Más de dos meses después de su celebración, la masiva concentración del día de la mujer en Madrid todavía trae cola. Hasta la fecha ya ha generado una auténtica crisis en el gobierno Sánchez, con la destitución del jefe de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, que en un informe enviado a la justicia cuestiona que no se impidiera la manifestación del 8-M ante la amenaza del coronavirus. Uno de los implicados a quién apunta la investigación judicial, el director de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha defendido que se celebrara y ha justificado por qué decidieron no suspender la movilización.

"No tuvo un impacto en la evolución de la epidemia", y si lo tuvo "fue un impacto marginal y menor", ha afirmado al doctor Simón durante su rueda de prensa diaria. Preguntado sobre por qué desde el ministerio sí que desconvocaron otros acontecimientos que se tenían que celebrar los primeros días de febrero y en cambio permitieron la manifestación, ha explicado que el criterio a partir del 3 de marzo fue evitar "acontecimientos masivos con personas provenientes de zonas de riesgo" y que no se hicieran congresos médicos "para evitar que el personal sanitario estuviera fuera del lugar de trabajo o corriera el riesgo de infectarse". El 8-M, ha afirmado, "no reunía estas características".

Al mismo tiempo, ha añadido que el día antes del 8-M los únicos casos confirmados en España estaban muy localizados, un entorno a un funeral en Álava y otro foco controlado en Madrid. Fue justamente al día siguiente del 8-M, ha añadido, que hubo un "fuerte incremento de casos en Madrid". Al respecto, ha argumentado que "venían de bastantes días antes, porque el periodo de incubación medio es de unos siete días". Por lo tanto, ha concluido que tenían que haberse contagiado a finales de febrero.