Ahora mismo en España, más 46 millones de personas tienen restringida su capacidad de movimiento y sólo puede salir a la calle en determinadas circunstancias para ir al trabajo siempre que sea indispensable, hacer la compra o cuidar de una persona dependiente, por poner unos ejemplos. En esta situación, los hábitos de las personas han tenido que cambiar de un día para otro, lo que deriva alteraciones en la alimentación o el sedentarismo.

Y como de momento, esto parece que va a extenderse como mínimo hasta el 12 abril con el objetivo de reducir el número de contagios, es mejor ser conscientes de que hay que adquirir una rutina de hábitos saludables, tal y como destaca el Consejo General de Enfermería, que ha dado a conocer una serie de herramientas para que podamos crear esta rutina de forma más fácil.

Primero de todo hay que diferenciar entre actividad física (tareas que se hacen cotidianamente como recoger, hacer la cama, limpiar…) y ejercicio físico, que debe ser programado para mejorar la salud musculoesquelética. Como a veces cuesta, lo mejor es ir empezando poco a poco y luego ir incrementando el tiempo que se dedica diariamente. Y, en lugar de hacer una sola sesión de ejercicio, la podemos partir en dos, una por la mañana y otra por la tarde.

Limpiar

La gente mayor debe combinar ejercicios isométricos con ejercicios de movilidad normal. Algunos ejercicios muy recomendables son los que se aconsejan en los vuelos: levantar una pierna y bajarla y al contrario o apretar los dos pies al suelo sin levantarse mientras se está sentado. Otros movimientos pueden ser levantarse y sentarse en el sillón, que con eso se consigue hacer ejercicio lumbar, abdominal, así como movilizar los brazos y pierna. Y al menos media hora en cada sesión.

En cuanto a la alimentación, ocurre lo mismo. Lo primero que hay que hacer es un plan de actividad, determinando las horas y el menú. A la hora de ir al supermercado a hacer la compra, es importante llevar una lista con los productos que hay que comprar y que siempre debe contener fruta, hortalizas, pasta, arroz, patatas, huevos, legumbres, pescado, carne (fundamentalmente carne blanca y la carne roja una o dos veces por semana) frutos secos, aceite de oliva y lácteos -como yogures y leche.

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Más ideas para estos días: sustituir el picoteo de snacks por alimentos más saludables, como la fruta que aporta muchos nutrientes, o zanahorias, que son muy saciantes. Otra idea es tomar una vez al día una onza de chocolate negro, como mínimo del 70% y sin azúcares añadidos, si es lo que nos lo pide el cuerpo, mientras que se parte la fruta para que así el cerebro asocie ese alimento al placer que nos ha proporcionado el chocolate. En cuanto a los frutos secos, según el Consejo General de Enfermería, se deben tomar como componente de un desayuno o merienda o cena y nunca como picoteo añadido a la ingesta principal.

Para que resulte todo mucho más sencillo, el Consejo ha publicado un vídeo animado donde se pueden seguir todos estos consejos y una infografía que se puede imprimir y tenerla presente en casa.