Alarma en Catalunya, que ha sufrido su mayor extinción local de mariposas por la sequía. De acuerdo con los últimos datos del programa de seguimiento de mariposas de Catalunya (el Catalan Butterfly Monitoring Scheme, CBMS) —hecho público este jueves por el Observatori del Patrimoni Natural de Biodiversitat de Catalunya (OPNB) en el marco del Día Mundial de la Diversidad Biológica—, desde 1994 se han contabilizado 495 extinciones locales. De estas, casi la mitad (210) han sido confirmadas en 2024, después de que el periodo 2021-2023 haya sido el de menor abundancia de mariposas desde que se hace seguimiento. El OPNB advierte que este tipo de extinciones se han multiplicado de manera significativa respecto de los años anteriores, coincidiendo con el grave periodo de sequía continuada que ha sufrido el país.

🐝 El mundo sin abejas: ¿qué perderemos si desaparecen?
 

Hace falta tener en cuenta que las mariposas son uno de los indicadores más fiables para medir la pérdida de biodiversidad en espacios abiertos y el estado de salud de la naturaleza en general, y tanto el CBMS como el OPNB hace treinta años que hacen seguimiento. En este periodo, se han observado extinciones y colonizaciones por toda Catalunya, pero la situación del año pasado supone un "cambio drástico" a los datos recogidos. Y es que, entre 2021 y en 2024, el país ha sufrido una sequía persistente que ha hecho que muchas poblaciones de mariposas sufrieran los efectos y que se hayan dejado de detectar en muchos transectos de la red. "El estado de la vegetación es clave para el desarrollo de las mariposas. Una disminución de la cantidad o la calidad de los recursos cuando no llueve tiene un impacto sobre las larvas cuando se alimentan o los adultos por la disponibilidad de néctar floral", comenta Andreu Ubach, desde el Museu de Ciències Naturals de Granollers.

Las mariposas más afectadas

Respecto a las extinciones, hay que tener en cuenta que se considera que una mariposa está extinguida cuando se deja de detectar durante cuatro años, después de haberla detectado en un lugar durante cuatro años seguidos. Es decir, que las 210 extinciones de las cuales hablamos no se han producido este año, sino que hace cuatro años que no se detectan en los transectos donde antes estaban, cosa que se traduce en el hecho de que el efecto de la sequía se manifiesta con retraso. Ahora bien, Ubach ofrece un poco de esperanza: "Esto no quiere decir, sin embargo, que si las condiciones mejoran, esta especie pueda reaparecer de forma ocasional y se pueda volver a encontrar cuando se repitan los transectos en un futuro. (...) Por lo tanto, una extinción local es reversible si la especie persiste en torno a la localidad".

Entre las especies más destacadas, están el cupido menudo o Cupido minimus, con catorce extinciones; la argentada de puntos rojos o Fabriciana adippe, con diez; la perlada de la zarza o Brenthis daphne, también con diez; la doncella violeta o Boloria dia, con diez más; y el dardo de manchas blancas o Hesperia comma, con nueve. Muchas de estas extinciones se han producido principalmente en la región mediterránea, mientras que las poblaciones alpinas de estas especies en muchos casos se mantienen estables.

Voluntarios mariposas / Jean Ichter
Jean Ichter

El CBMS también ha calculado tendencias a escala catalana para un total de 145 especies y, a grandes rasgos, se han observado 68 especies (el 56,55%) en regresión moderada o fuerte. En conjunto, las tendencias tienen sentido negativo en 113 especies (el 77,9%) y positivo en solo 32 (el 22,1%). La sequía afectó a muchas de las mariposas que quieren en primavera porque, mientras eran larvas, encontraron muy poco alimento a causa de la falta de agua acumulada en el 2023. Especies como la azulita del tomillo (Pseudophilotes panoptes), la aurora (Anthocharis cardamines) o la ninfa durmiente (Nymphalis polychloros) sufrieron descensos importantes.

Pero no todo son malas noticias. En los puntos de muestreo que disponen de datos consecutivos (2023-2024), la abundancia global ha crecido un 8%, pasando de 199.000 a 215.000 individuos —aunque este incremento parte de mínimos históricos alcanzados en 2022 y en 2023—. Es decir, que no todas las especies han sufrido consecuencias negativas, ya que las lluvias de la primavera del 2024 han sido buenas para las mariposas que vuelan en verano y que tienen más de una generación al año porque las larvas encontraron más alimento durante la primavera. Algunas de las más beneficiadas fueron la cleopatra (Gonepteryx cleopatra), la mariposa del almez (Libythea celtis) o la mariposa de la c-blanca (Polygonia c-album).

¿Qué podemos esperar en 2025?

Con todo, parece evidente que las lluvias de 2025 revertirán una situación drástica de baja abundancia y extinciones de mariposas, pero el OPNB avisa de que todavía es temprano para sacar conclusiones. Y es que las especies primaverales que partían de mínimos históricos el año pasado tampoco no se han acabado de recuperar, ya que en algunos casos su periodo de vuelo se ha visto acortado por las precipitaciones continuadas e, incluso, puede haber habido mortalidad en las especies que hibernan como crisálida por un incremento del ataque de parásitos u hongos. Sin embargo, asegura que "todo lo que vendrá a partir de ahora se beneficiará de forma clara del estado de la vegetación". "Sí que esperamos un verano lleno de mariposas", concluye.

El CBMS, coordinado por el Museu de Ciències Naturals de Granollers e impulsado tanto por la Generalitat como por la Diputación de Barcelona, recoge datos de mariposas desde 1994 mediante censos semanales realizados por personas voluntarias. Los transectos se repiten cada año y permiten detectar cambios poblacionales. Como los datos recogidos son claves para evaluar el estado de la naturaleza en general, el CBMS trabaja de manera coordinada con el resto de seguimientos europeos de mariposas y es un proyecto vinculado al OPNB.

 

🌳 ¿Estás comprometido con la sostenibilidad de nuestro planeta? Nosotros también. Por eso te invitamos a nuestra comunidad GreeN donde podrás calcular tu huella de carbono y reducirla plantando árboles.