Las piscinas son de los mejores entretenimientos del verano, pero también son un foco de infecciones que pueden provocar contagios entre sus usuarios, como en el frecuente caso de los hongos y los papilomas.

Pero además, uno de los virus más comunes es el de los moluscos contagiosos (VMC), que causan pápulas en forma de pequeñas verrugas en la piel y que llevan por nombre el de condiloma subcutáneo. El virus afecta principalmente a los niños, aunque también se puede producir en adultos. Las pápulas son generalmente indoloras, no pican y pueden afectar a cualquier área de la piel, especialmente el tronco del cuerpo, los brazos y las piernas.

Una vez producida la infección, pueden pasar desde 7 días hasta 6 meses hasta que aparezcan los primeros síntomas –las citadas pápulas–, que suelen tener un diámetro de 1 a 5 mm. Por lo general, se desarrollan en pequeños grupos y permanecen en la capa superior de la piel, pero pueden extenderse a otras partes del cuerpo.

Molusco contagioso Wikipedia

La mayoría de las personas contagiadas suele tener entre 15 o 20 pápulas, aunque si existen problemas con el sistema inmunológico pueden aparecer muchos más. El contagio se produce a través del contacto directo piel con piel, el uso de material contaminado como chanclas o toallas, o por transmisión sexual. El virus es contagioso hasta que desaparecen los bultos. Sin ningún tipo de intervención, pueden desaparecer a los 6 o 12 meses, aunque en algunos casos permanecen hasta cuatro años en la piel.

Los moluscos generalmente no causan complicaciones, más allá del dolor leve o el picor en las pápulas. En el caso de que se provoquen rasguños existe un riesgo de infección y propagación del virus, por lo que se deberían tomar antibióticos. También pueden presentarse complicaciones oculares, como la conjuntivitis o la queratitis, cuando el virus está alrededor de los ojos.

Aunque al cabo del tiempo desaparece el virus, existen diferentes tratamientos médicos que pueden acelerar su desaparición.

  • En primer lugar, las cremas tópicas con compuestos como el hidróxido potásico, la cantaridina o el ácido salicílico.
  • También se puede realizar una intervención quirúrgica para extraer el molusco desde la raíz, que se hace con anestesia local.
  • Otros métodos son el láser o los inmunomoduladores, aunque uno de los más utilizados es la crioterapia, que tal y como explica la Academia Española de Dermatología y Venereología, consiste en disminuir la temperatura de los tejidos por debajo del umbral de resistencia al frío, produciendo su congelación y necrosis. Generalmente se emplean dispositivos manuales, con los que se aplica nitrógeno líquido a una temperatura de -195,8º C para que se formen cristales en el interior de las células y estas se rompan durante el recalentamiento. También se puede aplicar sobre la piel un terminal previamente empapado con nitrógeno líquido.

En lo que respecta a la prevención, el mejor consejo es mantener una buena higiene corporal, evitar los deportes de contacto y no compartir artículos personales, como ropa, toallas o cepillos. En el caso de estar con una persona contagiada, no hay que tocar nunca las pápulas y, si esto sucediese, lavarse inmediatamente las manos con desinfectante.