Las habilidades de pensamiento y memoria que tienen las personas mayores se establecen a una edad muy temprana, los ocho años. Así ha quedado de manifiesto en una investigación publicada en la revista Neurology, en la que también se analiza el impacto que tiene este descubrimiento en la aparición de los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer, que afecta a millones de personas en todo el mundo y que podría estar vinculada de alguna manera a un menor rendimiento en las pruebas cognitivas en la infancia.

El objetivo del estudio es comprender los factores de riesgo para los problemas cognitivos en la edad adulta y cómo se pueden desarrollar estrategias para promover un envejecimiento saludable. En este sentido, un equipo de científicos del University College London (UCL), en el Reino Unido, realizaron un seguimiento a 502 personas durante el transcurso de más de 60 años.

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Descubrieron que las personas que obtuvieron puntuaciones un 25% superiores en las pruebas cognitivas a los 8 años también mantenían ese porcentaje a los 70 años, y con ello sus habilidades de razonamiento y memoria. Es decir, que nuestras habilidades cognitivas son bastante estables a lo largo de la vida,  siempre que no se produzca ningún daño o lesión cerebral.

La investigación forma parte de un estudio mucho más amplio, la Encuesta Nacional de Salud y Desarrollo, del que forman parte 5.362 personas que nacieron durante la misma semana en marzo de 1946 en Gran Bretaña. Los participantes han realizado encuestas y pruebas desde que vinieron al mundo, con lo que existe una gran cantidad de datos para extraer conclusiones.

En el estudio en cuestión, se reclutaron 502 participantes de esta muestra de la NSHD para completar pruebas cognitivas cuando tenían entre 69 y 71 años. Esas pruebas incluyeron una versión adaptada para detectar los primeros signos del Alzheimer. Entre los participantes que formaban parte de la media a nivel cognitivo, 406 se sometieron a escáneres cerebrales para verificar la presencia de placas beta-amiloideas. Se trata de un tipo de depósito anormal de proteínas que está asociado con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Cuando los investigadores compararon los resultados de las pruebas cognitivas a los 8 años con los resultados alrededor de los 70 años, descubrieron que las habilidades de pensamiento de los participantes en la infancia predecían sus habilidades de pensamiento y memoria en la edad adulta. 

La investigación es útil en cuanto a que es necesario determinar las vías para reducir el riesgo de las personas de padecer una enfermedad cognitiva asegurando su educación y la potenciación de sus habilidades. Porque no todo es una cuestión genética, existen factores socioeconómicos, como el acceso a una educación y un sistema de salud adecuados, que también determinan las capacidades de una persona. 

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El estudio también encontró que antes de que los participantes mostraran signos de la enfermedad de Alzheimer, la presencia de placas beta-amiloideas estaba vinculada a puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas. Ninguno de los participantes que se sometieron a escáneres cerebrales mostraban signos de la enfermedad de Alzheimer, pero el 18,3 por ciento de ellos dieron positivo en placas beta-amiloideas. Aquellos que dieron positivo para estas placas mostraron una mayor predisposición a sufrir Alzheimer