Los probióticos son un tipo de alimento –como los yogures y otros fermentados– o suplemento que contienen en su composición microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino, ayudando a mejorar la respuesta inmune del organismo y mejorando la capacidad de hacer frente a determinadas infecciones.

Los prebióticos, por su parte, son un ingrediente de determinados alimentos –como la fibra de las frutas o verduras– que no son digeribles y cuando llegan al intestino favorecen el desarrollo de las bacterias beneficiosas. En los últimos años se han convertido en un tema de gran interés en el ámbito científico, objeto de estudios para comprobar cómo pueden ayudar a mantenernos sanos al favorecer la salud gastrointestinal y un buen equilibrio de bacterias en nuestro intestino.

Todavía queda mucho por investigar al respecto y continuamente están apareciendo estudios en los que se analiza cómo actúan. Recientemente, un equipo de expertos de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, ha trabajado sobre el efecto de los prebióticos y probióticos en función de los sexos.

YogurLa investigación

Los resultados se han publicado en la revista Frontiers in Immunology. Para llevar a cabo la investigación se utilizaron cerdos jóvenes con el objetivo de estudiar las posibles diferencias sexuales en el sistema inmune. Más concretamente en las mucosas y en las respuestas inmunes sistémicas frente a los antígenos extraños.

Los científicos descubrieron que, con solo 28 días de edad, los lechones mostraban diferencias significativas en función del sexo. Las células inmunes, los anticuerpos y otras moléculas relacionadas con el sistema inmunitario fueron distintas en machos y hembras, por ejemplo, con la inulina, un prebiótico derivado de la planta de achicoria.

Las cerdas hembras produjeron más inmunoglobulinas IgA e IgM en su tejido linfático, mientras que en los cerdos machos, el proceso ocurrió en el intestino grueso. Además, la inulina prebiótica aumentó significativamente el número de células responsables de controlar las respuestas inmunitarias, las células T reguladoras, en el intestino masculino pero no en el intestino femenino.

Esto sugiere que, durante la infancia, las mujeres pueden tener un mayor potencial para la regulación inmune que los hombres. Sin embargo, la suplementación con almidón no tuvo efecto en las hembras, pero aumentó la síntesis de IgM en todos los tejidos en los machos.
Además, el marcador E-cadherina, que indica el estado de la barrera intestinal, fue mayor en los lechones masculinos alimentados con inulina. Y las hembras también tuvieron respuestas de anticuerpos sistémicos significativamente mayores a la soja dietética.

Teniendo en cuenta que el desarrollo correcto del sistema inmunitario es esencial para garantizar que responda adecuadamente a la estimulación tanto dañina como inofensiva a lo largo de la vida, y este desarrollo, incluso durante los primeros días de vida, depende del sexo, es importante analizar estas conclusiones que ha ofrecido el estudio, porque no se sabe por qué las niñas tienden a producir una respuesta inmune más protectora a la vacuna que los niños.

Niño y niñaEl trabajo puede ayudar a explicar por qué la investigación previa sobre la efectividad de la suplementación prebiótica y probiótica había arrojado resultados mixtos o no concluyentes en muchos casos. Actualmente, los estudios que analizan la efectividad de los suplementos dietéticos en el sistema inmunitario parten de la base de que pueden tener el mismo efecto en hombres y mujeres, pero este estudio demuestra que no es el caso, por lo que se abre el camino a desarrollar prebióticos y probióticos diferentes para los dos sexos.