La OMS mantendrá la covid-19 como emergencia sanitaria internacional (o pandemia), ya que la organización ha considerado que todavía se trata de una "enfermedad infecciosa peligrosa" que puede provocar daños considerables a la salud de las personas y a los sistemas de sanidad de los países. Así lo ha anunciado este lunes su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a pesar de reconocer que la pandemia ha entrado en una fase de "transición" — cosa que puede dar paso al hecho de que el nivel de alarma llegue a su fin en los próximos meses. La misma organización ya calculó que el 90% de la población mundial tiene algún grado de resistencia a la covid, después de empezar a ver la luz al final del túnel con la pandemia.

Los expertos del Comité de Emergencia de la OMS se han reunido este lunes y han recomendado a su director general mantener el nivel de alarma, a la vez que han señalado que es momento de reflexionar sobre cómo pasar de una fase de emergencia a una fase de normalidad — en la cual se conviva con el virus de manera segura. La realidad es que la mayoría de los países del mundo han dejado atrás las medidas restrictivas contra la pandemia (como la mascarilla en España), aunque la covid-19 no ha perdido todavía el estatus de amenaza grave a la salud pública internacional desde el 31 de enero del 2020. El último susto fue el de China, donde la pandemia ya remite de manera sostenida.

Países ricos y autocrítica de la OMS

Sea como sea, la OMS insiste en que para levantar la declaración de emergencia hacen falta "acciones de salud pública de largo plazo" — entendiendo que el virus continuará en los "reservorios" de los humanos y de los animales. La idea de los expertos de la organización es que se planteen "mecanismos alternativos" a la emergencia internacional para mantener la atención en la covid-19 tanto a escala nacional como global.

Asimismo, Tedros ha hecho un toque de atención a los países ricos: la respuesta mundial a la pandemia no puede considerarse exitosa porque muchos países todavía no tienen lo bastante vacunas ni tratamientos para atender a sus enfermos y que muchas redes sanitarias de países con pocos recursos siguen sufriendo la situación. Un ejemplo de eso es Nigeria, donde se acaba de llegar al 30% de cobertura de vacunación — mientras que en Catalunya la cifra supera el 90%. Pero también ha habido autocrítica, con el director general admitiendo que la OMS "tiene que ser más ágil, proactiva y responder deprisa a las emergencias globales". Durante el 2022, la organización ha respondido a 72 emergencias globales como brotes de Ébola, brotes de cólera o los problemas derivados de conflictos como los de Ucrania, Siria o el Yemen.