Rusia ha anunciado este miércoles que su vacuna, llamada Sputnik V,  contra el coronavirus tiene una eficacia del 92%, según datos preliminares. El anuncio se ha producido dos dias después de que la farmacéutica estadounidense Pfizer y la biotecnológica alemana BioNTech informaran de que tienen una vacuna con una eficacia de más de un 90%.

Ahora, mientras países e instituciones se apresuran a cerrar acuerdos para hacerse con dosis del compuesto de Pfizer una vez se compruebe su éxito y lo aprueben las autoridades reguladoras, el Centro Gamaleya y el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR) han decidido hacer este anuncio, donde aseguran que su tratamiento es aún más eficaz. 

Hace quince días, Rusia solicitó el registro acelerado de su vacuna ante la ONU como medicamento contra el coronavirus y, de hecho, ya ha empezado a vacunar a su población, aunque los ensayos no han terminado. Además, Moscú ya ha negociado con varios gobiernos, como los de Argentina y Venezuela, la venta de millones de dosis de su vacuna cuando se encuentre en fase de distribución. 

Esperanza y cautela

Casi un año después de que China comunicara la aparición en su territorio de un nuevo coronavirus, ahora todas las esperanzas están puestas, aunque con cautela, en la eficacia de algunas vacunas en estudio contra una pandemia que suma 50,4 millones de casos y 1,25 millones de muertos. A la vacuna de Pfizer se han suscrito, o se disponen a hacerlo, acuerdos de suministro para 2020 y 2021 de más de 570 millones de dosis, que incluyen opciones para comprar 600 millones de dosis más, con los gobiernos de Canadá, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Pero además de la de Pfizer-BioNTech y la vacuna rusa, hay otros proyectos prometedores para erradicar la pandemia. Estos son la vacuna que desarrolla AstraZeneca con la Universidad de Oxford; la de Sinopharm con el Instituto de Wuhan (China) o la de Sinopharm con el Instituto de Pekín. También aparecen en la lista la de la firma biotecnológica estadounidense Moderna, la de la china CanSino Biologics, la de la belga Janssen Pharma (filial de Johnson & Johnson) y la de Novavax (EE.UU.).

Todas ellas ya están en fase tres, después de haber superado las dos anteriores (cada vez sobre una muestra mayor) y, previamente, una preclínica que se realiza en animales de laboratorio para comprobar posibles efectos adversos, dosis e interacciones con el sistema inmunológico antes de probarla en humanos.