Todos nos vemos en ocasiones ante la tesitura de probar determinados alimentos que no somos capaces de parar de comer. Por ejemplo, las patatas fritas, los maíces tostados, los bombones y otro tipo de productos que contienen una mezcla de ingredientes aptos para poner en marcha los circuitos neuronales de recompensa cerebral. Productos que parecen anular los mecanismos de control que se supone que nos indican que estamos llenos y no tenemos que ingerir más. Los investigadores llaman a esta clase de alimentos –generalmente procesados ​​o dulces con combinaciones atractivas de grasa, azúcar, carbohidratos y sal– los hiperpalatables, que se pueden convertir en una verdadera adicción.

Lacasitos

La revista Obesity recoge en su última publicación un informe en el que ofrece un método con el que, mediante una serie de medidas específicas, se pueden calificar los alimentos como hiperpalatables, y encontrar los productos que cumplen con estos criterios. Expertos del Departamento de Dietética y Nutrición en el Centro Médico de la Universidad de Kansas han logrado definir unos criterios para calificar los alimentos hiperpalatables usando un software de nutrición y aplicando su definición a 7.757 artículos alimenticios en Estados Unidos, que es donde se ha realizado un estudio.

Este software de nutrición proporciona de forma detallada un conjunto de datos que especifican cuántas calorías hay en ese alimento, además de la grasa, sal, azúcar, carbohidratos, fibra y demás ingredientes. Los expertos identificaron tres grupos que aumentaban esta característica de hiperpalatibilidad: combinaciones de grasa y sal (como los perritos calientes o el tocino); combinaciones de grasas y azúcares simples (como los pasteles y helados) y combinaciones de carbohidratos y sal (como galletas saladas o las palomitas de maíz).

Con estos criterios aplicados sobre los alimentos más vendidos en Estados Unidos, los autores encontraron que el 62% de los alimentos cumplen los criterios para formar parte de al menos uno de los tres grupos señalados con anterioridad. La mayoría (70%) de los alimentos que calificaron eran ricos en grasas y sal, como los platos de carne o alimentos a base de huevo y leche como tortillas o salsas de queso. Alrededor del 25% de los alimentos hiperpalatables tenían a las grasas y el azúcar como ingredientes predominantes, y el 16% de los alimentos eran ricos en carbohidratos y sal.

Palomitas

Lo más sorprendente es que los artículos etiquetados como sin o bajos en grasas, azúcar, sal o calorías, representaron el 5% de los alimentos hiperpalatables identificados por los investigadores. De todos los artículos etiquetados con mensajes del tipo bajo, reducido o sin azúcar, o grasa, o sal, el 49% cumplía los criterios para ser hiperpalatable.

Los científicos esperan que la comunidad científica comience a respaldar que estos alimentos pueden ser particularmente problemáticos para la sociedad. Por eso pide que se les etiquete como hiperpalatables para restringir su consumo.