Emplazado sobre la línea de la costa mediterránea, en el litoral de la provincia de Granada, hay un enigmático pueblo andaluz que tiene nombre catalán. Se trata de Castell de Ferro, la capital del municipio de Gualchos. ¿Cómo es que se llama así? ¿Es realmente catalán? ¿Fue fundado por catalanes? Sentaros en La Tumbona de ElNacional.cat, que os explicaremos cuál es su origen.

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Durante la posguerra de Sucesión (décadas del 1720,1730 y 1740), los catalanes se tuvieron que ingeniar todas las fórmulas posibles para reavivar la economía del país, tal como demuestran los estudios de Pierre Vilar, investigador de la historia moderna de Catalunya. En aquel contexto, uno de los sectores económicos fue el naval, y los establecimientos de pescadores catalanes en la costa andaluza fueron frecuentes a partir de 1750. Es un ejemplo, precisamente, lo que pasó en una playa situada en el litoral de un calador muy rico y abundante que se llamaba Castil de Fierro.

Los estudios de Manuel Sanchis Guarner, investigador de la génesis y de la evolución de la lengua catalana, ponen de relieve que Castil de Fierro es un topónimo de origen mozárabe y no catalán. Además, investigadores locales como el arquitecto Mariano Martín García sostienen que Fierro ni siquiera sería un equivalente al ferrum latino, sino que haría referencia al patrónimo Ferrutx —de origen hispanovisigótico y arabizado después de la conquista musulmana, el siglo VIII—. Esto explicaría el hecho extraordinario de que un elemento mozárabe transitara a lo largo de la dominación árabe (siglos VIII-XV) hasta la llegada de los cristianos.

Para estudiar la catalanización del topónimo, los estudiosos han trabajado dos líneas de investigación. Por una parte, la remota presencia militar y comercial catalana. Si bien no hay ninguna referencia concreta a Castil de Fierro/Castell de Ferro en la documentación de la época, sí que hay abundante información sobre la participación catalana en la conquista hispánica del reino nazarí de Granada (1482-1492). De otra, un fenómeno de migración y retorno inédito en la historia andaluza hasta entonces. Según esta hipótesis, la localidad ya era un puerto pesquero y de exportación durante el siglo XVIII, pero los Pactos de Familia entre los Borbones franceses y españoles habían alejado la Gran Bretaña de los mercados de producción granadina… y la coronación de José I Bonaparte como rey de España (1808) representó la culminación de un paisaje de ruina, que provocaría una emigración masiva de aquella sociedad local hacia Catalunya. Entre 1814 y 1815 se produciría un curioso y sorprendente fenómeno de retorno, con familias de pescadores de varios puertos catalanes. Según los investigadores locales, esto explicaría la existencia de la calle de los Catalanes, de la playa de Los Cambriles y de la catalanización de Castell de Ferro —que ya aparecía como tal en el nomenclátor de municipios andaluces y españoles de 1858—.