Este domingo, coincidiendo con el Día de la Hispanidad, dos activistas de Futuro Vegetal han rociado con pintura roja biodegradable el cuadro Primer homenaje a Cristóbal Colón, del pintor José Garnelo, expuesto en el Museo Naval de Madrid. La acción ha tenido lugar hacia las dos del mediodía y ha sido emitida en directo a través de las redes sociales del colectivo ecologista. Las activistas, que llevaban una pancarta con el mensaje “12 de octubre, nada que celebrar. Justicia ecosocial”, han querido denunciar lo que consideran un día de glorificación del colonialismo y el expolio histórico.
En un comunicado difundido a través de las redes sociales, Futuro Vegetal ha vinculado la acción de este sábado con las reivindicaciones históricas de los pueblos originarios, reclamando una reparación por los siglos de ocupación y expolio de sus territorios. El colectivo ha denunciado también lo que califica de “neocolonialismo extractivista”, que considera responsable de continuar explotando los recursos naturales en perjuicio de las comunidades locales. La portavoz Victoria Domingo ha hecho un llamamiento directo a la movilización ciudadana y ha instado a la población a rechazar la celebración del 12 de octubre y a “organizar boicots” contra las empresas implicadas en este modelo económico que, a su juicio, perpetúa la opresión.
En su mensaje, Futuro Vegetal ha subrayado que el 12 de octubre, a pesar de ser una fecha conmemorativa en el Estado español para marcar la llegada de Cristóbal Colón a América, representa para muchos pueblos originarios un símbolo de violencia, expolio y sufrimiento colectivo. “Los pueblos originarios reclaman el reconocimiento de las injusticias históricas y el impulso de procesos reales de reparación”, han manifestado. Según el colectivo, continuar celebrando esta jornada como un hito de orgullo nacional implica ignorar las heridas de un pasado colonial y reforzar, a la vez, estructuras de opresión que perduran en el presente.
Obra de José Garnelo de 1892
La obra atacada es de 1892 y representa la llegada de Colón a la isla de Guanahani, el 12 de octubre de 1492. El cuadro muestra el momento simbólico de la toma de posesión de los nuevos territorios en nombre de los Reyes Católicos y está basado en las descripciones recogidas en el conocido como Diario de Colón, aunque el artista introdujo algunas licencias como la indumentaria de los indígenas que, según el relato original, irían desnudos. En la composición destacan elementos iconográficos como la cruz —que remite a la evangelización cristiana— y las banderas de Castilla, que subrayan la dimensión política de la expedición y el papel de Colón como emisario de la monarquía.
