, con los que ha explorado el universo femenino desde la intimidad, el deseo y la palabra. Ahora, pero, da un paso más allá y escribe Valenta com tu. La nostra vida sencera és un #MeToo (Destino), un libro sobrecogedor y necesario en el que recoge, con una escritura afilada y valiente, las agresiones machistas que ha vivido a lo largo de su vida y que han sufrido también muchas mujeres de su entorno.

Con este texto rompe el silencio y desafía el relato dominante que a menudo invisibiliza la violencia cotidiana que atraviesa los cuerpos y las vidas de las mujeres. 'Valenta com tu' es un llamamiento a poner nombre al dolor, a hacerlo público y compartido, a dejar de cargarlo en soledad. En esta entrevista, Batallé reflexiona sobre el poder reparador de la literatura, la responsabilidad de hacer visibles estas violencias y la urgencia de continuar hablando —hasta que ya no haya que hacerlo.

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Iolanda Batallé con su libro de fondo Valenta com tu, la nostra vida sencera és un #MeToo / Foto: Montse Giralt

¿Por qué has decidido hablar de estas violencias y por qué ahora?
El 25 de noviembre hice un hilo en las redes explicando un caso de un intento de violación y un caso de un abuso de poder claro en una empresa y tuvo mucha resonancia, muchísimas mujeres comentando y compartiendo experiencias suyas. Al día siguiente me pidieron en TV3 que explicara el caso del intento de violación. Eso todavía tuvo más resonancia y aquella misma noche llegué a casa y escribí un texto con todos los abusos sufridos que se han producido en mi vida desde que nazco hasta ahora, que soy una cincuentona.

La violencia más inmensa es que nos matan, nos matan a una, nos matan a todas

¿Y te salieron muchos casos?
Sí, empiezo a escribir, y un caso, y otro caso, otro caso y no se acababa nunca. Fue una toma de conciencia todavía mayor porque me salían casos que yo no había ni vivido como abusos. La violencia más grande es que nos matan, nos matan a una, nos matan a todas y, por desgracia cada semana muere alguna mujer.

Asesinatos, violaciones y todo tipo de abusos.
Obviamente. Y las pequeñas violencias en los puestos de trabajo, en la familia, en la escuela, donde sea, estas pequeñas violencias día tras día también pueden matar. Hay muchas mujeres que se acaban suicidando porque las han silenciado eternamente, o menospreciando día tras día, y eso también mata.

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Iolanda Batallé y Alba Richart en el plató de ElNacional.cat / Foto: Montse Giralt

Todas sufrimos violencias, toda nuestra vida entera es un #MeToo

¿Valenta com tu fue escrita desde la necesidad?
Sí, y al mismo tiempo desde la clara voluntad de romper silencios, de aquello que decía Audre Lorde de: "Mi silencio no me protegió, tu silencio no te protegerá", o Rosa Fabregat, que tiene este poema que invito a leer, que es "No callaremos, las mujeres, no callaremos". Todas sufrimos violencias, toda nuestra vida entera es un #MeToo. De alguna manera u otra a todas se nos dice, "Ui no, eso no lo expliques, eso no lo digas, ui no, porque si dices eso parecerá que has hecho alguna cosa mal hecha, porque si no les ha pasado a las otras y te ha pasado a ti es que tú has hecho algo", y eso también es un abuso.

La protagonista gana, primero porque sobrevive, porque no la matan, gana porque está viva, pero todavía más porque no odia

Supongo que te han llegado muchos mensajes de muchas mujeres, ¿recuerdas alguno especial?
Pilarín Bayés lo definió como un libro de aventuras porque a la protagonista, desde que nace hasta ahora, le pasan cosas, pero gana, primero porque sobrevive, porque no la matan, gana porque está viva, pero todavía más porque no odia. Si lees el texto esperarías que esta persona odiara y no odia. Y esta es la victoria. Me gustó mucho que lo identificara. Porque a mí, desde muy pequeña, me marca la frase de Fuster de: "Me odian y no pasa nada, me obligan a odiarlos y entonces sí que pasa". Con Pilarín compartimos esta idea de la sonrisa militante, que es una sonrisa de actitud.

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Iolanda Batallé / Foto: Montse Giralt

¿Cuál de estas violencias que has sufrido ha sido la más difícil de explicar?
La violencia que me ha costado más explicar es la que no me ha pasado a mí. Aunque narro intentos de violación que, obviamente, me han costado mucho de explicar y me han hecho pasar miedo, pero el más doloroso es la historia de una amiga que su expareja la agredía físicamente, con hijos pequeños. Seguramente, las más difíciles todavía no las he explicado, es importante que cada persona hable cuando se sienta capaz de hablar. De hecho, cuando Valenta com tu tenía que llegar a las librerías sentía una sensación de abismo, de miedo, porque al final de lo que habla es del miedo, de que todas pasamos miedo. Y también lo he publicado para ayudar a mujeres en situaciones de mucha menos visibilidad y de mucha menos capacidad de voz. Tenemos que ser valientes para que el miedo no nos pare.

¿Qué quiere decir ser valiente, para ti?
Ser valiente es que, a pesar del miedo, a pesar de las violencias, a pesar de los abusos, a pesar de la dificultad, eso no nos frene de ser, no nos frene de hablar, no nos frene de existir. A Massa deutes amb les flors, hay una de las mujeres que dice: "Yo no me suicidaré porque hay mujeres que me han precedido que ya se han suicidado por mí."

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Un ejemplar de Valenta com tu, la nostra vida sencera és un #MeToo / Foto: Montse Giralt

A las mujeres, el precio clarísimo que pagamos es que se nos tilda de locas, de putas y de brujas

¿Crees que las mujeres tenemos miedo de incomodar cuando explicamos estas violencias que sufrimos?
Me he sentido juzgada, sí, me he sentido que incomodaba, sí, pero no pasa nada. A las mujeres, el precio clarísimo que pagamos es que se nos tilda de locas, de putas y de brujas. Desde muy pequeña me he sentido entre Pippi Långstrump i Mafalda. Me he atrevido a hacer las cosas a mi manera. Y cuando te atreves a hacer las cosas a tu manera, es obvio que te juzgan, que te critican, pero no me ha importado.

Yo creo equipos de mujeres. La creatividad solo es posible en entornos seguros, en entornos donde no sientas miedo, donde no te sientas juzgada. Por lo tanto, como que ya hace décadas que me ocupa crear entornos o liderar entornos, intento crearlos el máximo de seguros, para que eso que tú dices del miedo de incomodar, el miedo de ser juzgada, desaparezca, porque  los que abusan, los que violentan, los que agradecen, los que menosprecian..., el miedo mayor lo tienen ellos.

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Iolanda Batallé, escritora, editora y directora de la Llibreria Ona / Foto: Montse Giralt

¿Y te ofende que los hombres digan "Not al men"?
A mí no me ofende... Cuando yo crecía en los años 80 y 90, no existía. Tampoco existían los teléfonos móviles, no existían los grupos de WhatsApp, no existía nada. En el libro hablo de lo que me pasó en Fez, en Marruecos. Éramos dos amigas e hicimos amistad con tres chicos de nuestra edad, de unos veinte años, todos estudiantes universitarios, hablábamos en francés. Por la noche, nos invitaron a hacer un té en su casa, y a nosotras nos pareció normal, así que fuimos. Y cuando llegamos a la casa, empezamos a subir escaleras. De golpe, esta amiga y yo nos miramos como diciendo "dónde nos estamos poniendo", seguimos subiendo, y cuando llegamos al tejado, había una casita, y allí dentro había seis chicos más, es decir, que ya eran nueve chicos, nosotras dos, y mucho humo que salía de allí dentro. Nuestra reacción física fue quedarnos fuera.

Tengo grandes aliados hombres que me ayudan desde muy jovencita, y para mí el llamamiento a todos estos aliados hombres es que rompemos silencios

Y supongo que sentisteis culpa por acceder a ir.
Sí, de decir: "hemos sido unas inconscientes, quizás aquí se acaban nuestras vidas"; uno de los chicos entendió lo que estaba pasando, salió, dio palmas, y en las ventanas empezaron a aparecer chicas y mujeres que eran hermanas, tías, madres, y él mismo dijo, "me sabe mal, he entendido ahora la situación". Y claro, nosotras en aquel momento empezamos a llorar por haber pensado que nos violaban, pero al mismo tiempo la culpa de "Hemos sido unas inconscientes" porque, desde pequeña, siempre hemos tenido que velar por lo que hacemos, lo que decimos, lo que no decimos, cómo vestimos, cómo sonreímos, si abrazamos, si somos más simpáticas, si, si si...

Pero, a mí, volviendo a la pregunta de sí me ofende que los hombres digan "Not all men", para mí las mujeres, las amigas son la vida; pero tengo grandes aliados hombres que me ayudan desde muy jovencita, desde diferentes sitios y para mí el llamamiento a todos estos aliados hombres es que rompemos silencios, también vosotros, los hombres, quizás os hace todavía más miedo que a nosotras romper estos silencios. Y es muy importante, por lo tanto, que este romper silencios lo hagamos todos y todas.

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Iolanda Batallé / Foto: Montse Giralt

Me apetece crear una comunidad de '#MeToo en catalán, porque hay grandes comunidades en inglés; pero no poder compartir todos estos abusos en tu lengua, que es el catalán, también es un abuso.

¿Es cansado hacer tanta pedagogía y tanto activismo feminista?
Sí, como es cansadísimo hacer pedagogía y activismo para la lengua catalana, que es otro abuso. Es decir, hacer Valenta com tu es un #MeToo, también me motiva crear una comunidad de #MeToo en catalán, porque hay grandes comunidades en inglés. Pienso que Cristina Fallaràs ha hecho una gran comunidad en castellano. Pero no poder compartir todos estos abusos en tu lengua, que es el catalán, también es un abuso. Tenemos todo el derecho a descansar, a hacer activismo, a no hacerlo, a estar enfadadas, a no estarlo, a la sonrisa militante, al odio... También a menudo digo que si fuera con pistola volvería cada día sin balas a casa, porque aunque rompemos silencios, aunque haya más conciencia, queda mucho camino por hacer. Por lo tanto, yo creo que todas las opciones son buenas y que nos tenemos que velar y apoyar entre todas.

Cuando te repiten muchas veces que eres una inútil, que eres una puta, que eres una imbécil, te lo acabas creyendo

¿Qué le dirías a una mujer que ha vivido agresiones y todavía no ha sido capaz de poner palabras a lo que vive?
Que haga su camino, que ame, que no desconfíe de ella, que si está en un momento como lo que explicaba de esta amiga, de dudar tanto de ti misma que puedes llegar a pensar en el suicidio, que no, que adelante, que ella vale mucho y que a veces cuando te repiten muchas veces que eres una inútil, que eres una puta, que eres una imbécil, te lo acabas creyendo; que rompa con todo eso. Obviamente que busque ayuda, que hablar no quita el dolor, romper silencios no elimina el dolor, pero lo que sí que hace es darte cuenta de que aquello que te pasa nos pasa a todas. Uno de los motivos del texto es, todo está bien, tú estás bien, a pesar de lo que te hagan creer. Todas las opciones de vida son válidas y todas merecemos todo el respeto.

El libro es un éxito de ventas, por lo tanto, llega a manos de muchas mujeres, pero también supongo que de muchos hombres. Tengo curiosidad por saber si a los hombres que lo han leído les ha despertado algo por dentro, como mínimo un poco de conciencia de lo que nos pasa. ¿Qué te han dicho?
Amigos próximos que lo han leído, que me han llamado y que me han dicho que es increíble que vivimos a la inopia, es decir, que no somos conscientes del 90% de lo que explicas aquí.

¿Y qué tenemos que hacer para que lo sean?
Ya lo estamos haciendo entre todas y poco a poco también entre todos, ya lo estamos haciendo.