Una de las patas más importantes en las que se apoya la buena salud es la nutrición. Una dieta deficiente puede poner al ser humano en una situación mucho más delicada de lo que se piensa. Así, los azúcares, la sal y determinadas grasas nos empujan hacia un riesgo del que no somos conscientes en gran parte de las ocasiones.

Por el contrario, una dieta equilibrada en la que prevalezcan las verduras frescas, las frutas, el pescado y la carne en su justa medida, hace que nuestro organismo se beneficie y nos convirtamos en claros candidatos para llevar una vida más sana y longeva. A pesar de que la dieta mediterránea es una de las mejores que existen, si no la mejor, también es cierto que pese a que la disfrutamos desde tiempos inmemoriales, en las últimas décadas nos hemos dejado llevar por alimentos y formas de comer menos saludables que han llegado del extranjero y que nos han hecho perder cierto foco sobre cómo deberíamos alimentarnos.

Alubias (1)

Recientemente, unos investigadores realizaron una revisión científica que ha sido publicada en la revista Advances In Nutrition, y con la que pretendían comprender cómo afectan a la salud del corazón las legumbres. Más en concreto, se centraron en el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y la mortalidad causada por este. En la ECV se incluyen la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. También investigaron el consumo de leguminosas en relación con la diabetes, la hipertensión y la obesidad.

Por qué las legumbres

 

Se trata de un alimento rico en fibra, proteínas y micronutrientes, y al mismo tiempo contiene muy poca grasa y azúcar. Se recomiendan para reducir los niveles de colesterol malo, rebajar la tensión arterial y controlar la diabetes.

Los autores compararon datos sobre personas con la ingesta más baja y más alta de legumbres y encontraron que en aquellas personas cuya alimentación se basaba más en legumbres, la ECV, la hipertensión y la obesidad salía beneficiada entre un 8% y un 13%.

Pero también vieron que no existía en principio una relación entre la ingesta de leguminosas y la incidencia de infarto de miocardio, diabetes o accidente cerebrovascular. Asimismo, no identificaron ninguna relación entre las legumbres y la mortalidad por ECV, enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.

Lentejas

Aunque el equipo identificó una relación positiva entre consumir mayores cantidades de legumbres y un menor riesgo de ciertos parámetros cardiovasculares, las conclusiones de los autores son positivas pero aún son moderadas.

Aunque quienes estudian nutrición y enfermedades enfrentan muchos desafíos, es importante continuar con esta línea de investigación. Por ejemplo, en los EE. UU., 1 de cada 4 muertes se relaciona con la enfermedad cardiovascular. Si un simple cambio en la dieta pudiera reducir el riesgo incluso una pequeña cantidad, podría hacer una diferencia significativa a nivel de la población.