De la misma manera que Pedro Sánchez, el rey Felipe VI ha interrumpido este domingo sus vacaciones para aparecer públicamente mientras los incendios queman varios territorios del Estado. El monarca se ha desplazado hasta el cuartel general de la Unidad Militar de Emergencias (UME), situada en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. La visita ha tenido como finalidad seguir de cerca la evolución de los incendios y obtener información detallada sobre el dispositivo de despliegue de los efectivos militares implicados en las tareas de extinción. Acompañado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, Felipe VI ha sido recibido por el teniente general en jefe de la UME, Francisco Javier Marcos, y ha mantenido una reunión con responsables de los diferentes batallones que trabajan sobre el terreno.
Durante su visita, Felipe VI ha querido destacar la capacidad de liderazgo de la UME y ha transmitido un mensaje de ánimo y reconocimiento a todas las unidades que la integran, subrayando el orgullo por el trabajo que llevan a cabo en la lucha contra los incendios. El monarca también ha expresado su disposición a desplazarse directamente a las zonas más castigadas cuando la evolución de los fuegos y las circunstancias lo permitan. En el transcurso del encuentro, los responsables de la UME le han trasladado que la situación es "extremadamente crítica", una valoración que refleja la complejidad del momento y la magnitud del reto que afrontan los equipos desplegados.
El Rey ha reconocido el esfuerzo y el sacrificio de los efectivos de la UME, destacando que muchos de ellos "están dándolo todo, incluso más allá de sus capacidades personales en algunos momentos" delante de "un monstruo que avanza con una voracidad tremenda y que no se puede detener fácilmente con los medios tradicionales". Felipe VI ha subrayado que, a pesar de estas dificultades, los militares siguen luchando y, sobre todo, protegiendo y atendiendo a la sociedad civil". Además, ha querido hacer extensivo el agradecimiento a todos los profesionales y equipos que trabajan sobre el terreno en la lucha contra las llamas, más allá de los cuerpos militares.
Un balance devastador
El balance provisional de los fuegos activos en el Estado es devastador. En Galicia, las llamas han arrasado más de 51.200 hectáreas, especialmente en la provincia de Orense, que concentra buena parte de los daños. En Castilla y León, el incendio de Llamas de Cabrera continúa en nivel 2 de peligrosidad después de una semana y muestra un comportamiento "muy anómalo" que dificulta enormemente el trabajo de los equipos de extinción. En la misma provincia, en Yeres, cuatro miembros de la UME resultaron heridos este sábado en otro foco. Y, entre León y Zamora, el fuego de Molezuelas de la Carballeda —donde ya perdieron la vida dos personas durante las tareas de extinción— se encamina a convertirse en el más grave registrado nunca en España, con más de 31.700 hectáreas devastadas.