La endoscopia digestiva es el mejor método de diagnóstico para detectar cualquier patología del aparato digestivo y, aunque está considerada como una pruebas que puede resultar incómoda, es muy útil. También es cierto que en los últimos años su duración es menor y en la gran mayoría de los casos no entraña ningún riesgo.

La prueba consiste en realizar un examen del revestimiento interno de la faringe, el esófago, el estómago, el intestino grueso y la parte final del intestino delgado mediante un dispositivo óptico (una especie de cámara en miniatura) situado en un tubo flexible que se introduce a través de la garganta.

Dolor abdominal

Existen dos tipos de endoscopias digestivas principalmente. La videoendoscopia flexible, que consiste en introducir a través de la garganta un tubo flexible con una fuente de luz en la punta que ilumina el interior del aparato digestivo. Esta tecnología se utiliza para la gastroscopia, que permite ver el esófago, el estómago y el duodeno y la colonoscopia que permite ver el intestino grueso y la parte final del intestino delgado. El segundo tipo es la técnica de la cápsula endoscópica, que lleva incorporada una fuente de luz y una cámara. Las imágenes que se toman se envían de forma inalámbrica a un receptor que se lleva sujeto con un cinturón.

Gracias a la endoscopia se pueden detectar infecciones en el aparato digestivo, como inflamaciones en el esófago, el estómago o el duodeno, células anormales que pueden volverse cancerosas, hernias, úlceras, desgarros o tumores benignos y malignos. También se puede detectar una celiaquía.

Cómo se realiza

Para llevarla a cabo, por norma general, no se deben consumir alimentos desde las noche anterior (de seis a doce horas de ayuno previo), principalmente en el caso de que sea una gastroscopia. Además, se suele prescribir un laxante potente y abundante líquido para limpiar el intestino de heces en el caso de que sea una colonoscopia. Asimismo se debe seguir una dieta especial los días anteriores, para evitar la presencia de demasiados residuos en el estómago o el intestino. Si se toman fármacos antihipertensivos, hay que hacerlo dos horas antes de la prueba y con suficiente líquido. El médico, por lo general, suele administrar algún tipo de sedación por vía venosa para eliminar las molestias ocasionadas por la prueba, pero no en todos los casos.

Instrumental

El examen dura aproximadamente entre 5 o 10 minutos, aunque puede extenderse si hay necesidad de tomar biopsias o quitar algún tipo de pólipo en el intestino. Pese a que se trata de un prueba segura, ocasionalmente puede llegar a provocar alguna lesión en el tubo digestivo, como una perforación. Se pueden producir también sangrados debido a la toma de muestras para realizar biopsias o a la eliminación de pólipos.

Después de hacer la prueba, es aconsejable guardar un reposo relativo durante las horas siguientes, no haciendo ningún esfuerzo de más, ni comer comidas abundantes o demasiado pesadas para el estómago.

Aunque no es normal, si se presentan problemas es aconsejable acudir al especialista. Algunos de estos contratiempos son dificultad al comer, dolor intenso en zonas del aparato digestivo, fiebre, heces negras o sangre en el vómito, es necesario acudir al médico.