La desigualdad entre mujeres y hombres continúa vigente y uno de los ejemplos más claros sobre esta cuestión es la brecha salarial que se observa entre los dos sexos. Mientras que el sueldo medio de una mujer catalana es de 20.946,56 euros anuales, el de los hombres se sube hasta los 27.514,06 euros, que representan 6.568 más el año que las mujeres, según la última encuesta de estructura salarial hecha pública en junio de 2017.

Aunque en el 2015 se recortaron estas diferencias para, tal como apunta uno informa de CC.OO., "la precarización de la contratación"; el empleo entre el sector masculino de la población se incrementó dos puntos más en 2015 que entre las mujeres. Ahora bien. El hecho de que la brecha salarial entre mujeres y hombres se haya reducido, no es porque las mujeres tengan mejores condiciones salariales, sino porque las de los hombres son "peores".

Sin embargo, sin embargo, si nos centramos en todo el territorio español, los datos son todavía más escalofriantes. Mientras que el 18% de las mujeres reciben un salario inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijado en 9.080,40 euros el año, sólo un 8% de los hombres sufren estas condiciones salariales. Dicho de otra manera, del total de las personas que cobran menos que el SMI, un 70% son mujeres, por lo tanto, más de dos terceras partes de la población femenina.

El abismo

Y no sólo eso. Un 55% de las trabajadoras tienen ingresos inferiores a 18.160 euros anuales, a diferencia de los hombres que, aunque el porcentaje también es elevado y preocupante, lo sufren un 36% de los trabajadores y, por lo tanto, no llegan a ser la mitad de la población masculina.

Si salimos de los sueldos bajos y nos centramos en aquellas personas que reciben unos ingresos elevados, es importante subrayar que sólo una de cada 10 trabajadoras cobran más de 36.322 euros anuales, mientras que en el caso de los hombres, son uno de cada 5.

Las cosas cambian, además, según las condiciones, el tipo de contrato, de empresa y la cantidad de trabajadores que haya. Según apunta el informe, una empresa con menos de 50 trabajadores suele tener unos salarios más bajos y presenta la brecha salarial "más alta", concretamente un 29,7%. Dicho de otra manera: "el salario bruto anual de las mujeres que trabajan en empresas donde hay más de 200 personas no llega a ser el salario bruto anual de los hombres que trabajan en empresas donde no hay más de 50 personas". Y, todavía más. Si la empresa es privada, la brecha se sube hasta el 29,3%, mientras que en una pública se queda en el 15%.

Para los jubilados, la cosa también pinta mal con una brecha entre mujeres y hombres de un 40%, que es el momento de la vida de las personas en que todavía se amplía todavía más esta diferencia.

 

El sindicato mencionado considera, pues, que para poner solución "hay que implantar sistemas de identificación de la brecha salarial a las empresas", la "definición de todos los conceptos retributivos", la "identificación de los conceptos retributivos para cada uno de los puestos de trabajo", la "garantía de que los puestos de trabajo feminizados no estén infravalorados", una "valoración de puestos de trabajo con perspectiva de género" y la "creación de una comisión paritaria de igualdad que haga el seguimiento de todos estos aspectos".

Ahora bien. Aparte de establecer sistemas de control para garantizar que las mujeres no son discriminadas en razón de sexo, también proponen, entre muchas otras cosas, "pagar todas las horas trabajadas y luchar contra las horas extraordinarias" o "luchar contra la parcialidad, la temporalidad y la precariedad".