Durante los años fértiles, el dolor de los pechos está asociado a la llegada de la menstruación o al embarazo y la lactancia. Pero lo cierto es que, con la llegada de la menopausia también puede producirse este dolor que puede llegar a resultar muy molesto en el día a día.

Es importante entender que la menopausia no es un momento concreto, sino un proceso gradual que se puede extender en algunos casos hasta diez años. La etapa previa se llama perimenopausia y su manifestación más típica es la irregularidad de los periodos menstruales. Se habla de menopausia propiamente dicha cuando la regla no se produce durante un año completo. En ese periodo de tiempo, se puede experimentar una variedad de síntomas, desde sofocos hasta sequedad vaginal.

El dolor de los pechos relacionado con la perimenopausia es diferente al de la vida fértil. En el primer caso es más agudo, punzante y a veces causa una sensación de ardor. Las causas son los cambios en los niveles de los estrógenos y la progesterona, las dos hormonas cuya producción decae en esta etapa de la vida. Los picos en los niveles hormonales pueden afectar el tejido mamario, provocando el dolor de senos.

Lo normal es que se desvanezca una vez que el periodo desaparece, pero en algunos casos puede persistir. El riesgo de tener más dolor aumenta si se toman ciertos medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (antidepresivos), diuréticos, o los que se utilizan para controlar la presión arterial. También puede afectar el hecho de tener quistes o fibroadenomas o utilizar un sujetador inadecuado.

Dolor en el senoEl dolor en el pecho no tiene por qué significar que la mujer sufre problemas importantes

Aunque en la mayor parte de los casos este dolor no reviste graves problemas para la salud, hay que estar pendientes porque en algunos casos puede ser signo de alguna patología que no esté directamente relacionada con la menopausia. Por ejemplo, el cáncer de mama puede causar dolor en los senos.

Algunos síntomas preocupantes son, además de dolor, secreción de líquido amarillento o rojizo por el pezón, aumento del tamaño del pecho, enrojecimiento o cambios en la apariencia del mismo. En cualquiera de estos casos es importante acudir al médico para que realice una evolución oportuna. Es importante saber cuándo y con qué frecuencia se tiene el dolor, qué tipo es, si es intermitente o en qué circunstancias empeora.  

En cuanto al tratamiento, debe prescribirlo el especialista, pero si no es especialmente importante basta con tratarlo con analgésicos. En cuanto a los remedios naturales que pueden ayudar a paliar las molestias se encuentran la ingesta de vitaminas del grupo B y E, aceite de onagra, omega 6, omega 3  y otros remedios que han demostrado una cierta eficacia como la acupuntura.