La detección de los casos de coronavirus es imprescindible para poder cortar las cadenas de transmisión del virus y evitar los contagios. En este sentido, la figura de los rastreadores es clave para controlar la evolución. Precisamente por este motivo, se han reforzado los equipos de profesionales que hacen a estas tareas. Actualmente, en Catalunya, hay unos 3.000 rastreadores que se dedican a hacer el seguimiento de pacientes positivos por Covid, según el Departament de Salut. De estos, unos 1.800 están centrados a la Atención Primaria, unos 250 en el centro de Ferrovial, otros 350 a gestión de casos y unos 150 que se dedican a hacer un seguimiento más complejo, seguimiento de algunas empresas, como por ejemplo un matadero, para evitar brotes. Por otra parte, también hay un circuito paralelo, formado por unas 600 personas que hacen gestión de las escuelas, que es un circuito específico.

Sin embargo, ¿qué hace exactamente un rastreador Covid? Básicamente son profesionales encargados de buscar todas aquellas personas que hayan estado en contacto con un positivo de coronavirus, para intentar controlar la situación y según los protocolos establecidos. Una tarea clave para saber con quién se ha relacionado, dónde y cuándo. "Cuando una persona va con síntomas, le hacen un test. Si da positivo, lo primero que hace es hablar con el gestor Covid, que le informa del proceso y de las cosas que tiene que hacer y como hacerlo correctamente", explica al coordinador de la unidad de seguimiento de la Covid, Jacobo Mendioroz. "Y en este momento, también se identifican los contactos. Cuando llega a los rastreadores, estos son los encargados que llaman y le preguntan si está todo correcto o tiene problemas para hacer el aislamiento" y añade que "los servicios de vigilancia son los que harán seguimiento de la persona positiva e intentarán ampliar el estudio de contactos para averiguar dónde se ha podido contagiar y cuáles son sus contactos laborales. De esta manera, salen más contactos".

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El coordinador de la unidad de seguimiento de la Covid, Jacobo Mendioroz, en una rueda de prensa de Salut / ACN

Tal como detalla el Fernando Simón catalán, puede ser que sea necesaria más de una llamada por establecer y trazar los contactos que ha tenido aquella persona en los últimos días. Y en este circuito, pueden surgir una serie de incidencias. "Cuando empezó la segunda oleada, los laboratorios estaban sobrecargados, no podían hacer las cargas de manera rápida y algunas llegaban con retraso, y el contacto ya lo sabía de hacía días", comenta en conversación con ElNacional.cat. Así, tal como se ha dicho en varias ocasiones este virus va relacionado con la movilidad. Es decir, cuanto antes se sepa que una persona tiene Covid y se puedan rastrear sus contactos más rápido se podrá cortar la cadena de transmisión.

Ahora bien, el sistema también tiene errores. Mendioroz alerta de que se pueden producir errores de registro. A los ya famosos 'rastreadores de Ferrovial', les llegan solo los contactos, pero no la persona que está enferma por una cuestión de protección de datos. Por lo tanto, si hay algún error en el nombre o en el número de teléfono, hay información que se pierde y no lo pueden identificar. Eso, como no podría ser de otra manera, genera una incidencia. También puede pasar que la persona avise a los contactos, pero que no sean los mismos que ha dicho a los rastreadores. Y dar pie a una nueva incidencia.

Error de concepto

Los rastreadores, sin embargo, son una herramienta más para intentar frenar la pandemia. También hace falta tener en cuenta la detección de casos y hacer el aislamiento de manera correcta y posibilitarlo. Todas estas partes juntas pueden hacer perder un número importante de casos. No todo el mundo declara sus contactos, sea por miedo o porque no quiere explicar por qué sitios se ha movido. Por lo tanto, a la hora de hacer un seguimiento de casos hay barreras que dificultan la tarea. "La cobertura del rastreo está bien dimensionada –30 rastreadores por cada 100.000 personas– aunque no es la única cosa que se tiene que tener en cuenta", remarca. De esta manera, expone que puede ser que personas que no se encuentran mal o que quizás tienen algún síntoma grave, es posible que no hagan el aislamiento y contagien a más personas. En este sentido, es imposible detectar el brote y hacer un seguimiento.

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Un test rápido para la detección de la Covid / Efe

"Al final es cuestión de insistir mucho en las medidas", comenta. Manos, distancia, mascarilla. Respetar los diferentes tramos y restricciones del plan de reapertura. "De una persona que hace una fiesta con 50 amigos, pueden salir 30 contagios", insiste. Pero, claro está, en caso de recibir la llamada de un rastreador, ¿quién dirá que estaba en una fiesta de más de 50 personas o en un prostíbulo, por ejemplo? Precisamente por eso, subraya la imposibilidad de rastrear la cadena de contactos en determinadas personas.

¿Por qué no me ha contactado a ningún rastreador?

Los errores existen, también a la hora de seguir los casos en plena pandemia. Y más en plena segunda oleada de coronavirus. Numerosos son los casos de personas que aseguran haber dado una lista de contactos después de saberse positivos con nombres, apellidos y números de teléfono. Unos contactos, sin embargo, que nunca han sido contactados. En la mayoría de casos la persona positiva ha podido avisar los contactos más estrechos, de que a su vez pueden contactar con los profesionales de la Atención Primaria para notificarlo y pedir hacerse la prueba. A pesar de todo, ¿qué pasa con el resto?

La justificación es que en plena segunda oleada, con los servicios desbordados, los rastreadores priorizan. Hay brotes que es posible tener más controlados que otros, ya sea por el número de contactos que es más bien bajo o porque el seguimiento se ha podido hacer de manera correcta. Cuando hay errores o bien no se hace un listado lo bastante esmerado, es más complejo.

 

Imagen principal: varios tests rápidos para detectar casos de coronavirus / Efe