Si has tenido el coronavirus, es posible que hayas perdido el gusto y el olfato. La aventura de recuperarlos es también otra odisea. Comerse una pizza sin sabor, beber un refresco como si fuera agua con gas o la imposibilidad de saciarse con cualquier cosa. Una sensación entre frustrante y apática.

Más de la mitad de las personas con coronavirus pierden el olfato o el gusto (o las dos cosas) aunque dos tercios lo recuperan en un plazo de entre seis a ocho semanas, muchos se quedan sin notar ningún tipo de mejora durante los meses siguientes. El fundador de la organización de pérdida de olores AbScent, Chrissi Kelly, explicaba en el The Guardian que hay más de 200.000 casos de anosmia a largo plazo en el Reino Unido y que la pérdida de olor podía hacer que la gente se sintiera aislada y deprimida.

Pero el coronavirus todavía enseña cosas y muchas se tienen que estudiar y analizar. Para las personas, sin embargo, que trabajan permanentemente con el gusto y el olfato podría suponer un descalabro para su carrera.

La recuperación no es fácil y hay que esperar. Ahora bien, el entrenamiento, ayuda a coger velocidad. "Se sabe que la parosmia que sigue la pérdida completa del olfato es un signo de recuperación en que las neuronas olfativas se regeneran", explicaba al diario británico el profesor Barry Smith, líder del Consorcio Mundial de Investigación Quimiosensorial (GCCR), que examina la pérdida de olor como síntoma del coronavirus. Así, pues, para entrenar el gusto o el olfato –o ambas cosas– se puede ir probando y oliendo cada vez más ingredientes y hacerlo repetidamente "podría ayudar a restablecer y regularizar el sentido del olfato".

Muchas personas que han sufrido el coronavirus se encuentran identificando gustos o bien muy dulces, salados, amargos o ácidos. Pero poca cosa más. Un hecho que no deja de ser frustrante.

Conexiones equivocadas

Sin embargo, los expertos también alertan de sufrir parosmia, que consiste en identificar olores de manera equivocada e incluso, algunos olores agradables pueden ser desagradables después. ¿Sin embargo, por qué pasa? Al reponerse las conexiones neuronales, el nervio se conecta con el bulbo olfatorio del cerebro, pero en alguna parte que no es la correcta. Aunque parece algo grave, los expertos comentan que desaparece por sí sola con el tiempo.

 

Imagen principal: comida en un restaurante puede ser una aventura sin gusto ni olfato / Unsplash