La red de Rodalies está en obras. Son muchos los proyectos que se están desarrollando de manera simultánea en varios puntos del país, y eso está teniendo consecuencias en los horarios de los trenes que circulan en esta red ferroviaria. Para poner un ejemplo, el último tren del día en dirección a Terrassa (R4) desde la estación de la plaza de Catalunya salía hasta hace poco a las 23:56, y ahora lo hace a las 23:03. Es casi una hora de diferencia. Y una cosa similar pasa con el que va en dirección a Mataró (R1), aunque solo son treinta minutos: antes de las obras iniciadas el 23 de abril, el último convoy abandonaba el centro de la capital catalana a las 23:59, y ahora lo hace a las 23:30. ElNacional.cat ha ido a visitar la estación de Plaça Catalunya a última hora de la noche para hablar con varios pasajeros afectados por estas obras.

 

A partir del 1 de junio, sin embargo, llegarán más trenes. Hacia Terrassa saldrá uno a las 23:33, y hacia Mataró otro a las 23:45. De todos modos, la Generalitat ha colocado más efectivos de NitBus para cubrir estas vacantes. En el exterior de la plaza de Catalunya, concretamente en la ronda de Sant Pere, el bus N-64 sale en dirección a Terrassa a medianoche, y diez minutos más tarde parte desde el paseo de Gracia el N-80 en dirección a Mataró. Algunos de sus pasajeros explican a este diario que son personas que hasta ahora cogían el último tren, y que ahora se han visto obligados a viajar sobre ruedas. Acostumbran a llegar a casa más tarde de lo que lo hacían antes, y aseguran que viajar sobre raíles es siempre "más cómodo". De hecho, algún pasajero de tren nos ha reconocido que ha tenido que pedir en el trabajo salir un poco más temprano para poder volver a casa sin necesidad de tener que esperar el bus.

Tener que alterar tus horarios

Una solución lógica pero molesta delante de este escenario es el de alterar tus propios horarios. Es el caso de Inés, una pasajera que cada noche vuelve hacia Terrassa y que, según explica a ElNacional.cat, ha tenido que pedir a su trabajo salir unos minutos antes para poder coger el último tren. Prefiere prescindir del NitBus y viajar en tren, un método de transporte que también utiliza su hija diariamente para ir a la escuela y que, por culpa de sus retrasos constantes, "llega tarde a clase". "Siempre le digo que salga un rato antes de casa", añade. El mismo le pasa a Aleix, un joven de Mataró que trabaja en el Liceu y que sale tarde por culpa de la Ópera: "Pido salir siempre un poco antes, pero alguna vez me he tenido que quedar a dormir en casa de un amigo".

La desconfianza

Un servicio que constantemente tiene incidencias acaba generando desconfianza entre sus usuarios. Eso es lo que le pasa a Moha, que va hacia Terrassa, y a Cèlia, que coge el tren de Mataró para bajar a Vilassar de Mar. El chico declara una idea sorprendente: "Intento evitar coger el último tren porque no sé nunca si me lo encontraré o no". Explica que acostumbra a llegar a las once de la noche a la estación de Plaça Catalunya y que, dependiendo de lo que vea en las pantallas del andén, a menudo escoge volver a casa en NitBus o incluso en taxi. A Cèlia, por su parte, la situación le genera desazón y afirma que tiene que "ir corriendo hacia la estación porque no sé nunca a qué hora saldrá". También descarta coger el bus porque "es más cómodo" el servicio ferroviario.

 

 

NitBus

Minutos antes de las doce de la noche, en la superficie, algunas personas esperan el NitBus que parte de la plaza de Catalunya a medianoche, ya que ahora no lo hace el tren. Iván está en la parada de la ronda de Sant Pere a punto de coger l'N-64 hacia Terrassa. Explica que hasta hace poco cogía el tren para volver a casa, y que ahora se ve obligado a viajar sobre ruedas, un hecho que le hace llegar a casa un poco más tarde que si viajara a través de las vías. Lo mismo le pasa a otro joven que también se llama Aleix. "Estos días echo de menos la R4, ya que el tren es más cómodo", manifiesta.

A pocos metros de ellos, en el paseo de Gràcia entre la calle Casp y la Gran Via, está Rafael. Él cogerá el N-80 hacia Mataró a las 00:10. Es la única manera que tiene de volver a casa después de que le haya desaparecido el tren que salía del centro de Barcelona a medianoche. Ahora bien, en su caso asegura que con este método de transporte tarda lo mismo para llegar a casa, pero admite que ir en tren "es más cómodo".

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Pasajeros esperando el NitBus en el paseo de Gràcia / Foto: Mar Acero

Las obras

El motivo por el cual la red de Rodalies sufre todos estos desajustes en sus horarios se debe a las obras que hay por todo el país. Concretamente, hay obras relacionadas con el corredor mediterráneo, con la integración urbana de la estación de Sant Feliu, con el soterramiento de las vías de Montcada i Reixac y con la integración de las vías en la estación de la Sagrera, así como obras a la estación de Molins de Rei. Estos proyectos afectan la R1, la R3, la R4, la R4, la R7, la R12 y la RG1.

Ante eso, se ha tomado también la decisión de crear horarios cadenciados. Es decir, que ahora el pasajero, en vez de memorizar las horas concretas a las que sale un tren, sabe que los convoyes circulan cada 10 o 15 minutos aproximadamente. Y eso si no llegan tarde. Durante nuestra visita a la estación de Plaça Catalunya, el tren que iba hacia Terrassa pasó veinte minutos más tarde de la hora en que estaba programado. Más puntual pasó el de Mataró, pero los usuarios aseguran a este diario que es habitual que el último tren del día acabe pasando mucho más tarde de lo que está programado.