El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. A día de hoy, el lupus no tiene cura y el tratamiento es paliativo, lo único que hace es minimizar los síntomas. Cuando la enfermedad aparece, puede dañar cualquier órgano o tejido, desde la piel o las articulaciones hasta el corazón o los riñones y actúa de manera diferente en función de cada persona.

Es una enfermedad latente, es decir, tiene periodos en los que está activa y otros inactiva, lo que hace muy difícil su detección. De promedio, un paciente tarda alrededor de 6 años en ser diagnosticada con lupus desde el momento en que nota sus síntomas por primera vez.

Enferma

A día de hoy, para tratarla, se suelen aplicar antiinflamatorios no esteroideos, corticoides, inmunosupresores y tratamientos biológicos, además de la fotoprotección, ya que la exposición a la luz ultravioleta puede provocar brotes de lupus.

Recientemente, la revista Science publicó un estudio que arroja esperanza para todas aquellas personas que padecen la enfermedad. De momento, se ha llevado a cabo con ratones, pero con un éxito notable. Los investigadores han logrado demostrar que la proteína mitocondrial VDAC1 es crítica para la liberación del ADN mitocondrial (ADNmt) asociado con la patología de la enfermedad y la inhibición de VDAC1 por una molécula pequeña recientemente desarrollada, resultó en una mejora sustancial en los aspectos patológicos.
 
En el estudio han logrado identificar cómo el ADN mitocondrial abandona las células para desencadenar enfermedades autoinmunes, así como el proceso para bloquear esa ruta de escape. Se trata de un descubrimiento único que involucra el canal aniónico dependiente de la proteína mitocondrial (VDAC1), que cuando se sobreexpresa –como ocurre en otras enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson– permite la liberación de factores que favorecen la muerte celular.

Aun así, los expertos piden estar atentos a los primeros síntomas que pueden alertar de la presencia de la enfermedad. Uno de los primeros es la llamada erupción malar. Generalmente se produce en la nariz y se extiende hacia las mejillas, como formando una mariposa. Esto, junto con el cansancio extremo –que padecen entre un 70 y 90% de los pacientes– la inflamación de las articulaciones y la fiebre, son los primeros signos que pueden llevarnos a pensar que una persona padece la enfermedad.

Medicinas

También pueden aparecer erupciones escamosas en la cabeza y el cuello, fotosensibilidad, úlceras bucales y pérdida de cabello y fatiga. Con menor frecuencia, hinchazón de la cara, manos o piernas y la presencia de líquido alrededor del corazón o los pulmones, lo que causa problemas respiratorios o dolor en el pecho. Cuando se producen estos síntomas, se puede realizar una prueba de anticuerpos antinucleares (ANA), que si da positivo puede contribuir al diagnóstico. Pero no es específica para esta patología, por lo que puede tratarse de un falso positivo.