Para mantener una buena salud, especialmente la cardiovascular, por encima de hacer una dieta en concreto hay que fijarse como prioridad incluir en el menú alimentos saludables. Así lo han puesto de manifiesto un equipo de investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston en un estudio que se ha publicado en la revista International Journal of Cardiology.

Los expertos aseguran que la mayor parte de la población, sobre todo aquella que tiene que cambiar sus hábitos debido a una patología, suelen preocuparse en exceso acerca del tipo de dieta tienen que seguir para mantener el corazón sano o para que el sistema cardiovascular esté en perfectas condiciones. Por este motivo, decidieron comparar los efectos de tres dietas sobre los riesgos de enfermedades cardíacas.

Sashimi

Cada una de las tres alternativas siguió el patrón de la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), un tipo de dieta que se diseñó para las personas que padecían hipertensión y que se ha convertido en una de las más recomendadas por la comunidad científica como ejemplo de alimentación saludable. Se basa en reducir el consumo de sal y aumentar el de frutas, verduras, cereales integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas sin grasa.

Pero las tres opciones de dieta se enfocaron en un macronutriente principal: carbohidratos, proteínas o grasas insaturadas.  En la dieta rica en carbohidratos, alrededor del 58% de las kilocalorías provenían de carbohidratos; la dieta rica en proteínas reemplazó el 10% de las kilocalorías de carbohidratos con proteínas; y la dieta de grasas insaturadas reemplazó el 10% de las kilocalorías de carbohidratos con grasas insaturadas, como por ejemplo, de aguacates, nueces y pescado. 

Una vez los voluntarios siguieron los patrones alimenticios durante seis semanas, se examinó el efecto de las tres dietas sobre los factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial sistólica, el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL), los niveles de proteína C reactiva –un marcador de inflamación– y la troponina de alta sensibilidad, que es un marcador de lesión cardíaca subclínica. 

Pasta

La edad de los participantes era de media 54 años, el 45% eran mujeres y el 55% afroamericanos.  Se midieron los factores de riesgo cardiovascular al principio y al final de cada dieta y compararon los efectos entre las dietas.  El análisis reveló que las tres dietas tuvieron efectos positivos y rápidos en la salud del corazón, ya que todas disminuyeron los marcadores de inflamación y lesión cardíaca. Lo curioso es que los cambios en la composición de los macronutrientes no marcó la diferencia, lo que quiere decir que no es tan importante si la dieta es alta o baja en grasas o carbohidratos saludables, sino que el factor más decisivo para mejorar las lesiones cardíacas es la calidad de los alimentos de la dieta.

Según los expertos, “una dieta saludable, independientemente del perfil de los macronutrientes, puede mitigar directamente el daño cardíaco y la inflamación”, por lo que la flexibilidad en la selección de alimentos para las personas que intentan comer más sano, es perfectamente factible.