Los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para aclarar si un funeral, celebrado el pasado 21 de mayo en el campo de fútbol de Castellbell i el Vilar, cumplió con las restricciones exigidas de aforo.
El acto se hizo en el equipamiento municipal, cedido por el Ayuntamiento a petición de la familia. Desde el consistorio, la alcaldesa, Montserrat Badia, asegura que se cumplió con la normativa exigida para actos con público.
El acceso se limitó a un máximo de 200 personas sentadas, todos los asistentes hicieron uso de la mascarilla y se mantuvo la distancia de seguridad de dos metros. Además, se obligó a todos a los asistentes a lavarse las manos con gel hidroalcohólico.
Según explica Badia, no es la primera vez que se celebran ceremonias de despedida en el campo de fútbol. En este caso, el finado había sido árbitro, razón por la cual la familia pidió la cesión del espacio al consistorio, que lo aceptó. Inicialmente, dice la alcaldesa, se había previsto con las restricciones para un velatorio convencional, pero, al tratarse de una persona muy vinculada al tejido asociativo, asistió más gente de la esperada. Ante los hechos, añade, optaron por aplicar las limitaciones que se establecen para actos culturales en espacios abiertos.
Badia considera que en ningún caso se incumplió la normativa y que, tal como señalaba la fase 1 de la desescalada, se aplicaron las restricciones de limitar el aforo al 33%. También recalca que era obligatorio hacer uso de la mascarilla, mantener la distancia de seguridad y limpiarse las manos al acceder al espacio.
Después de que una vecina denunciara los hechos ante los Mossos, se ha abierto una investigación para aclarar si hubo o no incumplimiento de las restricciones.
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