El entorno en el que crecemos y nos desarrollamos es fundamental en nuestras vidas en cualquier caso. Un equipo de científicos han decidido estudiar cómo afecta a los niños adoptados, en el que el proceso de llegada a la familia y su adaptación puede ser más complicada y las conclusiones ponen de manifiesto cómo la calidad de ese entorno puede llegar a tener influencia no solo en el desarrollo emocional de estos niños, sino también en la capacidad cognitiva. Cuando los miembros de la familia se apoyan entre sí y expresan sus sentimientos, esta puede alcanzar cotas mucho más altas que al contrario.

Así consta en el estudio Family environment and development in children adopted from institutionalized care (Entorno familiar y desarrollo en niños adoptados de cuidados institucionalizados) llevado a cabo por la Sección de Endocrinología y Genética del Instituto Nacional Eunice Kennedy Shriver y publicado en la revista Nature.

Por el contrario, los hogares basados ​​en reglas donde los miembros de la familia están en conflicto pueden aumentar las posibilidades de que un niño adoptado tenga dificultades cognitivas, conductuales y emocionales.

Madre hijoEl entorno familiar afecta decisivamente en la capacidad cognitiva de los niños adoptados

El estudio

Los investigadores, dirigidos por la profesora Margaret F. Keil, realizaron un seguimiento a niños que habían pasado al menos ocho meses en orfanatos de Europa del Este antes de ser adoptados por familias estadounidenses. Los niños tenían entre 14 y 40 meses de edad y fueron evaluados con pruebas físicas, psicológicas y de desarrollo dos veces durante los dos años siguientes. Las familias también respondieron a cuestionarios sobre el desarrollo de los niños y sobre diversos aspectos de su vida familiar. El estudio incluyó a 10 niños adoptados y 19 niños similares nacidos de familias estadounidenses.

En general, los niños adoptados tenían déficits significativos en el crecimiento, la capacidad cognitiva y el desarrollo. Sin embargo, las diferencias fueron menores entre los niños de familias con puntuaciones más altas en los test en cuestiones como la cohesión, donde los miembros de la familia se ayudaron y apoyaron entre sí, y expresividad, familias cuyos miembros son animados a expresar sus sentimientos. Los niños tenían mayores déficits si sus familias obtuvieron puntuaciones más altas en conflicto (expresión abierta de ira y agresión) y en control, una vida familiar dirigida de acuerdo con reglas y procedimientos establecidos.

Los autores concluyeron que la cohesión familiar y la expresividad podrían moderar los efectos de la adversidad previa a la adopción, mientras que los conflictos familiares y la adherencia a las reglas podrían aumentar el riesgo de problemas de conducta.