Se abre una nueva vía para tratar la obesidad desde la farmacología. La revista Nature Metabolisme acaba de publicar un estudio llevado a cabo por especialistas en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra en el que concluyen que un medicamento llamado Cabergolina puede tener un efecto adelgazante.

La Cabergolina es un inhibidor de la prolactina utilizado, entre otras cosas, para detener la producción de leche en la lactancia o para tratar el prolactinoma o adenoma de la hipófisis, un tumor benigno que provoca que esta glándula secrete excesiva cantidad de prolactina a la sangre.

Cinta métrica

La prolactina es segregada por una pequeña glándula endocrina llamada hipófisis, cuya función es producir distintas hormonas y que está situada en la base del cráneo. La Cabergolina es un fármaco que posee un potente efecto relacionado con la dopamina.

La dopamina es un neurotransmisor con varias funciones importantes en el organismo, entre ellas la inhibición de la prolactina y el control del movimiento, participando también en la modulación de la ingesta. Además, es una parte crucial del sistema de recompensa cerebral y puede afectar el comportamiento de alimentación. Los receptores de dopamina también se expresan en el hipotálamo, que se sabe que controla el metabolismo energético en los tejidos periféricos.

Los Doctores Gema Frühbeck y Javier Salvador, de la Universidad de Navarra, han demostrado que el efecto dopaminérgico que se logra con este medicamento estimula la activación de la grasa parda, un tipo de grasa buena cuya función es quemar calorías para ayudar a regular la temperatura del cuerpo. Este efecto se traduce en un aumento del gasto energético que favorece la disminución del peso corporal.

Delgado

Para llegar a estas conclusiones se ha hecho un seguimiento a 21 pacientes durante un año de tratamiento. El estudio forma parte de otra investigación preclínica más amplia liderada por investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria de la Universidad de Santiago de Compostela, miembros del CIBEROBN (Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiología de la Obesidad y Nutrición), al que también pertenecen los investigadores de la Clínica. En esta investigación participan también otros centros internacionales de Francia, Suiza, Holanda y Reino Unido.

A los 3 meses después del inicio del tratamiento, los pacientes tratados con la Cabergolina experimentaron un aumento en el gasto de energía que persistió durante un año, lo que conllevó la pérdida de peso y grasa corporal total a través de un mecanismo independiente de prolactina. Los investigadores se muestran muy esperanzados porque han podido demostrar cómo este tipo de medicamentos actúa en el sistema nervioso central para regular el equilibrio energético.