En marzo de 2020, cuando estalló la pandemia del coronavirus, se identificaron las principales rutas de transmisión. En un inicio se descubrió que la infección se traspasaba a través de gotitas y por contacto con una persona que sufría covid-19. Así pues, se identificó la transmisión aérea mediante partículas de aerosol como una de las rutas de transmisión más probables. Desde que se relajaron las medidas de prevención, retirando el uso de mascarillas del transporte público, y de centros sanitarios, se siguen registrando infecciones, por lo tanto, la prevención y la reducción de riesgos sigue siendo un gran reto. Con este objetivo al horizonte, investigadores de la Universidad de Tsukuba, en Japón, han analizado cuál es el riesgo de transmisión viral por el aire y cuando se produce la máxima exposición.

Los investigadores identificaron que con ventilación o sin, la cantidad de partículas de aerosol consiguió su punto máximo dentro de los 5 segundos posteriores a los encuentros cara a cara y después disminuye rápidamente. Eso se observó durante actividades de andar, trotar, correr y hacer un sprint.

Investigación con maniquíes

En el estudio publicado por la revista Nature, identificaron el riesgo de exposición al virus, visualizando y midiendo el campo de flujo de partículas de aerosol derivadas del aire exhalado durante encuentros cara a cara, utilizando a un maniquí móvil a gran escala y un sistema de velocímetro de seguimiento de partículas. Posteriormente, los investigadores compararon las diferencias entre las características aerodinámicas con ventilación y sin y sus efectos sobre el riesgo de exposición al virus.

Los investigadores observaron que cuanto mayor era la velocidad de tráfico, más pequeño se volvía este pico; así pues, se podía ver el aumento en la velocidad relativa entre el aire exhalado y el aire ambiente que facilitó la difusión de partículas. El recuento medio de micropartículas en el caso de una velocidad de paso de 5 km/h tendió a ser mayor que el recuento en el caso de otras velocidades de paso de 10 km/h, 15 km/h y 20 km/h. El estudio muestra que la cantidad de partículas de aerosol en condiciones ventiladas fue significativamente menor que en condiciones sin ventilación. También se cree que el riesgo de infección por aerosoles, que tienen un tiempo de residencia prolongado en el aire, es mayor que el riesgo de infección por gotitas, que tienen un tiempo de residencia corto en el aire.

Así pues, los resultados de la investigación concluyen que, para reducir el riesgo de infección viral durante los encuentros cara a cara, medidas como interrumpir la inhalación, mantener una distancia física de al menos 1 metro y posicionar contra el viento, son efectivas dentro de los 5 segundos del cara a cara. Estos hallazgos pueden ayudar en la gestión del riesgo de exposición a virus transmitidos por el aire en general.