Las varices se producen cuando las venas se agrandan, dilatan, se llenan de sangre y se elevan sobre la piel presentando un color púrpura, azulado o rojo. Alrededor del 25% de los adultos las sufren, especialmente las mujeres y en las venas de las piernas. Algunas de las causas por las que aparecen son el embarazo, la menopausia, tener mas de 50 años, estar de pie durante largos períodos de tiempo, sufrir obesidad y tener antecedentes familiares.

No tienen porque suponer un problema grave de salud, pero lo cierto es que aparecen cuando las venas no funcionan correctamente. Las venas tienen unas válvulas unidireccionales que evitan que la sangre fluya hacia atrás y se dirija correctamente hacia el corazón. Cuando estas válvulas fallan, la sangre comienza a acumularse en las venas en lugar de continuar y por eso se agrandan. Es aconsejable vigilarlas periódicamente.

Varices

El 25% de los adultos sufre de varices: indican que las venas no funcionan bien 

Los síntomas principales de las varices son visuales: venas deformadas. Pero también pueden producir hinchazón y pesadez y, en casos severos, pueden sangrar significativamente y pueden formarse úlceras. Los médicos suelen examinarlas mediante una ecografía para controlar su flujo sanguíneo, una prueba no invasiva que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y permite al especialista ver cómo fluye la sangre en las venas. Dependiendo de la ubicación, se puede hacer un venograma, una prueba en la que se inyecta un tinte especial para hacer radiografías y descartar la presencia de coágulos o bloqueos que puedan estar causando dolor e hinchazón en las piernas.

En general, los médicos son conservadores en el tratamiento de las varices y, generalmente, aconsejan cambios en el estilo de vida, en lugar de probar tratamientos más agresivos. Por ejemplo, evitar estar de pie durante largos períodos de tiempo, mantener un peso saludable, hacer ejercicio para mejorar la circulación o utilizar medias de compresión. Si ya hay presencia de varices, se deben elevar las piernas cuando se esté descansando o durmiendo.

Si los cambios en el estilo de vida no funcionan, o si las varices causan mucho dolor o pueden producir otros daños, se puede recomendar realizar una cirugía. La ligadura y la extracción de venas es un tratamiento quirúrgico que requiere anestesia. Durante el procedimiento, el cirujano hace cortes en la piel, corta la variz y la elimina a través de las incisiones. Aunque se han desarrollado variaciones actualizadas de las cirugías de extracción de venas, se realizan con menos frecuencia porque hay opciones más nuevas y menos invasivas disponibles.

Piernas agua

Los médicos suelen recomendar cambios en el estilo de vida para tratar las varices

Actualmente, hay disponible una amplia variedad de opciones de tratamiento mínimamente invasivas. Escleroterapia, usando una inyección química de líquido o espuma para bloquear una vena más grande; microscleroterapia, usando una inyección química líquida para bloquear venas más pequeñas; cirugía con láser, utilizando energía de la luz para bloquear una vena; terapia de ablación endovenosa, que utiliza ondas de calor y radiofrecuencia para bloquear una vena y  cirugía endoscópica de la vena, en la que se usa un pequeño endoscopio iluminado insertado a través de una pequeña incisión para bloquear una vena.