Hoy, 25 de febrero de 2022, hace dos años que se detectó el primer caso de coronavirus en Catalunya. Desde entonces, se han contagiado más de 2.300.000 personas en el país, un millón de estas en los dos meses que llevamos de 2022. Además, durante los últimos dos años, la gestión de la pandemia también ha ido pasando por diferentes fases: el confinamiento estricto que nos encerró en casa durante casi dos meses, el primer estado de alarma, la desescalada de las restricciones en diferentes fases, cuando solamente podíamos salir a pasear durante una hora al día, la entrada en lo que se suponía que tenía que ser la nueva normalidad, interrumpida por la segunda ola, la tercera, la cuarta, la quinta y ahora una sexta marcada por contagios de récord a raíz de la variante ómicron. Ahora que esta se puede dar por acabada con una bajada de todos los indicadores y con los hospitales que se van vaciando día a día de pacientes con coronavirus, las autoridades se plantean cómo se tiene que gestionar la pandemia, teniendo en cuenta la inmunidad que han generado las vacunas (que se han demostrado efectivas para evitar que la enfermedad evolucione en un caso más grave) y los contagios masivos de las últimas semanas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya anunció su intención de cambiar de estrategia por la covid el pasado 10 de enero. En aquel momento, sus palabras parecieron muy atrevidas, ya que estábamos en pleno auge del coronavirus tanto en España como en Catalunya, después de las fiestas de Navidad. En el país, por ejemplo, el 10 de enero fue uno de los días en que más contagios se registraron: 43.512. En España, aquel lunes se notificaron 292.394 casos después del fin de semana, cuando no se actualizan los datos, una cifra sin precedentes. Días más tarde, el jefe del Ejecutivo tuvo que salir a puntualizar que su apuesta de "empezar a tratar el coronavirus como una gripe" no se produciría de un día por el otro, sino que sería un proceso más largo. También lo matizó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que pidió esperar a que se acabara la sexta ola para tomar decisiones. Según ella, había que "adaptar la enfermedad a un nuevo sistema de vigilancia y control una vez superada la sexta ola, nunca antes".

Cambios en Catalunya

En Catalunya, las autoridades sanitarias también se han mostrado a favor de esta opción, pero con mucha más prudencia. A finales de enero, el conseller de Salut, Josep Maria Argimon, alertaba de que la estrategia que se seguía entonces contra la covid-19 no era sostenible, especialmente para la atención primaria. "Corremos el riesgo de dejar atrás muchas cosas que son tanto o más importantes, como la recuperación de diagnósticos. Tenemos que cambiar la estrategia. El virus ha cambiado", aseguraba. Desde entonces, en Catalunya se han hecho algunos cambios muy relevantes en la gestión de la covid, eliminando la mayoría de las restricciones que se volvieron a imponer para luchar contra la variante ómicron, provocando que el ocio nocturno pudiera volver a abrir las puertas. También se han modificado los protocolos en las escuelas: los niños ya no llevan mascarillas en el patio, se han suprimido los antígenos a los compañeros de un positivo y el último paso ha sido eliminar las cuarentenas en las escuelas, sea cual sea el número de casos en un aula.

¿Y ahora?

Aunque en algunas autonomías se sigue exigiendo el pasaporte covid para acceder a determinados establecimientos —una medida que no ha funcionado para evitar más contagios, pero si para conseguir que más gente diera el paso de vacunarse—, la gran restricción que queda vigente por todo el Estado es la obligación de llevar mascarillas en interiores. En este sentido, a principios de semana, Pedro Sánchez abrió la puerta por primera vez a la posibilidad de retirarlas. Así, afirmó que se da "la condición necesaria para levantar la obligatoriedad de llevar la mascarilla", que no es otra que tener un porcentaje de vacunación alto. En España, esta tasa es del 81% del total de la población con la pauta completa. Según el jefe del Ejecutivo, "esta puerta se abrirá cuando proceda", aunque espera que sea "más pronto que tarde" en la Conferencia Interterritorial de Salud. Hay que recordar que la única medida que recuperó el Gobierno para hacer frente a la sexta ola fue la obligatoriedad de la mascarilla en el exterior, algo que fue muy criticado por los expertos y que se acabó eliminado semanas después.

En Catalunya, se ha priorizado dar los primeros passos hacia la normalidad en las escuelas, que han sido protagonistas de la sexta ola, y la intención es que el primer lugar interior donde desaparezcan las mascarillas sea en las aulas.

Por otra parte, cuando ya se había llegado al pico de este último tsunami de contagios, el conseller Argimon adelantó que "los positivos de covid se dejarán de contar caso por caso" y que la intención es que las cuarentenas, con el aislamiento de los positivos, desaparezcan en primavera. A partir de entonces, solamente nos tendremos que quedar en casa si somos positivos y nos encontramos mal o con síntomas, como pasa con la gripe. "Si la evolución del virus es parecida, tendremos que hacer una vigilancia reforzada. Es lo que se hace para ver qué virus están circulando. Nos dará una foto mucho más completa. No estaremos contando caso por caso como ahora", señalaba el conseller.

La propuesta de los expertos

Siguiendo lo que dijo la ministra Darias sobre una nueva gestión de la pandemia pasada la sexta ola, los expertos del ministerio ya tienen diseñados una nueva estrategia para luchar contra la enfermedad. Darias prevé que es posible que surjan nuevas olas, pero mucho más tranquilas, lejos de las que hemos sufrido hasta ahora. Tal como apuntaba el conseller Argimon, esta tendrá que permitir recuperar completamente la actividad sanitaria no relacionada con la covid. La fecha prevista para que entre en vigor es marzo.

La nueva fórmula estará centrada en la población vulnerable, ya que la enfermedad que provoca la variante ómicron en los ciudadanos vacunados es leve en la gran mayoría de casos. Por ejemplo, aunque se puede retirar la mascarilla en los interiores, como parece que tiene que pasar próximamente, este grupo de población, mayores de 65 años e inmunodeprimidos, la tendrá que seguir llevando.

¿Y en Europa?

En el resto de Europa, los diferentes países también empiezan a liberar la población de las restricciones más duras y en algunos casos las han eliminado todas. Es el caso del Reino Unido, donde las cuarentenas ya no son obligatorias para los positivos, o Dinamarca, que fue el primer lugar donde desaparecieron las medidas, aunque eso ha provocado un aumento de los muertos y de los contagios. Los Países Bajos también avanzan en esta dirección. En el resto, la gran apuesta para controlar la pandemia es el pasaporte covid. En Francia, por ejemplo, se han eliminado las mascarillas interiores en los lugares donde son necesarias para acceder.