¿Sabías que la tiroides produce hormonas esenciales para regular el metabolismo, el crecimiento y la función de los órganos vitales? Esta pequeña glándula con forma de mariposa, situada en la base del cuello, también puede desarrollar nódulos, es decir, crecimientos o bultos anormales, benignos o malignos.
Con una prevalencia clínica de entre el 3% y el 10%, los nódulos tiroideos son más comunes de lo que parece. De hecho, estudios basados en técnicas de imagen como la ecografía elevan esa cifra hasta entre el 20% y el 75% de la población.
En aproximadamente un 20% de los casos, estos nódulos pueden crecer lo suficiente como para causar dolor, dificultad para tragar, disfonía o tos persistente. Ante esta situación, la cirugía tradicional ha sido durante años la principal opción, pero hoy existen alternativas más innovadoras, eficaces y seguras.
Una de ellas es la terapia de radiofrecuencia, un tratamiento mínimamente invasivo que está revolucionando el abordaje de los nódulos tiroideos. Para conocerla mejor, hablamos con el Dr. Jordi Reverter, especialista en Endocrinología del Hospital Quirónsalud Badalona.
Terapia de radiofrecuencia: calor de precisión contra los nódulos
Este procedimiento utiliza calor controlado para vaporizar el tejido del nódulo. A través de una fina aguja y una sonda de radiofrecuencia, se detiene su crecimiento y se consigue reducir su tamaño de forma progresiva —entre un 60% y un 80% en un año—, aliviando los síntomas y mejorando el bienestar del paciente.
“El tratamiento es mínimamente invasivo y permite reducir el tamaño del nódulo sin necesidad de cirugía, mejorando ampliamente la experiencia del paciente”, explica el Dr. Reverter.
La intervención se realiza en una sala de radiología intervencionista, no requiere hospitalización y permite retomar la vida normal tras el alta.
Está especialmente indicada para nódulos tiroideos benignos o para pacientes con alto riesgo quirúrgico que prefieren evitar la cirugía. También puede aplicarse en recurrencias tumorales o ganglios linfáticos metastásicos tras una operación previa.
Ventajas frente a la cirugía convencional
Según el Dr. Reverter, la radiofrecuencia ofrece múltiples beneficios frente a los tratamientos tradicionales:
- Mínimamente invasiva: se realiza con anestesia local, sin grandes incisiones.
- Recuperación rápida y cómoda: permite reincorporarse a la vida diaria casi de inmediato.
- Preserva la función tiroidea: a diferencia de la cirugía, no altera la glándula.
- Resultados estéticos y duraderos: no deja cicatrices visibles y reduce eficazmente el tamaño del nódulo.
“La radiofrecuencia representa un avance en la experiencia del paciente: recuperación más rápida, sin cicatrices y con resultados funcionales óptimos”, añade el especialista.
Un futuro prometedor para los pacientes
Esta técnica abre nuevas posibilidades para quienes padecen nódulos tiroideos benignos con síntomas molestos.
El Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido (NICE) concluye que “la evidencia actual sobre la seguridad y la eficacia de la ablación por radiofrecuencia guiada por ultrasonido para los nódulos tiroideos benignos es adecuada para respaldar su uso”.
En la misma línea, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) señala que el procedimiento puede aplicarse en casos seleccionados, siempre tras la valoración de un endocrinólogo especializado.
En resumen, la radiofrecuencia se posiciona como una alternativa moderna, segura y eficaz para tratar los nódulos tiroideos benignos sin necesidad de pasar por quirófano, preservando la función de la glándula y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
