La situación del coronavirus en la Comunidad de Madrid está prácticamente descontrolada en medio de la bronca política y las interferencias judiciales. Fernando García observa el panorama con una mezcla de perplejidad y preocupación. Es epidemiólogo del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y es portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública. Fue uno de los firmantes del manifiesto que, ya a finales de agosto, urgía el gobierno de Isabel Díaz Ayuso a actuar sin demoras.

¿Cómo describiría la situación del coronavirus hoy en Madrid?
Es bastante preocupante. No solo porque la incidencia ha ido subiendo. El sistema de salud está colapsado. Progresivamente han aumentado los ingresos hospitalarios y en UCI. Ahora hay casi 500 camas de UCI destinadas a pacientes de covid. La capacidad estructural es de 671. Es el 78% ocupado por pacientes de covid-19. Hay un tapón. Significa que hay no solo transmisión comunitaria, sino transmisión generalizada. Es el escalón mayor. Si no se toman medidas drásticas, no hay forma de frenar la propagación. Yo cada viernes hago la estadística de muertos. El 31 de julio había solo un muerto. Aquí empezó la subida. La semana pasada fueron 176. La situación sanitaria es bastante mala, al margen que pueda haber una estabilización en los últimos días.

¿Se puede llegar a una situación similar a la de marzo?
Confío en que no. En la primera ola la aparición del colapso fue brusca y no dio tiempo a la preparación. Nos pilló a todos de imprevisto y sin tener ninguna preparación previa. Sin embargo, ahora todavía no estamos en la situación de saturación. Si se toman medidas, se puede revertir. Si no se toman medidas, acabaremos en la misma situación en la que los médicos tenían que decidir quién entraba en las UCI y quién no. Tenían que suspenderse cirugías para dejar espacio. Entre ellas, cirugías oncológicas.

¿Qué ha fallado para llegar a este punto que no ha pasado en Barcelona?
En Barcelona decidieron tomar medidas de restricción de la movilidad en el mes de julio, cuando había unas cifras mucho mejores que las que tenemos hoy en Madrid. Y tuvieron sus frutos. En cambio en Madrid las autoridades han dejado pasar como si fuera un fenómeno de la naturaleza que no se puede controlar. Ya cuando la situación es tan grave, las primeras medidas que tomaron eran muy tibias y con muchos problemas añadidos, como la discriminación. No tenía mucho sentido. Al final la gente se tiene que desplazar a trabajar a lugares ajenos a su distrito.

Y no se frena la propagación…
Dos casos extremos. Dos ciudades de la periferia de Madrid que están alejadas a 30 kilómetros, al norte Colmenar Viejo y al sur Aranjuez. Tenían una incidencia acumulada muy pequeña hace mes y medio. Sin embargo ahora Colmenar Viejo tiene una incidencia de más de 1.000. Porque están conectadas con el centro y se va extendiendo.

“Si nos creyéramos los datos que ofrece Madrid, se habría producido un milagro”

¿Nos podemos fiar de los datos que proporciona hoy?
En Internet publican unos datos que comparan la incidencia acumulada con la de la semana anterior en las principales ciudades. La primera reacción que tengo es de desconfianza. Si nos creemos estas cifras, se habría producido un milagro. Son poco creíbles. Por varias razones. Primero, porque son muy recientes. Cuando hay mucha incidencia, estos datos tardan en llegar a los centros que los van acumulado y sumando. Segundo: se han introducido las pruebas rápidas con mucha rapidez. Son mucho más difíciles de notificar. Los laboratorios que hacen PCR lo notifican directamente a Salud Pública. En cambio, una prueba rápida, que no pasa por un laboratorio, tiene que notificarse por su cuenta. Ese proceso puede demorarse unos días. Además, la Consejería ha decidido no hacer PCR a contactos estrechos que no tengan síntomas o no sean vulnerables. Se hacen muchas menos pruebas y por lo tanto se detecta menos. Todo esto explicaría que hayan bajado las cifras de incidencia. No son cifras para confiar en ellas. Es posible que, cuando se vayan actualizando, nos encontremos con cifras mucho mayores.

La supuesta disminución no tiene que ver con las medidas adoptadas por la Comunidad.
La Consejería lleva varios días aireándolo como un éxito de sus políticas de los confinamientos en los barrios. Es poco verosímil. Primero, porque el primer efecto sería en la reducción de la incidencia. Y su efecto sobre la hospitalización empezaría a producirse una semana después del comienzo de síntomas. Y el efecto sobre las UCI, 10 dias o dos semanas después. Si vemos que el comienzo de síntomas aparece de mediana a los cinco días, y puede llegar a dos semanas, nos remontamos a antes de estas primeras medidas.

¿Le parecen suficientes las medidas mínimas del Ministerio en el caso de Madrid, que se mantienen con el estado de alarma?
Me parece bien que el Gobierno haya adoptado el estado de alarma para hacer cumplir las medidas acordadas, pero probablemente tendrían que ir más lejos. Por si solas no son suficientes. Probablemente necesitamos medidas más drásticas, como las de París. Los cierres perimetrales tienen el efecto de no extender el virus a otros lugares, pero el virus sigue dentro y siguen persistiendo la movilidad interna y las reuniones. Hay que tomar medidas para reducir la movilidad interna.

¿Por ejemplo?
Por ejemplo, no se ha hablado del teletrabajo. Es importante promoverlo. Hace falta indicaciones más claras de las autoridades. Y luego otras medidas. En Paris se han cerrado los bares, con niveles de circulación del virus mucho menores. Aunque sean medidas gravosas, cuando hemos llegado al punto en el que estamos, lamentablemente hay que tomar medidas estrictas. Está muy bien que las reuniones se limiten a seis personas, pero también se podría limitar el número de unidades familiares.

"Si no se controla, Madrid tendrá que volver al confinamiento"

Pero no basta con restricciones.
Las medidas del Gobierno no ponen el necesario énfasis en medidas de aspecto social. Donde sigue habiendo cifras más altas es en barrios y ciudades más deprimidos. Si queremos frenar la epidemia en este punto, es importante que haya un apoyo social a las personas afectadas. Que los casos que se detectan se puedan aislar adecuadamente. Tienen que intervenir los servicios sociales y ofrecer hoteles o lugares donde puedan estar. Y es muy importante que se haga un rastreo de contactos lo más exhaustivo posible. El rastreo tiene sentido siempre. Lo importante es que puedan guardar cuarentena los contactos y darles apoyo social. Hay mucha gente que está en economía sumergida. No ir a trabajar les supone no comer. Mientras no se aborde ese aspecto social, no se podrá arreglar la situación de una forma efectiva.

¿Puede responder la atención primaria madrileña?
Está colapsada desde hace más de un mes. Hay que tomar medidas ejecutivas, no dejarlo en letra pequeña. Es fundamental. Sin atención primaria no hay detección precoz. Y hay que reforzar la salud pública: vigilancia epidemiológica y rastreadores. Se recomienda 30 rastreadores por cada 100.000 habitantes. En Madrid debería haber 2.000, y no sabemos cuántos tenemos, pero seguro que menos de 1.000. Y muchos de los que contabilizan como rastreadores, dedican poco tiempo a ello. Se necesita ir mucho más allá.

¿Faltan recursos en atención primaria?
En Madrid la atención primaria sufre las consecuencias de la austeridad, de los recortes que hubo en la crisis de 2008. La atención especializada en hospitales de alguna forma se recuperó de esos recortes, pero la atención primaria no.

¿Se corre el riesgo de volver a un escenario de confinamiento si no se controla?
Si no se controla, llegará un momento en que tendremos que vernos obligados a lo que sucedió en marzo, que nos tuvimos que confinar dos meses. Es una medida muy dura, pero al final funciona. Eso sí, el virus no desapareció. Y las autoridades no hicieron suficiente pedagogía. Términos como la nueva normalidad fueron términos equívocos que dieron lugar a que la gente se confiara. Madrid tenía el 21 de julio un caso por cada 100.000 habitantes por día. Ahora tenemos 50 por día. Se ha multiplicado por 50. No porque la gente haya sido irresponsable, sino porque las autoridades no han tomado las medidas para prevenirlo. Nosotros el 28 de agosto ya reclamábamos medidas.

Choca un poco que, mientras en Castilla y León la justicia lo aceptó, en Madrid no…
Parece ser que la diferencia es que en Castilla y León tenían bastante más interés en aplicar las medidas del Ministerio y adujeron la ley orgánica de medidas especiales de salud pública. En cambio, la Comunidad de Madrid solo hizo alusión a la ley de cohesión del sistema nacional de Salud, que no es una ley orgánica. La defensa jurídica ha sido mejor en Castilla y León que en Madrid.