¿Por qué se radicalizaron nueve jóvenes vecinos de Ripoll, que atentaron en Barcelona y Cambrils en 2017? La Comisaría General de Información de los Mossos d'Esquadra conjuntamente con el grupo de investigación Conflict and Human Security de la Universidad de Córdoba e investigadores de las universidades de Granada y Burgos han analizado los factores de riesgo y protección presentes en este grupo radicalizado, que ningún cuerpo policial detectó antes, ni la comunidad que lo rodeaba. Se indica que el objetivo de esta investigación, publicada en la revista Behavioral Sciences of Terrorism and Political Aggression, ha permitido identificar los factores de riesgo y protección presentes en el proceso de radicalización violenta de los autores de los atentados del 2017 en Barcelona y Cambrils, que provocó 16 muertos y más de 300 heridos. El estudio ha sido liderado, en el ámbito policial, por la agente de los Mossos Irene González Jiménez, candidata a doctora en la Universidad de Córdoba, miembro del grupo de investigación Conflictos y Seguridad Humana, y especializada en la psicología forense, la psicología social y las ciencias del comportamiento. En el informe se precisa que la célula terrorista formada por diez miembros se empezó a constituir entre finales de 2014 e inicios de 2015, en marzo de este año, el imán Abdelbaki Es Satty llega al municipio.

Precisamente, David Sánchez Sala, experto en yihadismo y exmiembro de la Comisaría General de Información (CGI) de los Mossos d'Esquadra —que participó puntualmente en este estudio de los atentados— aclaró en la comisión de investigación del 17-A en el Congreso de los Diputados que el imán Abdelbaki Es Satty "no radicalizó a los jóvenes de Ripoll, sino que fue un catalizador", y que actuaron varios factores que los condujeron a protagonizar los atentados de Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017. Detalló que Younes Abouyaaquob (el conductor asesino de la Rambla, y abatido en Subirats), Youseef Aalla y Omar Hichamy se iniciaron a finales de 2014 en consumir productos de radicalización. Los hermanos mayores arrastraron a los hermanos pequeños Houssaine Abouyaaqoub, Said Aalla, Mohamed Hichamy y Moussa Oukabir. Todos fueron abatidos por los Mossos en Cambrils, menos Driss Oukabir —hermano mayor que alquiló la furgoneta— y Mohamed Houli —que sobrevivió a la explosión de la casa de Alcanar, donde hacían los explosivos—, que fueron condenados por la Audiencia Nacional, pero no por los crímenes. Saïd bien Iazza, el tercer condenado por prestar una furgoneta para comprar el material explosivo, fue expulsado del Estado español, en abril de 2024, al cumplir la condena.

Factores protectores, insuficientes

Sobre estas diez personas, los investigadores han estudiado los factores de riesgo presentes en su radicalización y los de protección que tendrían que haber contrarrestado los primeros. El estudio ha concluido que, aunque el proceso de radicalización violenta tiene una naturaleza multifactorial, en el caso de los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017, "los factores potencialmente protectores no fueron suficientes para contrarrestar la influencia de los factores de riesgo, generándose así un desequilibrio para poder favorecer este proceso".

En concreto, se asegura que los factores de riesgo analizados —especialmente los psicológicos (como la conexión dentro del grupo, la búsqueda de significado, la amenaza simbólica o realista, la pasión obsesiva o el autoritarismo, la percepción de amenaza)— y las actitudes o creencias subjetivas, que reflejan la perspectiva individual (como las actitudes segregacionistas, las actitudes antidemocráticas o radicales y el extremismo político-religioso) tuvieron una presencia significativamente más elevada entre los miembros que otros factores protectores, como los sociodemográficos (edad, nivel educativo, estado civil o empleo laboral), o las experiencias o actitudinales, "especialmente aquellos relacionados con su integración social, que habrían podido evitar su radicalización".

En el estudio se concluye que "los factores de riesgo estaban más conectados entre sí y mantenían un fuerte vínculo como si se formara una red bien estructurada y compacta". En cambio, los factores protectores estaban más desconectados entre sí y no tenían suficiente fuerza, de modo que los primeros neutralizaron los segundos y su posible efecto positivo. Incluso se afirma: "Las amistades que todos mantenían con gente externa en la célula no bastaron para neutralizar las acciones violentas que cometieron".

Más de 200 declaraciones policiales

En el estudio se expone que la Comisaría General de Información impulsó el proyecto Camins después de los atentados terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, con el objetivo de evaluar y mejorar los programas de prevención del extremismo violento (#PREV).

El objetivo —se añade— era entender los motivos que llevaron a los miembros de la célula terrorista a iniciar un proceso de radicalización violenta y describir los factores que intervinieron. En este escenario, se concretó este proyecto de investigación liderado conjuntamente por la Comisaría General de Información y el doctor Manuel Moyano Pacheco, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba. Posteriormente, se configuró un equipo de trabajo en el que también participaron investigadores de las universidades de Granada y Burgos y, de esta manera, se unía el mundo policial con el académico. 

Para realizar esta investigación, se han utilizado datos de la Comisaría General de Información, los cuales sirvieron para la investigación y elaboración del informe policial del "caso Rambles", bajo la tutela del juzgado central de instrucción 4 de la Audiencia Nacional. Los datos extraídos incluyen 200 declaraciones policiales, 50 entrevistas semiestructuradas realizadas con familiares, amigos y personas del entorno de los individuos, 123 evidencias tecnológicas, 25 pruebas físicas, 18 pruebas virtuales y otros informes complementarios vinculados con los individuos. Se precisa que todo fue anónimo para "evitar un sesgo" en el estudio.

Los factores se clasificaron en cinco dimensiones. Dimensión factores sociodemográficos: incluyendo atributos como la edad, el género, el nivel educativo, el estado civil, y el empleo y la religión; dimensión factores experiencias y actitudes: vinculados a la privación relativa, la integración, la confianza y la discriminación; dimensión factores actitudinales/creencias subjetivas: que reflejan la perspectiva individual; dimensión factores criminógenos: relacionados con la influencia de compañeros o redes radicales; dimensión factores psicológicos: como la investigación de significado personal, la búsqueda de emociones y otros rasgos psicológicos o de personalidad.

Ampliar la red de prevención

La policía catalana sostiene que con este estudio se confirma que "el cuerpo de Mossos d'Esquadra es un referente en la prevención de los extremismos violentos". Desde el año 2015 hasta ahora, la Comisaría General de Información ha impulsado, junto con otros departamentos de la Generalitat de Catalunya, varios planes de prevención de los extremismos violentos, denominados #PREV.

Ante la conclusión del estudio que la red comunitaria falló el 17A, los planes de prevención se han centrado en "expandir la red de colaboración" y asegurar la participación activa de los sectores de la comunidad educativa, la protección de la infancia y la juventud, la proximidad policial, los agentes rurales, la ejecución penal, los servicios sociales, las comunidades religiosas y asociaciones culturales y el deporte, cada uno desde su ámbito de pericia

El próximo 17 de agosto se cumplirán ocho años de los atentados, pero hay familiares de víctimas que todavía reclaman saber la verdad. En este sentido, Javier Martínez, padre de Xavi, de 3 años, atropellado en la Rambla, anunció el pasado mayo la constitución de una asociación con este objetivo, además de promover actos para recordar a las víctimas. El president del Parlament, Josep Rull, los recibió el pasado 28 de julio.