Desde la aparición, el martes y miércoles de la semana pasada, de los dos ejemplares de jabalíes muertos e infectados por la pesta porcina africana (PPA) en Cerdanyola del Vallès, junto a Collserola, los hechos se han precipitado. La crisis sanitaria que han desencadenado, poniendo en riesgo toda la exportación porcina que la industria ganadera del país y del Estado realiza en todo el mundo, ha obligado a activar protocolos duros para intentar contener esta enfermedad. Los primeros jabalíes infectados fueron encontrados por dos ciudadanos en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en una urbanización de Cerdanyola. Como es habitual, se procedió a su retirada y, en el análisis, se pudo confirmar que tenían esta enfermedad que, si bien no es peligrosa para los humanos, sí es fatal para los propios animales. En un margen de entre dos y cinco días mueren. La aparición de estos animales muertos en Cerdanyola activó los primeros protocolos de contención y vigilancia de la zona.

Este martes, y después de un momento de dudas entre el ministerio de Agricultura y el departamento homónimo catalán —aunque era lo que se esperaba que pasara—, han aparecido nuevos positivos. Otros animales muertos y analizados que también tienen la enfermedad: un total de siete más que, sumados a los dos pacientes cero, hacen que el número total de jabalíes infectados notificados por el Estado ascienda a nueve. Todo entra dentro de la previsión que había hecho el departamento de Agricultura y también los Agents Rurals, que son quienes están liderando, con el inspector Mur al frente, la estrategia para contener la enfermedad. Teniendo en cuenta la ventana temporal de muerte de animales contagiados y la aparición de los primeros la semana pasada, ya se contemplaba que pudieran aparecer más animales infectados en la zona de seis kilómetros de radio —unas 14.000 hectáreas— que se ha aislado. Durante los próximos días tampoco se descarta que puedan aparecer más.

Ningún animal enfermo fuera de la zona cero

Las dos buenas noticias que hasta ahora se han podido extraer de esta crisis, de momento, son que no se ha encontrado ningún animal contagiado fuera de la zona de exclusión y, por tanto, por ahora se descarta que animales con la PPA hayan podido salir del perímetro de seguridad y vigilancia dictado por el departamento de Agricultura, que está liderando la respuesta gubernativa a la crisis sanitaria. Si apareciera algún animal muerto fuera de esta zona, habría que ampliar el radio de actuación, un crecimiento exponencial que, aunque las fuentes oficiales evitan confirmarlo, podría llegar a superar la capacidad de los cuerpos operativos actualmente desplegados en la zona de Collserola. Por ahora, también se ha podido confirmar que ninguna de las granjas de cerdos en un radio de unos veinte kilómetros alrededor de la zona cero ha registrado casos, hecho que, de momento, permite asegurar que la PPA no se ha transmitido de los jabalíes a los cerdos de consumo humano. Aunque esta peste no tiene ningún tipo de afectación en los humanos, el contagio y las medidas de seguridad que se tendrían que aplicar obligarían a sacrificar todos los animales de una explotación y comprometerían la confianza internacional, el mercado prioritario de las exportaciones porcinas de los ganaderos catalanes. Siguiendo las directrices europeas y las órdenes por parte del ministerio de Agricultura —que después tendrá que rendir cuentas ante los países terceros que compran cerdos al Estado y que, por lo tanto, necesitan tener plena confianza para explicar cómo se ha hecho frente al brote—, los Agents Rurals han diseñado una estrategia en tres fases para intentar contener la enfermedad y poderla aislar en esta zona de Collserola, y evitar que los jabalíes enfermos puedan salir de ella y contagiar a más animales o, incluso, que pueda dar el salto a granjas.

 

Durante estos primeros días, los Agents Rurals y la Uunidad Militar de Emergencias (UME) —desplegada desde Madrid, con unidades de rastreo y una unidad de apoyo para realizar desinfecciones y retiradas de animales con medidas de bioseguridad— han peinado las diversas parcelas del interior de este radio de la zona cero, de seis kilómetros, en busca de animales muertos que puedan haber sido contagiados por la peste porcina. Cuando se encuentra un ejemplar sin vida se realiza una retirada controlada del animal, se embolsa y se traslada a un laboratorio donde se analiza el cadáver. Además, especialistas desinfectan la zona para evitar nuevos contagios. Este martes por la noche se terminó de peinar toda la zona de exclusión y este miércoles, según han explicado fuentes de los Agents Rurals a ElNacional.cat, se volverá a empezar desde cero. El objetivo es evitar que en esta zona de 14.000 hectáreas quede ningún animal muerto que pueda ser un nuevo foco de la enfermedad. Las batidas se hacen metro a metro, de manera muy diligente, teniendo en cuenta que la orografía genera zonas escondidas y con mucha vegetación que podrían ocultar animales sin vida.

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Operarios de la UME en la zona de Collserola / EFE

Estas batidas que hacen los Agents Rurals y militares de la UME son la primera parte de la estrategia de choque. También es necesario que los animales que hay en el interior de esta zona no salgan de ella. Por eso, los Agents Rurals han bloqueado, primero con productos químicos y ahora con vallas físicas, los pasos de fauna abiertos. Aunque carreteras con vallas como la AP-7 pueden ayudar a evitar que salgan jabalíes de la zona cero, hay pasos inferiores y pasos de fauna que sí lo harían posible y se han controlado. El objetivo es que ningún ejemplar que haya podido estar en contacto con animales enfermos salga de la zona de exclusión. Pero los mismos especialistas de los Agents Rurals dan por buena la famosa expresión, nunca mejor dicha: poner puertas al campo es imposible.

Muerto el perro, se acabó la rabia

Y si seguimos con frases hechas, muerto el perro, se acabó la rabia. La tercera fase de este plan de los Agents Rurals, y tal como confirmó ayer el conseller d'Agricultura, Òscar Ordeig, prevé también batidas para reducir la población de jabalíes en la zona. Con el eufemismo de “capturas”, y cuando se reciban las instrucciones claras de la Unión Europea sobre cómo hacerlo, está previsto que esta semana arranquen ya los sacrificios de animales en la zona periférica de la zona cero. Según ha podido saber ElNacional.cat, los protocolos no recomiendan hacer batidas en la zona de exclusión para evitar la dispersión de los animales enfermos y, por lo tanto, se harán en la zona de veinte kilómetros. Aunque se desconoce el número de jabalíes que puede haber en esta gran zona de influencia de Collserola, los Agents Rurals sí que trabajan con un censo de 200.000 animales en todo el país. Reducir su población hará mucho más complicado el contagio. En voz baja, especialistas en el control de fauna de los Agents Rurals explican que acabar con todos los jabalíes sería la mejor de las opciones, aunque la presión social a la que está sometido el Govern de la Generalitat, y la complicación del terreno, por ahora, lo hacen complicado. Eliminar a los jabalíes, o poder matarlos para reducir su población y evitar todos los problemas que generan —desde la PPA hasta los destrozos en campos de cultivo— es una reivindicación de los payeses de todo el país, una de las muchas que desde Barcelona parece que ni se sienten ni, mucho menos, se escuchan. Estas batidas que ahora se tendrán que hacer en la zona donde se ha iniciado un brote que pone en riesgo toda la industria del cerdo de Catalunya han dado, de nuevo, la razón a los payeses. “Ya lo dijimos”. El responsable del sector porcino de Unió de Pagesos, Rossend Saltiveri, ha defendido que la respuesta del Govern ante el brote de peste porcina africana es “correcta” y ha valorado que la crisis sanitaria es una oportunidad también para “reforzar” la bioseguridad de las granjas.

 

El president Salvador Illa, que sigue a distancia la crisis desde Mèxic, donde está de viaje oficial, también ha hecho un llamamiento a matar jabalíes. El president ha pedido al comité de crisis por la peste porcina africana “intensificar” la caza de jabalíes en todo el país. Illa admite que ya hace tiempo que se trabaja en esta línea, pero los acontecimientos de los últimos días obligan, dice, a hacerlo con más determinación: “Hay demasiados jabalíes”. Que el president esté en el extranjero en un momento de crisis sanitaria ha provocado quejas por parte de la oposición.

Los próximos días serán clave y se entra en una fase crítica. Las batidas de los Agents Rurals y de la UME localizarán, según prevén los expertos, más ejemplares muertos y, por lo tanto, el número de positivos puede crecer. Es un escenario contemplado en el plan de acción del Govern y del ministerio español, que coordina la emergencia con el ministro Luis Planas al frente. Lo importante es que ningún animal enfermo sea encontrado fuera del foco, un hecho que haría saltar por los aíres la estrategia de contención que se ha llevado a cabo hasta ahora. Los nuevos casos detectados se han comunicado, además de a la Comisión Europea, a los países con los que se tienen relaciones comerciales. La China y el Reino Unido ya han aceptado la regionalización del brote y, por lo tanto, solo niegan la exportación de granjas de la demarcación de Barcelona, sin castigar, por ahora, las granjas de otros puntos del país o del Estado.

No entrar en la zona cero

En cuanto a posibles sanciones a aquellas personas que se salten la prohibición de acceder al entorno natural, la consellera d'Interior, Núria Parlon, responsable de los Agents Rurals y de los Mossos, ha destacado que se tendrán que ajustar de acuerdo con los criterios que establezca el departamento de Agricultura, si bien es importante centrar la acción en la tarea informativa: “Los agentes de movilidad pueden levantar actas que podrían derivar en sanciones, las vías de acceso son las habilitadas y se tienen que respetar”, ha dicho, pidiendo la cooperación de las personas que suelen visitar Collserola, como deportistas o ciclistas.

Las restricciones no afectan a las zonas escolares, aunque se ha insistido en la necesidad de hacer uso de las vías principales y permitidas y no de caminos alternativos para evitar la propagación de la PPA, una medida que también se extiende a aquellos negocios, como restaurantes que pueda haber en zona forestal: “Pueden funcionar extremando las precauciones, evitando el acceso al entorno natural”. En este sentido, ha dicho que se facilitarán kits de desinfección para los usuarios y que también se estudian posibles compensaciones a los negocios afectados.