Según queda de manifiesto en una nueva investigación, el desarrollo de una demencia se asocia con niveles sanguíneos anormales de docenas de proteínas hasta cinco años antes. El reciente estudio del que se ha extraído esa conclusión lleva como título Large-scale plasma proteomic analysis identifies proteins and pathways associated with dementia risk (El análisis proteómico plasmático a gran escala identifica proteínas y vías asociadas con el riesgo de demencia) dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg. Hasta ahora no se conocía que la mayoría de estas proteínas estuvieran relacionadas con la demencia, lo que sugiere nuevos objetivos para las terapias de prevención.

Los resultados se basan en nuevos análisis de muestras de sangre de más de diez mil personas de mediana edad y personas mayores, muestras que se tomaron y almacenaron en estudios a gran escala. Los investigadores vincularon los niveles sanguíneos anormales de un total de 38 proteínas con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer en cinco años. De esas 38 proteínas, 16 parecían predecían el riesgo de esta enfermedad con dos décadas de anticipación.

“Este es el análisis más completo de su tipo hasta la fecha, y arroja luz sobre múltiples vías biológicas que están conectadas con el Alzheimer”, asegura el autor principal del estudio, Josef Coresh del departamento de Epidemiología en la Escuela Johns Hopkins Bloomberg. “Algunas de estas proteínas que descubrimos son solo indicadores de que podría ocurrir una enfermedad, pero una cantidad determinada de ellas puede ser causalmente relevante, lo cual plantea la posibilidad de acabar con estas proteínas con tratamientos futuros”.

Anciana llorandoDe las miles de proteínas estudiadas, la investigación encontró unas pocas decisivas para la aparición de la demencia

A pesar de décadas de estudio intensivo, no existen tratamientos que puedan ralentizar el proceso de la enfermedad del Alzheimer  otras demencias, y mucho menos detenerlas o revertirlas. Los esfuerzos para medir el riesgo de demencia antes de que surja se han centrado principalmente en las dos características más obvias de la patología cerebral de la enfermedad de Alzheimer: grupos de proteína beta amiloide conocida como placas y marañas de proteína tau. Los científicos han demostrado que las imágenes cerebrales de las placas y los niveles de beta amiloide o tau en sangre o en el líquido cefalorraquídeo tienen cierto valor para predecir la enfermedad de Alzheimer con años de antelación.

Pero los seres humanos tienen decenas de miles de otras proteínas distintas en sus células y sangre, y las técnicas para medir muchas de ellas a partir de una única muestra de sangre pequeña han avanzado en los últimos años.

El análisis inicial de los investigadores analizó muestras de sangre tomadas durante 2011-13 de más de 4.800 participantes de mediana edad. Los expertos utilizaron una tecnología que desarrollaron recientemente, SomaScan, para registrar niveles de casi 5.000 proteínas distintas en las muestras ARIC almacenadas. Comprobaron los resultados y hallaron esas 38 proteínas cuyos niveles anormales se asociaron significativamente con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer en los cinco años posteriores a la extracción de sangre.

Luego usaron SomaScan para medir los niveles de proteína de más de 11.000 muestras de sangre tomadas de participantes ARIC mucho más jóvenes en 1993-95. Descubrieron que los niveles anormales de 16 de las 38 proteínas identificadas previamente se asociaron con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en las casi dos décadas entre esa extracción de sangre y una evaluación clínica de seguimiento en 2011-13.